El presidente brasileño, Lula da Silva, observa el gesto cariñoso hacia su esposa, Rosangela da Silva, del presidente portugués, Marcelo Rebelo de Sousa, durante la ceremonia de bienvenida en Lisboa, el 22 de abril.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, se ha empleado en las últimas horas en apagar el fuego que él mismo encendió durante su visita a Pekín y Abu Dabi, sin que eso signifique un cambio en su postura respecto a la guerra de Ucrania. “Yo no quiero agradar a nadie, no es obligado destruir el mundo para construir la paz. Yo quiero construir un camino para encontrar una salida al conflicto”, ha declarado esta mañana en Lisboa, primera escala de esta gira de casi una semana por Portugal y España.
Lula insiste en su visita a Portugal en abrir una tercera vía con países neutrales para negociar una salida a la guerra desatada por Rusia en Ucrania.
El País de España