Desde el principio de la humanidad han existido personas, monarcas y presidentes malvados y corruptos, y un número menos numeroso de destructores. Desde el siglo XX, hemos tenido en Venezuela dos dictadores clásicos, Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez, quienes fueron malvados y corruptos, y otros dos Hugo Chávez y Nicolás Maduro, ambos malvados, destructores y corruptos.
Gómez y Pérez Jiménez contribuyeron al crecimiento de la economía y al desarrollo de la infraestructura, aunque descuidaron la educación y no enrumbaron el país hacia un desarrollo sustentable, persistió la pobreza, la dependencia del petróleo, el centralismo, la mentalidad estatista y la violación a los derechos humanos, con persecución a los adversarios políticos. Mantuvieron estable nuestra moneda, aunque algo sobrevaluada. Facilitaron una excelente inmigración que contribuyó mucho a nuestro desarrollo.
Chávez y Maduro se apoyaron en trampas y ventajismo electoral, en la incondicionalidad del alto mando militar, del Tribunal Supremo de Justicia y de grupos paramilitares; pactaron con la guerrilla colombiana y el narcotráfico, asesinaron, torturaron, encarcelaron y exiliaron no solo a sus adversarios políticos, sino también a ciudadanos por protestar para exigir elecciones libres y por la escasez de agua, electricidad, combustibles, medicinas y comidas, así como por los bajos sueldos y salarios. Acosaron al sector privado y destruyeron muchas empresas. Le suprimieron catorce ceros a nuestra moneda para intentar disimular la hiperinflación. Obligaron a huir del país a más de siete millones de venezolanos, unos por persecución política, los más en búsqueda de sustento y de calidad de vida.
Sobre la corrupción se han hecho innumerables denuncias desde la época de Chávez, pero la Fiscalía y la Contraloría se hicieron de la vista gorda. Varios fiscales en Estados Unidos fueron los que iniciaron investigaciones. Los acusados reconocieron sus pillerías, tuvieron que devolver lo obtenido por métodos ilícitos y denunciaron a algunos compinches para lograr rebaja de la pena. En Venezuela, el Fiscal Tarek Saab solo actuó cuando Maduro le ordenó que era necesario acusar a varios “compañeros de ruta” para intentar mejorar su imagen.
La toma por asalto de empresas privadas, cuyos dueños no eran activistas políticos, sino ciudadanos que las desarrollaron con esfuerzo propio, fue no solo un abuso, sino una estupidez por razones ideológicas. Todas esas empresas fueron estatizadas y están quebradas por la corrupción e ineptitud de sus nuevos administradores, designados por su cercanía al partido del régimen. El número de las mismas está entre 1359 y 1168, según diferentes fuentes.
En el presente artículo queremos recalcar lo malvado que son quienes han disfrutado del poder en estos 23 años. Son malvados por asesinar a manifestantes pacíficos y a ciudadanos presos. Son malvados por torturar. Son malvados por tener presos hacinados y muchos de ellos sin juicio. Son malvados por desaparecer personas. Son malvados por negar información a los familiares de los detenidos. Son malvados por exponer al escarnio público a ciudadanos cuya culpa no ha sido demostrada. Son malvados por arrojar bombas lacrimógenas directamente al cuerpo, o bien detrás o en medio de los manifestantes Son malvados por apropiarse del dinero destinado a servicios públicos. Son malvados por destruir un país que tiene grandes recursos renovables y no renovables, obligando a sus ciudadanos a buscar refugio en otros lares. Son malvados por apropiarse de la propiedad privada y de bienes públicos. Son malvados por hacer trampas en las elecciones y poner obstáculos a la oposición. Son malvados, por omisión, los simpatizantes del régimen que callan ante las violaciones a los derechos humanos.
Cabe recalcar que también son malvados por acosar a los defensores de derechos humanos. La ONG Centro para los Defensores de Justicia informó que, en este primer trimestre del 2023, se produjeron 226 ataques e incidentes de seguridad contra los valientes que han denunciado los atropellos del régimen.
Malvados fueron Hugo Chávez y José Vicente Rangel. Malvados son Maduro Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez, Tarek Saab Halabi y Padrino López, entre muchos otros. Como diría Francisco de Quevedo, “Osan llamar a su maldad justicia y arbitrio al robo”.
Hay que salir de ellos. Es imprescindible denunciarlos, pero eso no basta. Requerimos que las primarias tengan éxito, tanto en Venezuela, como en el exterior. Confiamos en la Comisión de Primarias, pero debe acelerar las decisiones y proceder sin el CNE. Un grupo de quienes circunstancialmente no estamos físicamente en Venezuela, participamos en el Movimiento Ciudadano de Venezolanos en el Mundo, organización que apoya las primarias, pero a ningún precandidato. La misma pretende establecer una plataforma tecnológica de intercambio y realizar aportes que contribuyan a la reconstrucción del país, en sinergia con otras organizaciones que desde hace tiempo realizan un excelente trabajo apoyando a los refugiados en varios países
Como (había) en botica: Felicitaciones al poeta Rafael Cadenas, orgullo de Venezuela. Las investigaciones de la Corte Penal Internacional avanzan “a paso de vencedoras”. La semana pasada fue de luto para Gente del Petróleo y de Unapetrol. Nuestro compañero José Rafael Pisani Pardo, quien trabajaba como portero en un local nocturno en España murió por intentar neutralizar a un perturbador del orden. En Venezuela, falleció de cáncer mi amigo y compañero de trabajo en Palmaven, el excelente ingeniero agrónomo Luis Zambrano. En enero me informó que en el Hospital de El Llanito lo atendían muy bien y lo habían operado. Requería un ultrasonido endoscópico con toma de muestra para biopsia, pero que solo lo realizan en clínicas privadas. Indigna que en nuestros hospitales no se pueda realizar. Mientras tanto, los rojos siguen robando. Lloré la partida de Luis. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!
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