Gustavo Coronel: Gustavo Petro en Stanford, entre cantinflas y el chunior

Compartir

 

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, acaba de estar en la universidad de Stanford, en California, explicando su posición en torno al cambio climático. Nunca lo había escuchado hablar y su presentación me sorprendió negativamente. Petro trató de dar en esa ilustre universidad una clase “magistral”, adoptando el tono de quien posee una verdad que hasta ese momento nadie en la audiencia conocía, una audiencia que con frecuencia debió sonreír de manera socarrona ante su pretenciosa postura. Petro abandonó pronto su tema principal para hablar sobre economía en una excelente imitación de Cantinflas.

El presidente de una nación, no importa cuán pequeña, debe cuidar tanto el fondo de sus presentaciones como la forma. Y Colombia ha tenido una tradición de presidentes intelectualmente distinguidos. No en vano Bogotá ha sido llamada la Atenas de América por visitantes europeos, dada la riqueza de su vida cultural.

La conferencia de Gustavo Petro en la universidad de Stanford no le hizo honor a esa tradición. Petro reveló pedantería, pomposidad y una actitud condescendiente, al asumir erróneamente que la audiencia necesitaba una lección, en lugar de compartir con ella sus ideas en tono sencillo y digno.

La postura de Petro en relación con el cambio climático  está direccionalmente en lo correcto, al atribuir al uso de los combustibles fósiles mucha de la culpa, pero está equivocada en lo estratégico y en su manera de explicar su posición.  Su actitud arrogante en Stanford subestimó la calidad de la audiencia.

Petro no adoptó la actitud de estadista sino la de un profesor de primer año de economía ante alumnos que necesitaban ser educados en el tema. Aunque no he logrado obtener la transcripción de su charla, a fin de citarlo con entera precisión,  si tengo el video de la charla, verla aquí:

 

Con mucha paciencia y algo de masoquismo la he escuchado a fin de poderla comentar en este blog.

Comenzó diciendo: “Vengo a auscultar la discusión sobre este tema…”, nos dijo, haciéndonos pensar en un estetoscopio.

“¿Que es el cambio climático?”, preguntó, como si nadie en la audiencia lo supiera. Y procedió a decir: “Es un producto de los gases en la atmósfera”. Habló de la distancia entre el sol y la luna y de la diferencia de temperatura entre la Tierra y la Luna…lo cual genera la vida.. los gases conservan el calor del sol por milenios…. Un cambio en esta temperatura actúa como si se tratara de las cadenas de un saco de lana (???) y  produce un cambio completo de las cadenas de la existencia en todo el planeta Tierra…”.  

Y continúa:

“los cambios de los gases alteran el estado físico del agua… El agua se evapora y el vapor se vuelve líquido… el hielo se derrite y esto es lo que se llama cambio climático…. Lo que se traduce en sequías, cambios en el nivel del mar, huracanes…”

Creo que este tono “magisterial” y cantinflérico de Petro ante una audiencia universitaria demostró torpeza, poca sensibilidad.

Prosiguió: “Las cadenas del hilo de lana se rompen…. Hay desaparición de especies terrestres visibles o invisibles (?)…”.  

Petro hizo disquisiciones sobre la ideología de la inercia que me resultaron bastante confusas. La idea central que lo anima, que el cambio climático ha sido generado por el uso de combustibles fósiles, es generalmente aceptada por las mayorías científicas pero habló sobre esto como si estuviera descubriéndolo él.

Dijo: “La crisis climática no es hecha por el ser humano sino por un sistema económico específico, la revolución industrial… se los voy a explicar desde el punto de vista de la teoría económica clásica… (cómo si la audiencia fuera de primaria).. E hizo una “revelación”: “los fenómenos económicos son históricos, no a históricos”. 

Prosiguió: “La humanidad ha tenido diferentes sistemas económicos durante su historia (otra “revelación”).. lo que existe es un alquiler de la fuerza de trabajo…. Eso se llama capitalismo” (gente se mira unos a otros en la audiencia).

Petro sigue dando su charla pero abandona el tema del cambio climático y comienza a hablar sobre el capitalismo y sobre las ganancias etc. (en el minuto 13.22 puede verse a alguien en la audiencia como abrumado por el peso de esta charla magistral) y seguirá en este hilo por unos 15 minutos.

Dijo con gran solemnidad: “La máquina es una condensación de un pensamiento cada vez más complejo….”. Me recordó mucho al Chunior, aquel personaje del humorista venezolano Emilio Lovera que decía las barbaridades más grandes con aire profesoral, verlo en acción aquí:

 

En el minuto 14.30 alguien sonrió.

En esta etapa de su conferencia se dedicó a hablar de Andreas Malm, un profesor sueco y a citarlo extensamente. Mencionó átomos, a Platón, y definió el mercado  como una conjunción de átomos matematizados.  Habló de supuestos matemáticos y teoría de juegos. Parecía haberse olvidado por completo del cambio climático.

Habló de funciones convexas y continuas y a cada minuto sonó más y más incoherente, pero evidentemente entusiasmado por el sonido de su voz y por tener una audiencia cautiva, muchos de quienes eran sus partidarios, a juzgar por los muy elogiosos comentarios sobre la charla que aparecen al final del video. (“cuanto orgullo siento de tener un presidente tan intelectual”, dice uno).

Puedo jugar con una sociedad de átomos racionales”… dice, sin pestañear, en el minuto 25, y agrega “por allí llego al teorema de Valras, un suizo”. (Walras, no Valras).  “La humanidad siempre ha sido un espacio de átomos individuales…”.

La libertad de mercado nos tiene al punto de la destrucción”, continuó, regresando al tema de su charla, abandonada por 15 minutos. “Están tratando de resolver el problema utilizando el concepto de la externalidad…   introducir en el precio de los autos el costo de la contaminación’…

Petro exhibe algunos momentos de lucidez como cuando habla del relativo descuido que muestran los grandes países para mitigar los efectos del cambio climático en los países del tercer mundo. Sin embargo se arrepiente pronto de esta lucidez, para regresar en los últimos minutos de su charla “magistral” al tema de la economía, en el cual aflora de nuevo su componente Chunior/Cantinflas.

El liderazgo político latinoamericano de este siglo: Chávez, Maduro, Pedro Castillo, los Kirchner, Daniel Ortega, ahora Gustavo Petro, ha mostrado una significativa mediocridad, agravada por la creencia de ser intelectualmente superiores. Tienden a hacer una exhibición vergonzosa de ignorancia creyendo que dictan cátedra. La conferencia de Petro en Stanford ha sido un buen ejemplo de esta tendencia.

 

Traducción »