Román Ibarra: El llanero solitario

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La Conferencia internacional celebrada en Colombia para tratar el tema de la crisis en Venezuela con la participación de 20 países, terminó con una declaración típica de esos procesos, razonablemente halagüeña como principios tras la búsqueda de acuerdos de cara al futuro inmediato.

Acordaron establecer un cronograma de elecciones libres con garantías para todos los sectores, con la idea de acoger las recomendaciones de la Unión Europea de 2021 al respecto; el levantamiento progresivo de las sanciones implementadas contra Venezuela, y la creación de un fondo fiduciario único para  inversión social con el dinero que está retenido en bancos extranjeros.

Hasta ahí, la reunión se puede considerar como otro comienzo para destrabar la crítica situación venezolana que a todos interesa resolver en el ámbito internacional. Lo más resaltante de la reunión convocada por el Presidente Petro, es la participación del gobierno de los Estados Unidos por su protagonismo mundial, y coautor junto a la Unión Europea del establecimiento de las sanciones que afectan la vida de los venezolanos.

En esa reunión, además de los 20 países invitados, estaban representados el gobierno venezolano, y un sector de la oposición venezolana, es decir, los mismos que antes participaron en las reuniones de México, bajo la mediación del Reino de Noruega.

Lamentablemente, sin invitación alguna y a manera de provocación, se presentó en Colombia el señor Juan Guaidó, con la presunta intención de hablar con los invitados a la conferencia en “nombre de millones de venezolanos”. Entró a territorio colombiano de manera ilegal, y por supuesto no fue recibido en la conferencia.

Fue un acto de provocación innecesaria que demuestra su inmadurez; su incapacidad de entender que ya no es diputado, ni presidente de la Asamblea Nacional, que ya no representa nada, sino la desfachatez del jefe de su partido, quien mueve los hilos cómodamente desde Madrid sin trabajar, y solo sirve para intrigar y destruir.

Apareció luego de madrugada solo con un morral en el aeropuerto de Miami, como si se tratara de un colegial que llega de visita a ver a sus amigos, y solo uno de ellos fue a recogerlo. Es a todas luces un pésimo guión que intentaba construir una épica que nunca tuvo, pero que además dejó pasar cuando le tocó la responsabilidad de dirigir la Asamblea Nacional, sin resultados sobresalientes o dignos de recuerdo.

Desde su llegada a Estados Unidos, su verdadero objetivo desde siempre, no ha hecho otra cosa que balbucear, declaración tras declaración, contradicciones que lo dejan en evidencia como un político amateur.

Ha dicho que los venezolanos tenemos que participar en las elecciones para derrotar a la ¨dictadura¨, aun si tuviéramos las condiciones que vive Nicaragua. Es muy extraño y lamentable que no hubiera dicho lo mismo cuando muchos advertíamos acerca del peligro de que ellos siguieran regalándole al gobierno todas las instituciones llamando a la abstención.

Ese llamado a participar electoralmente es incongruente con las consignas que entonces esgrimieron: ¨en dictadura no se vota¨; ¨dictadura no sale con votos¨, entre otras. Vuelven supuestamente al camino electoral, sin siquiera sonrojarse por el barranco en el que metieron a los venezolanos con su llamado irresponsable a la abstención, y tampoco tienen la gallardía de pedir perdón. Esa es la razón por la que han caído en el desprecio de la población, tal como revelan todas las encuestas.

Son incapaces de reconocer sus yerros, y se presentan con su cara muy lavada como el que no ha  tenido ni una sola equivocación. Eso es cinismo!

Esos dislates cometidos interna e internacionalmente se reflejan en la poca credibilidad que tiene el proceso de primarias convocado por ese sector, por lo cual, urge construir mecanismos de consenso para crear un programa de gobernabilidad y un líder de transición.

¡El hombre está solo, sin indio y sin caballo; el llanero solitario!

@romanibarra

 

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