Hace más de 200 años, quien originalmente reclamó el territorio del Esequibo fue Simón Bolívar y no los adecos, como dijo el extinto presidente Hugo Chávez, aclaró, en entrevista concedida a El Impulso, el doctor Gerson Revanales, diplomático de carrera y actual profesor de doctorado de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Central de Venezuela.
Desde hace 44 años se han hecho investigaciones para asegurar la reclamación, la cual no es sólo de un territorio sino de la soberanía que tiene Venezuela sobre recursos naturales tanto en tierra como en la plataforma, donde Guyana, arbitrariamente, los está dando en concesión, enfatizó.
Comprometido el gobierno
¿Cómo vió usted la decisión tomada por la Corte Internacional de Justicia, mediante votación de 14 a 1, de analizar, como pidió la República Cooperativa de Guyana, el diferendo fronterizo del Esequibo al ser rechazado el argumento presentado por el gobierno de Venezuela?
Yo pienso que la situación compromete mucho al gobierno venezolano. Aunque esto no es un juego de béisbol, puede compararse con que ha recibido dos strikes. Se le ha puesto la situación al gobierno muy difícil y complicada porque va a tener que ir, definitivamente, a la Corte Internacional de Justicia a defender los derechos históricos de Venezuela sobre ese territorio. Pero, para eso se requiere una voluntad política, ya que la soberanía de Venezuela ni en el Esequibo, ni en ninguna parte se defiende con eslóganes y pancartas. El que la Corte haya decidido 14 a 1 y ese 1 era del juez de Venezuela significa que hubo una mayoría absoluta, en cuanto que el recurso intentado por Venezuela no tenía un sustento jurídico, aunque hubo cuatro manifestaciones propias de los magistrados, pero, al final y al cabo, fue por mayoría la decisión.
El gobierno, en una interpretación muy propia, manifestó que había ganado el intento realizado; pero, no lo creo así porque el objetivo del equipo jurídico era que la Corte decidiera excluir la demanda de Guyana, y no fue asi.
Reclamo de Bolívar
Concretamente, ¿qué ha decidido la Corte?
Dejar una ventana abierta para revisar tanto el laudo arbitral de París, si es nulo, como las credenciales que pueda tener Venezuela. Yo supongo que los tiene porque Venezuela siempre ha alegado tenerlas desde la época del Libertador. Porque no es como dijo el extinto presidente Hugo Chávez de que esta era una reclamación de los adecos. Esta es una reclamación que originalmente hizo, en 1.822, el Libertador Simón Bolívar a la corona inglesa.
Política de investigaciones
¿Qué hacer si la Corte ha abierto una ventana para la revisión?
Se requiere la voluntad política del gobierno para ir a defender los derechos de Venezuela; pero, para ello es necesario y preciso reconocer que desde 1.966, cuando se suscribió el Acuerdo de Ginebra, las cancillerías venezolanas –lo digo en plural—han mantenido una política de investigación, han destinado recursos humanos, han invertido tiempo en colocar personas expertas para esas labores.
Cualquier equipo que se forme en este momento, sin tomar en cuenta las investigaciones que se han hecho a lo largo de esos 44 años, es verdaderamente inaceptable. Hay necesidad de pulir todas esas investigaciones, de unir todos los conocimientos de quienes acompañan al gobierno y de quienes no lo acompañan, porque el asunto no es como lo han pintado siempre: un reclamo de 159 mil kilómetros cuadrados.
Soberanía nacional
¿Y no es precisamente ese territorio lo que se está reclamando?
El reclamo del Esequibo es un problema de soberanía nacional sobre los recursos naturales que existen tanto sobre el territorio de los 159 mil kilómetros cuadrados como los que se encuentran en la plataforma, donde Guyana arbitrariamente los está dando en concesión. Es un problema de integración territorial porque esos 159 mil kilómetros cuadrados equivalen a los estados Andinos más el estado Apure.
Y es un problema de seguridad nacional puesto que por ese canal, que es la fachada atlántica, entran y salen muchos elementos extraños, como el contrabando y la droga.
Nunca la política interior de Venezuela había estado en una situación tan complicada como ahora. Ni siquiera en la primera República porque en ésta había la esperanza de que el Libertador lograra el triunfo definitivo, pero en este momento no estamos seguros porque Venezuela es el único país que tiene problemas por las cuatro fronteras.
Tiene problemas en la frontera Caribe con Holanda y los Estados Unidos, fundamentalmente. Digo con Holanda porque no tenemos comunicaciones y el gobierno holandés no reconoce al del señor Maduro. Con los Estados Unidos, como todos lo sabemos.
Tiene problemas con Colombia. Si nosotros perdemos el Esequibo con Guyana, téngalo por seguro, sin estar haciendo de Notradamus ni una Adriana Azzis, está
comportamiento que ha tenido históricamente el vecino país, éste tratará de quedarse con el golfo a través de la Corte Internacional. El asunto del golfo es grave por los errores que cometió el Congreso en 1941 cuando rechazó el primer tratado que se había firmado.
Hay problemas con Brasil por la penetración de los garimpeiros.
Además hay problemas con todas las transnacionales por la serie de incumplimientos del gobierno de Venezuela en materia de seguridad jurídica y de respeto a acuerdos de promoción e inversión firmados.
Y volviendo al caso del Esequibo, de los cinco miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, cuatro están con Guyana: Inglaterra, Estados Unidos, Rusia y China.
A esos países se agrega el Caribe anglosajón, el Commonwealth adherido a la corona inglesa, los no alineados y Cuba.
La influencia de Fidel Castro
En la débil posición asumida por el gobierno de Venezuela en los últimos 23 años sobre Guyana, ¿No tuvo influencia Fidel Castro sobre Chávez?
Hay que ser justos en esto. El presidente Chávez mantuvo una posición legítima, de defensa y en un momento, estando yo en la cancillería, cuando los Estados Unidos trataron de montar una base en Guyana, el señor José Vicente Rangel, entonces canciller, emitió notas de protesta y los americanos retiraron ese proyecto. Pero, posteriormente, por la influencia de Castro, hubo un cambio a partir del 2004. El presidente Chávez antes dio unas declaraciones bastante inoportunas e irresponsables en las que afirmaba que él no podía oponerse al desarrollo de Guyana. Evidentemente no podía hacerlo cuando Guyana lo estaba haciendo en su propio territorio, no en el de reclamación como era al cual él se refería. Si ese territorio era reconocido por el Acuerdo de Ginebra no se le podía dar carta blanca al gobierno guyanés para que lo desarrollara. Evidentemente hubo una gran influencia de Castro sobre Chávez en el Caribe, sobre todo con Guyana, en retribución a las facilidades que dio Linden Forbes Burnham en la guerra de Angola. La cooperación de Venezuela para el suministro de petróleo en el Caribe viene desde el primer gobierno de Rafael Caldera y que después esa cooperación se convirtió, además de petrolera, en financiera con Chávez. Esto hizo con Petro Caribe y Petroamérica versiones superadas de esa cooperación de Venezuela.
Trasnacionales en Guyana
¿Tienen las trasnacionales interés en que el Esequibo sea de Guyana?
Totalmente porque es el lomito de la explotación petrolera. Hay una gran diferencia en ese rubro, porque Guyana tiene unas reservas de 9 mil millones de barriles, mientras que las de Venezuela están por el orden de los 300 mil millones de barriles. Para la explotación se necesita tecnología e inversión, pero el problema es que no tiene tecnología e inversión, ni garantiza seguridad jurídica por el radicalismo socialista que va contra las empresas.
Fallas y equivocaciones
Usted decía que no se puede defender la soberanía con eslóganes y pancartas. ¿En qué ha fallado Venezuela en su política diplomática?
Yo no diría en el campo diplomático, sino en el político. Porque los diplomáticos, al fin y al cabo, tienen lineamientos políticos. Cualquier embajador o negociador tiene instrucciones del jefe de Estado, quien constitucionalmente es el responsable de la política internacional. Ha habido fallas y equivocaciones en la política. Las estrategias jurídicas no han dado resultados. La última decisión de la Corte echó por tierra la estrategia jurídica, lo que obliga al gobierno a revisar a los equipos de abogados y de investigación.
Ni consignas ni gritos
Cuando se habla de Guyana, que perteneció a la corona inglesa, ¿no podría darse con el Esequibo un caso semejante como el del presidente Leopoldo Fortunato Galtieri que trató por la vía de las armas recuperar Las Malvinas?
No creo que esa locura pueda llegar, ni que tenga las capacidades para hacerlo. Recuerde que el gobierno tiene una consigna de que su diplomacia es de paz. Yo no la comparto, porque si a usted se le meten a su casa, aunque sea usted muy católico, muy creyente, no va a negociar con los secuestradores de su familia. No se puede cruzarse de brazos cuando le toman su territorio. Tampoco puedo estar pensando que no voy a reclamar lo que me corresponde porque son mis hermanos guyaneses. Éstos no dicen que son hermanos de la República Bolivariana de Venezuela. Ni el Derecho Internacional, ni ningún Estado reconoce la ocupación por la vía militar. Ahí está el recuerdo de la ocupación de Irak a Kuwait. Galtieri cuando estaba en el foso de la popularidad montó esa invasión con el pretexto de elevar el patriotismo, pero esa jugada le salió mal. Lo que está pasando ahora con Guyana data de hace dos años, porque desde el 2004 hasta el 2020 hubo una hermandad con Guyana hasta el punto que un embajador guyanés le manifestó irrespetuosamente al presidente Chávez que se olvidara de la reclamación en aras del socialismo.
-Yo le preguntaba eso porque hay una consigna militar en los desfiles que dice: El sol de Venezuela nace en el Esequibo.
Hay que olvidarse de esas cosas. La decisión está en La Haya. Cualquier manifestación que hagamos en este momento no va a influenciar en la Corte. La defensa tiene que hacerse con los abogados y la investigación. No tiene ningún sentido pegar gritos. Los jueces no los van a oír, ni le interesa.
Pacífico Sánchez – El Impulso