Amigos lectores:
La Academia Venezolana de la Lengua ha publicado en formato digital, los cuatro volúmenes que conforman Teatro político venezolano (y otros teatros venezolanos) del académico, investigador, ensayista y crítico teatral, Leonardo Azparren Giménez. El conjunto reúne ensayos, ponencias y artículos de varia extensión, selección depositaria de una disciplina de décadas, voluntad intelectual que no ha cedido nunca a las facilidades de lo inmediato. Su empeño -hacer una lectura comprensiva de tendencias, dramaturgias, obras y momentos fértiles del teatro venezolano-, se potencia, además, con el cultivo de una prosa limpia. El ensayista nato que hay Azparren Giménez, el hombre que se desenvuelve entre las ideas -no en balde es Licenciado en Filosofía-, no repele nunca al pedagogo: mientras se lee, se siente en la escritura, siempre allí, la presencia de la voz clarificadora, la voz que acompaña al lector en su recorrido. La entrevista que le hice está en las tres primeras páginas de esta edición. Incluyo, además, un fragmento del capítulo “Sobre la crítica y la historia”, que pertenece al primer volumen. Quiero agregar: en sus respuestas todo es sustantivo. No hay una línea que no merezca nuestra atención, que no ratifique su cultivado respeto por el lector, por el hecho teatral, por los autores.
Malva Flores, poeta y ensayista mexicana, presenta el libro de Maarten van Delden, Reality in movement: Octavio Paz as Essayist and Public Intellectual (Vanderbilt University Press, 2021), que reúne diez ensayos sobre cuestiones que no se limitan a la trayectoria del pensador extraordinario que fue Paz, ni tampoco a la especificidad del rico y pugnaz mundo intelectual de México: son debates que, en su complejidad, nos hablan e interrogan. Escribe Malva Flores, en su cuidada y elocuente presentación: “la sensibilidad intelectual de nuestros días nos obliga a vivir en el mundo de las explicaciones y de las disculpas. En ese espacio de lapidación perpetua en el que se ha convertido la vida pública, la literaria y la crítica; en ese sitio, digo, lleno de confusiones, olvidos y mentiras intencionales, el libro de Maarten se abre a nuestros ojos como un ejemplo de higiene intelectual, esos términos tan queridos por Paz y que pocos pueden presumir. Reality in Movement resulta entonces –sin aspavientos, pero con pruebas– uno de los más importantes ejercicios de aclaración histórica para el campo de la literatura mexicana e hispanoamericana; pero también –sobre todo– para la cultura de una nación atravesada desde hace ya muchos años, y hoy más que nunca, por la confrontación ideológica”.
No sé si alguna vez el poeta, narrador, ensayista y traductor argentino Alberto Girri (1919-1991) estuvo en Venezuela. Lo anoto porque en el catálogo de Monte Ávila Editores, hay al menos dos títulos suyos: una antología que reúne a 21 poetas estadounidenses, Cosmopolitismo y disensión (1969), y Prosas, volumen de relatos, publicado en 1977. He querido recordar este vínculo, como antesala a La hospitalidad del despojo: Alberto Girri, breve ensayo del escritor chileno Ismael Gavilán Muñoz que viene en la página 5. Dice Gavilán: “Árida e incomprensible han sido adjetivos siempre recurrentes para calificar la poesía de Girri y uno estaría tentado a tomar el asunto del revés y preguntar ¿y algo malo hay en ello? Prejuiciados por lo que significa el tan traído y llevado concepto de comunicación, en poesía no necesariamente lo comunicable en la transparencia del discurso adquiere estatuto de ciudadanía. Tantas veces se nos olvida que la opacidad del lenguaje encuentra refugio o más bien su razón de ser en verse otorgado en las palabras concatenadas por el oficio del poeta: trabajo singular que rehúye toda adscripción distraída y donde cada vocablo expone que no muestra”.
Es probable que para muchos lectores -me incluyo- el nombre de Gustaf Sobin (1935-2005) poeta y ensayista estadounidense -quien por décadas vivió en Francia-, sea una novedad. En internet se encuentran en nuestra lengua solo algunos poemas traducidos por Tedi López Mills. Y no mucho más. En la página 6, el escritor chileno Benjamín Carrasco presenta Vestigios luminosos (Editorial Universidad de Valparaíso, 2023), antología de ensayos de Sobin, traducidos por Marcelo Pellegrini. Dice Carrasco: “Sobin se detiene en momentos particulares del paisaje provenzal, pero no se detiene allí. En el ejercicio de recorrer el Ródano, tras los pasos de Aníbal, recorre a su vez todos los ríos; con los restos del acueducto romano logra dar con todas las vertientes de las mirabilia aquarum habidas. La pluma de Sobin cautiva por su enorme sentido del asombro y la curiosidad, por cómo aparece el rumbo de la aventura, el trabajo de campo y la salida a terreno en una prosa que hace de esas experiencias in situ parte misma del conocimiento. Al leer estas investigaciones se observa en ello la capacidad de conectar al hombre con la Naturaleza, de encontrar en la arquitectura y en la iconografía antiguas y medievales, en los artefactos ancestrales, un saber elemental”. La página incluye uno de los ensayos de Sobin: el aura inaudible de las campanas. Me falta decir: es la primera vez que sus ensayos se vierten en nuestra lengua.
La página 8 trae la entrevista que le hice a Virginia Aponte, histórica directora de grupo de teatro de la UCAB, que este año cumplirá 48 años -el grupo, no ella-. Le pregunté por las experiencias y aprendizajes del largo recorrido, así como por el próximo montaje, Coroliano de Shakespeare. A la pregunta de qué provee la actividad teatral a un estudiante universitario, respondió Aponte: “Provee decisión personal. Voluntad de decir. Lo cual podemos resumir en educación activa. Y por encima de otras consideraciones, una reflexión comprometida con el momento histórico que vivimos. Provee la oportunidad de entrar a profundidad en los temas esenciales que han obsesionado siempre al ser humano, sin que medie la amenaza de un examen o la búsqueda de una calificación”.
En los últimos tres o cuatro años, Aníbal Romero, estudioso y pensador de las ciencias políticas con sus ramificaciones hacia la historia y la biografía, la filosofía política, los modelos políticos y las cuestiones estratégicas, se ha concentrado en algunos textos clásicos, para leerlos y releerlos con herramientas distintas a los de la crítica literaria. En estas páginas, por ejemplo, hemos publicado ensayos dedicados a Homero y a Thomas Mann. En las páginas 8 y 9, se publica la primera de tres entregas, de Macbeth, o el relato de un idiota: “La clave que propondré en estas páginas se encuentra condensada en los famosos versos de la escena 5 del acto V, que aseveran que “La vida…es un cuento/relatado por un idiota, llena de ruido y furia/que nada significa” (3). Esta consideración de Shakespeare, a mi modo de ver, debe ser tomada totalmente en serio como la clave esencial del drama, y asumida como punto culminante de una argumentación acerca de la condición humana en su plena y desnuda existencia terrena, la única que nos es dado experimentar.
El relato de un idiota puede ser incoherente y absurdo, pero no es ése el caso siempre; el relato de un idiota, como los sueños, puede exhibir un sentido y expresarlo con inimitable intensidad, si profundizamos en sus vericuetos, veredas, atajos, deslices y abismos. Un idiota, como en la impactante novela El idiota de Dostoievski, puede ser instrumento de la verdad, y en este terreno, el de la exploración de nuestra condición humana, Macbeth nos transmite este mensaje: dicha condición es la de un ser “arrojado”, según el término usado por Heidegger, en medio de un contexto caótico que con mayor o menor suerte podemos intentar evadir, mas nunca apartar por completo de nuestra experiencia”.
Que estas páginas, amigos lectores, sean de provecho.
Nelson Rivera.