Roberto Patiño: El futuro se conjuga en tiempo presente

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Hace unos días, la Asociación Civil Con la Escuela dio a conocer los resultados de otro estudio llevado adelante por la Red de Observadores Escolares, un proyecto que busca investigar y difundir, de manera rigurosa, la situación de la educación en el país y así contribuir en la búsqueda de soluciones.

A través de encuestas a profundidad realizadas a docentes en 79 planteles educativos a nivel nacional, la Asociación Civil nos vuelve a mostrar un panorama lamentable, en esta oportunidad desde la perspectiva de los niños, niñas y jóvenes que asisten a los centros educativos. Es así como supimos que una media del 22% de los alumnos incluidos en la muestra, no acuden a los centros escolares para poder colaborar con el ingreso familiar, un porcentaje que puede variar dependiendo de la ciudad desde donde se hace la encuesta, pero que está presente en todas los estados investigados.

Las fallas en los servicios públicos, comenzando por el agua, son otras razones para la deserción escolar según la investigación, carencias que además afectan a los planteles educativos y que dificultad aún más el trabajo (y la vida) de los docentes.

Otro dato relevante que surge en la investigación tiene que ver con el Plan de Alimentación Escolar, PAE. Según la A.C. Con la Escuela, la ausencia de este servicio es una de las razones de peso que hay detrás del abandono de las aulas. En el estudio, sólo el 32.4% de los planteles educativos reciben el PAE diariamente, lo que es un indicador de la envergadura del problema, algo de lo que podemos dar testimonio en primera persona pues, como muchos saben, los Comedores de Alimenta la Solidaridad nacen como una iniciativa para garantizar la alimentación escolar y así preservar un motivo de peso para que las familias sigan enviando a sus hijos a la escuela. Como testifica la Asociación Civil y nuestra experiencia en las comunidades, los programas de alimentación escolar son una política pública que está siendo gradualmente abandonada por el Estado, con consecuencias peligrosas para las próximas generaciones de venezolanos.

A todo este panorama hay que agregarle las condiciones laborales del de nuestros maestros y profesores, un gremio obligado a trabajar en situaciones precarias, atados a un salario por debajo de las condiciones mínimas de supervivencia y cuyos logros gremiales han sido borrados con la aplicación del llamado Instructivo ONAPRE. Sólo unas convicciones personales inquebrantables y un compromiso por el futuro, explica que los docentes sigan acudiendo a sus puestos de trabajo, algo que reconocen todas las investigaciones y que hemos visto en las comunidades. Al menos nos queda esta buena noticia dentro de una situación alarmante.

En medio de la crisis humanitaria que atraviesa el país se entiende muy bien las razones por las que nuestros chamos abandonan el liceo. Cuando la necesidad se asoma por la ventana de la casa, todos tienen que arrimar el hombro y ayudar. Sin embargo enfrentar la crisis abandonando la educación nos genera una factura imposible de pagar paras las próximas generaciones. La mejor garantía que tiene una familia para mejorar su calidad de vida está en los liceos, pero muchas de ellas no pueden hacerlo sin el apoyo del Estado y de la sociedad civil organizada. Un mejor futuro sólo se conjuga en tiempo presente, si nos organizamos y trabajamos desde ahora.

Acompañar a los docentes en sus luchas sindicales, trabajar para alcanzar un compromiso nacional por la educación de nuestros jóvenes y seguir luchando para lograr el cambio pacífico y democrático que desean la mayoría de los venezolanos como vía para cambiar el Estado y ponerlo al servicio de la educación pública, deben ser objetivos claros de una acción política y social que trabajo hoy, sin dejar de mirar hacia el futuro.

Este ha sido y seguirá siendo nuestro compromiso.

Fundador de Alimenta La Solidaridad y Mi Convive – www.rpatino.com

 

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