Hablamos de la conferencia sobre el proceso político de Venezuela celebrada el 25 de abril de 2023 en el Palacio Presidencial de Colombia. Reconocemos, en primer lugar, el discurso del presidente Gustavo Petro en la inauguración de la conferencia. Enfatizó que “el pueblo venezolano no quiere ser sancionado, ha sido la principal víctima de las restricciones”. Válida su posición filosófica sobre el tema de la paz, la democracia y la autodeterminación de nuestros pueblos.
Sin duda, eran entre otros, los temas que justificaban nuestra presencia en este encuentro. Pero al final al escuchar el escueto y banal resumen de lo resuelto por las variopintas delegaciones, que sólo “coincidieron” en elevar a título de recomendaciones, tanto para el Gobierno como a la Plataforma Unitaria, que nos ofreció en una lacónica declaración el canciller Álvaro Leyva. Hasta ese momento, las que habían sido nuestras expectativas sobre el evento, como dice la frase: “todo se quedó en aguas de borraja”. Puesto que el tema del cronograma para la celebración de elecciones presidenciales libres y transparentes y confiables y plenas garantías para todos los actores venezolanos se está llevando a cabo y es una tema obvio y que se está logrando. Inquieta sí, que recomienden que, para ello, se tomen como referencia las observaciones de la misión electoral de la Unión Europea de 2021, considerando el escaso respeto que hacia el país y sus instituciones ha demostrado su presidente el señor Borrel.
Otra recomendación que diluye y hasta insinúa trivialidad es el tema de las sanciones. Piden que al dar “seguimiento del proceso, se vaya al paso con la revisión del avanze sobre las distintas sanciones que le han sido aplicadas a Venezuela”. O sea, “si les da tiempo, piensen en eso”.
Finalizan sus solicitudes con la continuación del proceso de negociación de 2021 facilitado por el reino de Noruega que ha tenido lugar en México, -“y de paso, si les parece”- traten de acelerar la creación del Fondo Fiduciario Único para inversión social en Venezuela.
Era evidente que el tema de sanciones y la devolución de los fondos retenidos iba a ser saboteado por la delegación de Biden. Quien hoy solo piensa en su reelección y, aceptar estas peticiones sería mal visto por los electores de Miami. Quien salió peor en este trance fue el caco de pocas luces Guaidó, que huía de la ley y su familia, recibió palos de su partido, seguidores, rastrojos y gringos que lo desecharon.