Román Ibarra: Suicidio electoral

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Es sorprendente como la política amateur intenta abrirse camino otra vez, a pesar sus reiterados fracasos, y sobre todo con la intención deliberada de chantajear a los interlocutores.

La actitud demagógica y populista de la señora María Corina Machado, de ahora en adelante Doña Cliché, es verdaderamente lamentable. Resulta increíble que proponga como “fórmula mágica”, la celebración de la Primaria, sin la presencia del CNE, y su asistencia técnica, a sabiendas de que sin ellos sería prácticamente imposible su realización.

La tontería de ¨papelito por papelito, y sin las maquinitas del fraude¨ del CNE de Maduro, y Jorge Rodríguez, solo habla de su recurrente deseo de sabotear cualquier proceso electoral, buscando una implosión que no va a ocurrir, para que la lleve a ella en hombros de no sé quien a sentarse en Miraflores

Desde que dirigía Súmate en 2005 ha estado saboteando la institución del voto y destruyendo a la oposición. Recordemos como llamaba desaforadamente a la abstención desde entonces, y logró chantajear a unos partidos huérfanos de liderazgo que le siguieron en sus niñadas, y le pusieron a Chávez en bandeja de plata todas las instituciones del Estado, por la vía de no participar en las parlamentarias de ese año.

En lo sucesivo ha estado saboteando junto a sus socios del G4 con otros clichés para fracasar siempre: Firmante  del Decreto Imperial de Carmona; Plaza Altamira; La Salida; Maduro vete ya; dictadura no sale con votos; solos no podemos; los muchachos de los escudos de cartón (pero no sus hijos); la convocatoria del R2P buscando la invasión del país por tropas extranjeras (la más miserable y ruín de todas las propuestas); las guarimbas; los trancazos; nuevos llamados a la abstención; denunciando fraude sin pruebas, etc.

Siempre intentando destruir, como en efecto, la institución del voto para entregar a Chávez primero y luego a Maduro, quien sonríe feliz, todo el control institucional del país para su destrucción como se ve hoy.

Hasta 2018, y 2020, estuvo llamando a la abstención junto a sus socios del G4, pero resulta que ahora es candidata a la Primaria; ya lo había sido en las primarias de  2012 en las que recibió una paliza brutal por parte de Capriles. Qué casualidad que cuando  ella es candidata se olvida de la abstención momentáneamente.

En esta oportunidad también ha intentado chantajear a la Comisión que organiza la Primaria, y estos cometieron el error de pedir asistencia técnica del CNE, pero sin el sistema biométrico, recibiendo como respuesta lógica una negativa rotunda.

No se entiende como insiste en esa necedad de la Primaria sin el CNE, puesto que en el caso de que se realizaran (hay dudas razonables), y ella hipotéticamente resultara ganadora, tendría que enfrentar a Maduro con ese CNE al que ella desprecia. Eso la convierte por incoherente y amateur, desde ya, en la candidata favorita del gobierno.

Esa eventual candidatura la convierte en el tramo más fácil para legitimar la reelección segura del peor gobierno posible, el de Maduro.

Protagonista de tanta irresponsabilidad, pareciera un plan para destruir el proceso que nació muy débil con mini partidos cuestionados y judicializados, para lanzarse sola y denunciar –otra vez sin pruebas- fraude.

El país no se merece a Maduro de nuevo y la candidatura de la Doña, sumado a que varios de sus contrincantes están inhabilitados, garantizan un triunfo seguro  del oficialismo en 2024.

Por esas y otras razones largamente explicadas, estamos convencidos de que la Primaria, tal como se ve hasta ahora, anuncia un rotundo fracaso de exigua participación, y el reclamo para evitar la participación del CNE solo responde a la necesidad de inflar las cifras de participación. Derrota cantada!

Debemos insistir en la necesidad de alcanzar un pacto de gobernabilidad y un candidato de consenso que dirija la transición democrática en paz.

@romanibarra

 

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