Según antiguas mitologías, en tiempos remotos, una fuerza maligna domina a los ancianos y los lleva a tomar venganza ante el maltrato de las nuevas generaciones…
En la película Los Ancianos, disponible en Netflix, ellos son poseídos por una fuerza ancestral que los convierte en una furia asesina contra los jóvenes en venganza por el maltrato de seres queridos y familiares. Como obedeciendo a una señal convenida, los adultos mayores se escapan de sus asilos, de sus sillas de ruedas y de sus achaques y salen a la fría noche capitalista a matar a cuanto joven se cruce en su camino. En internet puede verse interesantes críticas de este peculiar y sangriento filme que inculpa a los ancianos una conducta destructiva nada creíble y muy del gusto de la vieja Lagarde y de sus compinches en el FMI, casualmente por sus visiones de reducción de la población mundial exterminando adultos mayores.
Segunda parte
Parece que se nos viene una segunda parte para mediados de 2024, esta vez creada por el director japonés Yohaora Sivohto, en la cual los ancianos de todo el planeta, aunque ciertamente dolidos por el abandono de sus seres queridos, lo que están es bien arrechos por el atropello de los Estados debido las miserables pensiones que reciben. Pero esta vez no asesinan a nadie, sino que protestan y toman el poder. En el secreto habían venido debatiendo y organizándose para defender su derecho a la vida negado por funcionarios que se roban los recursos de todos y gobiernos que se amañan con organismos financieros multinacionales para realizar marañas y contraer deudas odiosas que terminan pagando los más débiles económicamente.
Resumen del argumento
La pesadilla global para los poderosos se desata un 1° de mayo luego de los anuncios del gobernante de cierto país muy cuestionado por su política salarial que ha esparcido la miseria entre jubilados y pensionados. El gobernante en cuestión, bien papeado y conocido como Superbigote, protagoniza un teatro público para burlarse sádicamente del pueblo trabajador y de jubilados y pensionados muy especialmente. Simula recibir de ellos mismos unas propuestas salariales que se suponía iban a medio paliar el hambre del Pueblo. Apenas si las mira y, más rápido y furioso que un aumento de precios, las aprueba. Inmediatamente enuncia y aprueba de un solo mandarriazo la eliminación del salario, las vacaciones, los aguinaldos y las prestaciones y dejando en el mayor desamparo social a toda la clase trabajadora y a los jubilados y pensionados que apenas si creen que eso es lo que está anunciando Superbigote. … Una especie de perturbación estomacal recorre entonces el alma de la humanidad herida por tanto sadismo.
Pero Superbigote, quien suele divertirse en sus apariciones públicas, a veces bailando o haciendo chistes sin dar soluciones, no percibe el impacto causado por su inhumano anuncio y pregunta: ¿Están de acuerdooo? Un ¡¡ Noooooooooooooooooooo… !! rotundo de dimensiones cósmicas recorre los cielos y la tierra, da la vuelta al universo y regresa cargado de rabia, de llantos de niños mal alimentados, de hambre y dolor … Ajeno a esta reacción del Pueblo, el chistoso presidente declara claro y enfático: ¡Aprobado! … Y es entonces, como obedeciendo a una señal convenida, cuando se desata el asalto al cielo de los adultos mayores, quienes dando muestras de ímpetu transformador asumen el poder en cada país y decretan un gobierno mundial donde las pensiones y el salario se rigen por el costo de la canasta básica y donde prevalece el amor entre jóvenes y adultos. Cunde el pánico entre gobernantes, banqueros, corruptos, militares y empresarios quienes se refugian en búnkeres bajo tierra que tenían preparados para una situación similar, debido a que los paraísos fiscales también fueron intervenidos por el nuevo orden mundial de los adultos mayores.
Tengo información que esta originalísima versión de la problemática generacional será estrenada en nuestro país donde la realidad se parece bastante a la fantasía creadora de los cineastas.
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