Cuando se hace obvio de toda obviedad que se requiere ese salto cualitativo llamado cambio hay que mirar con atención los paradigmas específicos con que hemos mirado la realidad política y la realidad real que hemos contribuido a forjar con nuestra propia mirada.
Permítasenos una breve digresión hacia la física cuántica. Se ha demostrado el proceso que convierte en realidad los estados probabilísticos. La cuántica ve objetos que están simultáneamente en varios sitios a la vez. En cualquier caso, es el observador y sus instrumentos de medida los verdaderos factores de la realidad. Los físicos hablan de decoherencia para definir el enredo de los sistemas. Y agregan que un sistema se desintegra cuando pierde la capacidad para mantener las interconexiones específicas. Lo que hay que hacer es liberar de las restricciones para que los elementos se encuentren disponibles para nuevas formas organizacionales.
Si extrapolamos de la física cuántica hacia los procesos sociales podemos llegar a idénticos resultados. La mirada de los observadores determina la realidad y su forma de mirarla la fortalece o provoca su agotamiento para posibilitar el nacimiento de formas distintas.
Si se mira desde la complejidad comienza por aceptarse la contradicción, esto es, termina la obligación cognitiva de silenciarla o mirarla linealmente. Cuando vemos una única dimensión estamos propensos al error. En otras palabras, permaneceremos anestesiados e impotentes. Sin embargo, el viejo paradigma nos obliga a una supuesta racionalidad que conlleva a rechazar todo lo que parezca especulación. Podríamos hablar así de la reflexibilidad indispensable a la que tiene que someterse un cuerpo social que le facilite la obtención de nuevas posiciones frente a la emergencia que enfrenta.
Ahora bien, nos planteará el lector anónimo, ¿cómo aplico estas concepciones a la liberación inmediata o progresiva de mi propio drama? Basta por iniciar la comprensión de una realidad múltiple, contradictoria y complementaria e interrogarnos si nuestras creencias nos han conducido a algún resultado concreto. Si la respuesta es negativa ya estará abierta la espita. La decisión de cambiar la mirada, o simplemente de interrogarse sobre ella, tiene consecuencias a corto plazo.
@tlopezmelendez