Jonatan Alzuru: La UCV la casa que vence a las sombras

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La evaluación de las prácticas sociales, de las acciones, permiten inferir las intenciones y las ideas que movilizan a quienes las ejecutan. Quien desea mantenerse en el poder, lo que manifiesta es la negación de la alternatividad como práctica democrática. El continuismo es miseria y destrucción. Es la sombra que debemos vencer.

Venezuela está en penumbras, nuestras universidades languidecen en este marasmo social; anquilosadas se han transformado en cascarones vacíos de contenidos. Sin embargo, las elecciones en la Universidad Central de Venezuela, después de más de una década inmovilizada, es una oportunidad no solo para la institución sino para el país, porque es encender un faro que permita la transformación que tanto anhelamos como sociedad. De allí que es de vital importancia el acontecimiento electoral en nuestra máxima casa de estudios.

¿Por qué consideramos que la UCV es la casa que puede vencer a las sombras? Porque la Universidad es una comunidad intelectual donde los logros científicos, en sus diversas disciplinas, le dan un valor social que se transforma en el horizonte de sentido de su quehacer, porque dignifican a la institución, en la misma medida que ofrece al país posibilidades y caminos múltiples para su autocomprensión cultural, así como las posibilidades de desarrollo.

La Universidad es una comunidad intelectual donde se forman a las personas para que sean capaces de pensar por sí mismas. Por lo tanto, es el invernadero de un semillero social que tiene entre otras finalidades, crecer como un bosque inhabitual, capaz de resistir las tempestades de cualquier autoritarismo y totalitarismo. Es el nicho de resistencia contra esos espíritus que albergan la destrucción y el oscurantismo.   No es una institución política por definición, pero impacta tanto al pensamiento como a las prácticas políticas cuando es fiel a su naturaleza, la producción de conocimientos dentro de una vivencia donde se celebran las diferencias, los debates rigurosos y las posibilidades de consensuar ideas para impulsar proyectos comunes.

La universidad es una comunidad intelectual donde todos y cada uno de sus miembros juegan un papel vital, desde la persona encargada de la limpieza hasta quien realiza alguna innovación en un campo del saber específico, cuya unidad está anclada en ser una luz para el corto, el mediano y el largo plazo del país; porque es un motor social. A este respecto la UCV a lo largo de su historia, en los momentos más difíciles del país, ha dado ejemplo y ha llegado el momento, la circunstancia, para que recupere su sitial de honor dentro de la sociedad venezolana.

La universidad es una comunidad intelectual que se fortalece y crece con el diálogo de saberes con sus pares, con las industrias, con las comunidades, nacionales e internacionales.  Su vocación está en atender asuntos relevantes en las distintas esferas de la eco-sociedad, para plantear soluciones, pero con la modestia para revisar desde sus métodos hasta las conclusiones, porque es de su acervo histórico el comprender la falibilidad de los saberes; por eso la institución se caracteriza por una escucha al otro, al que piensa distinto y promueve que se innove en las formas distintas del hacer. Este capital es una contribución excelsa para un país y la UCV tiene una comunidad con posibilidades de hacerlo.

Actualmente, somos cientos de académicos y académicas de la UCV que fuimos desplazados y nos encontramos en la diáspora en distintas partes del mundo; somos parte del terremoto migratorio, el más grande e inédito de la historia del país; asumiendo el desgarramiento espiritual y cultural que nos produjo esa fractura social, nos llenamos de aliento y estamos dispuestos a unirnos a la convocatoria que de forma abierta y plural, con un sólido proyecto académico para la dignificación de la UCV, realizó el Dr. Víctor Rago Albujas. Investigador de punta en el área de la antropología, con una sólida experiencia gerencial (Ex Decano de FACES) y con una pericia ejemplar para la constitución de acuerdos, respetando las diferencias, que se transforman en proyectos cooperativos que se pueden evaluar con los más rigurosos indicadores. Nos solidarizamos y nos unimos al proyecto académico que lidera nuestro amigo Víctor Rago, para que nuestra querida UCV vuelva a tomar su lugar histórico como, “La casa que vence a las sombras.”

Ucevista. Dirigió el Centro de Investigaciones Postdoctorales de la UCV; Fue profesor del Doctorado en Ciencias Sociales, de la Escuela de Trabajo Social y fue miembro del Consejo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales (FACES).

 

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