Neuro Villalobos: La dura recapitalización intelectual 

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Es de ilusos creer que el mérito puede abrir las puertas de un régimen envilecido. Neuro J. Villalobos Rincón.

En esta semana pudimos leer por las redes sociales una noticia que viene a confirmar lo que muchos venezolanos nos imaginamos: la fuerte y profunda descapitalización intelectual de la sociedad venezolana. Según un reportaje realizado por la agencia Bloomberg sobre la fuga de cerebros venezolanos, señala que “durante el último medio siglo ningún país latinoamericano produjo tantos graduados universitarios como lo hizo Venezuela durante el auge del petróleo que comenzó en la década de 1970.” Sin embargo, los expertos en migración consideran que nuestro país es el primer exportador mundial de capacidad intelectual ya que estiman que “unos 2 millones de venezolanos con títulos avanzados viven fuera de su país” y afirman que “los venezolanos tienden a tener más educación que el ciudadano promedio de las economías de  destino.”

Esa circunstancia, con toda seguridad, se ha visto acentuada no solo por la migración provocada por el régimen comandado por Chávez y Maduro, sino porque hemos sido sometidos al “efecto Dunning-Kruger “ por mucho tiempo. Este fenómeno psicológico descrito por estos científicos de la Universidad de Cornell, expresa que las personas con escaso conocimiento tienden sistemáticamente a pensar que saben mucho más de lo que realmente saben y a considerarse más inteligentes que otras personas más preparadas y capacitadas.

Este efecto se basa en dos principios: “1.- Los individuos incompetentes tienden a sobrestimar sus propias habilidades. 2.- Los individuos incompetentes son incapaces de reconocer las verdaderas habilidades y conocimientos en los demás. Esta situación es harto peligrosa y ya nos hemos dado cuenta de ello debido a que en el estudio en mención se llegó a la conclusión de que los incompetentes “no solo llegan a conclusiones erróneas y toman decisiones desafortunadas sino que su incompetencia les impide darse cuenta de ello.” Por tanto, como dice H. L. Mencken, nos hemos caracterizado por ser una sociedad que busca para cada problema complejo una solución sencilla. . . . Y equivocada.

Es posible que pensemos que hay en ese estudio una explicación a la catastrófica situación en la que se encuentra nuestro país, hoy sufrida en cuerpo y alma por todos los venezolanos. Pero es que no solo hemos estado gobernados, y todavía lo estamos, por incompetentes, sino además por charlatanes y embusteros, aunque debemos distinguir entre unos y otros. Estos últimos conocen la verdad, la valoran pero la ocultan y desfiguran para obtener algún tipo de ventaja, en tanto los charlatanes no rechazan ni se oponen a la verdad como hacen los embusteros, simplemente la ignoran, no le prestan atención en lo absoluto. Por eso el charlatán es peor enemigo de la verdad que el embustero y debemos, al igual que Savater, considerar un auténtico agravio contra el espíritu aprovecharse del deseo de saber de alguien –uno de los más nobles y humanos- para inculcarle falsedades.

Es importante y loable el reconocimiento del esfuerzo de capitalización intelectual que hicimos los venezolanos en el período señalado y que hoy lo estamos demostrando en todos los confines del mundo, pero es muy lamentable la descapitalización sufrida, lo cual presupone un esfuerzo muy grande y un largo período por parte de varias generaciones para recapitalizarnos de nuevo.

En mis reflexiones no deja de ser mortificante la idea de cómo construir el futuro a partir de este infausto presente para las próximas generaciones de venezolanos si lo que se cultiva en el país es la ignorancia para poder afincar sobre ella su pretendida revolución. Razón tiene Ángel B. Viso cuando afirma que todas las revoluciones son terribles “ya que pretenden fundarse en la ilusión de un precedente remoto, difícil de distinguir de la utopía”. Lo que han logrado es destruirlo todo a su paso, dejando un ambiente de muerte, dolor y desilusión.

nevillarin@gmail.com

 

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