Marina Ayala: Rescatemos nuestro espacio

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Fueron ejecutando su plan con herramientas precisas y nosotros poco instruidos en política no nos dimos cuenta. Acabaron con las instituciones, acabaron con nuestras organizaciones gremiales, no respetaron las normas democráticas de convivencia e impusieron la violencia como método de control. Pero sobre todo se nos cerró el espacio de acción y por lo tanto de la política y fue cuando nos despedimos de la libertad. Eran los primeros pasos para dejarnos inactivos, obedientes y temerosos. Comenzamos a despertar, si es que despertamos, cuando nos encontramos al borde del abismo. Así se pierde la democracia, así comienza la descomposición política. Sin política y su espacio natural de acuerdos entre ciudadanos no hay libertad.

Todos indicadores del comportamiento autoritario cuya principal finalidad es tener a los ciudadanos inactivos. Cualquier movimiento tendiente a romper la cárcel en las que nos metieron es una lucha válida y loable por la libertad. Los impostores del gobierno comienzan a hacer torpezas porque de repente se dieron cuenta del saqueo descontrolado cuando fueron a buscar algunas dádivas que calmaran la protesta de los trabajadores y se encontraron las alforjas vacías. Comenzaron entonces una imaginaria “guerra económica” que es la implementación de una economía de guerra generada por su extrema negligencia. Están metidos en el peor dilema desde que se hicieron del poder.

Nunca hemos tenido mejor momento para comenzar a actuar en un espacio donde podamos compartir y acordar entre personas con pensamientos distintos, pero con convicciones democráticas. Nunca tuvimos mejor momento para abrirnos ese espacio de libre asociación unidos por el principio de reciprocidad con la participación espontánea de los ciudadanos. Es fundamental este espacio político opinaba Hannah Arendt, y se comienza a observar movimientos que buscan el diálogo respetuoso entre diferentes actores políticos y los sujetos convencidos por la acción política. Tenemos que estar escépticos, nos acercamos y vemos con gran duda el poder lograrlo. Es natural hemos sido engañados, traicionados en muchas ocasiones, pero no por ello es válido no seguir intentándolo.

Ninguna acción podemos emprender con efectividad sin una gran cantidad de sujetos que estén convencidos de ejecutar en conjunto los pasos acordados. Es la auténtica libertad que podemos alcanzar. Es llenar de contenido un discurso que de lo contrario quedarían vacío. Todo comienza y termina en la voluntad humana y sus acertados movimientos en comunidad. Nuestra capacidad de juicio y el pensamiento libre hay que sacarlo de la gaveta en que fueron confiscados por miedo, y lograr que se activen. Dejemos a un lado las frases hechas que nos han venido repitiendo por tantos años y nos han conducidos a acciones irreflexivas. Mientras no emprendamos con criterio las acciones pertinentes seguiremos anulados como personas.

Estoy convencida que estamos en el mejor momento desde que comenzamos a ser dominados y saqueados. Falta la convicción política y los dirigentes no ayudan, la peor torpeza la están cometiendo los que se autodenominan de oposición porque las torpezas en la otra acera no son nuevas ni desconocidas. Siempre hay personas capaces y honestos que están dispuestos a luchar por el rescate del país, debemos verlos.

 

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