Lo que prometía ser el retrato amable y prístino de la conciencia nacional, terminó en un bochorno inaceptable, y envía un pésimo mensaje de desaliento al país. Hubo que suspender las elecciones de la UCV, luego de casi 15 años sin poder celebrarlas, por las mañas y la intervención del gobierno, y la alegría y beneplácito de las actuales autoridades rectorales.
El ridículo empeño de optar –porque si- por un sistema ¨manual¨, haciéndole coro a la impertinencia de quienes en su vaivén antipolítico, andan pregonando semejante necedad en su campaña por la Primaria que ha convocado un sector minoritario de los factores de oposición en nuestro país, ha echado por la borda el deseo largamente reprimido de la comunidad ucevista.
Lo que prometía una participación entusiasta y masiva de todos los miembros de la comunidad, se vio frustrada por la incompetencia de la comisión electoral, evidentemente desbordada por la situación. No previeron la necesidad de la elaboración de boletas suplementarias, siendo su argumento principal el que las boletas se ¨habían humedecido¨ y no podían ser captadas por las lectoras ópticas; argumento baladí para una comisión que tiene lustros en el ejercicio de esos cargos.
Profesores de todas las edades; estudiantes; egresados; empleados administrativos, y obreros sinceramente emocionados por la participación en un proceso que antes fue costumbre en el seno de nuestra UCV, vieron frustrada su aspiración de darle un nuevo rostro gubernamental a la más importante casa de estudios del país.
Se perdió la oportunidad de solicitar la participación del Consejo Nacional Electoral (CNE), el cual, con su experiencia, y equipos hubiera hecho una elección a cabalidad para destruir de manera definitiva la animadversión que algunos actores sin votos suficientes le achacan de manera perversa, para justificar ante sus acólitos, su incapacidad de ganar limpiamente.
Que se mire en ese espejo la Comisión Nacional de Primaria (CNdP), y no se deje chantajear por políticos amateur, a ver si terminan de enderezar el entuerto que la convocatoria a Primaria ha generado; más allá del peso muerto que cargan en sus espaldas por lo que hasta ahora es una convocatoria excluyente, y sobre todo, sin alma, en la que de acuerdo a las encuestas más reputadas, solo participaría entre el 7%, y el 10% de la población electoral. Es un proceso herido de muerte!
Herida de muerte también, por falta de credibilidad ha terminado siendo la convocatoria de las elecciones universitarias, frustradas como todos hemos visto en fecha 26 de mayo, y ahora suspendida para el 9 de junio.
No sigan cometiendo errores, ni destruyan la fe de los ucevistas; póngase los pantalones y acudan al CNE para que les brinde asistencia técnica, y logren realizar un proceso electoral automatizado y eficaz. Den ejemplo, y no se dejen encandilar por relatos cuyos argumentos carecen de rigor científico. Todavía tienen tiempo.
Que la voluntad de los ucevistas se exprese clara y contundentemente a favor de las salidas cívicas; pacíficas; constitucionales y electorales. El país, y las universidades del sector público tienen remedio y amplias soluciones, pero para que ello ocurra tenemos que ponernos de acuerdo todos sin exclusiones.
Que no se siga perdiendo el tiempo y comencemos una gran discusión acerca de los temas esenciales que animan nuestra existencia republicana, y avancemos u en la construcción de un programa de gobernabilidad sencillo y factible para el rescate de la democracia en plenitud de condiciones.
Ganar espacios para la civilidad supone también hacer esfuerzos por la reinstitucionalización del país, y esta oportunidad que tiene la UCV, puede y debe ser espejo fiel para que todas las universidades lo continúen, y del mismo modo toda la ciudadanía frente al rescate que es posible si hacemos lo correcto en 2024.
No cometan más errores, ni expongan ante el mundo el bochorno de las elecciones de la UCV.
@romanibarra