¡Ninguno! Absolutamente ¡Ninguno! Justamente ha sido el ardid predilecto del régimen y sus secuaces estos luengos 23 años, hacernos creer que necesitamos candidatos… y no es así ¿Cómo competir electoralmente sin constitucionalidad, sin democracia, con las instituciones públicas 100% psuvizadas? No hay forma ni manera, se ha demostrado que el chavismo no pierde ni cuando pierde. Todo comenzó en 2001 cuando Hugo Chávez no quiso medirse en un referéndum consultivo a sabiendas de su impopularidad, generando una crisis política que persiste hasta el sol de hoy. No fue sino hasta 2004, cuando Jorge Rodríguez se adueñó del CNE, que éste aceptó medirse en el revocatorio, ya en pleno control del máximo órgano electoral.
En 2007 Chávez perdió la reforma constitucional, pero la decisión electoral de los venezolanos no le importó en lo más mínimo, a las pocas semanas comenzó aplicar vía habilitante el contenido rechazado y que a la postre desnaturalizó a Venezuela. En 2008 el régimen comenzó a perder alcaldías y gobernaciones vitales, por lo que el chavismo se ingenió una ley “de transferencia” para despojar de sus competencias, facultades y recursos todo espacio que perdiera a través del voto, ley inconstitucional, pues es la Constitución la que asigna todo lo que esta ley quita. En 2010, justo antes de las parlamentarias de ese año, AN y CNE chavistas modificaron la ley y las circunscripciones electorales con el propósito de obtener más diputados con menos votos, así ocurrió.
En 2012, el propio Jorge Giordani (ministro de finanzas) confesó tuvieron que vaciar las arcas públicas para que “el comandante” pudiera ganar esas presidenciales, lo propio con Maduro en 2013, sin embargo, ambos obtuvieron “ventajas” pírricas en consideración a todo el inconmensurable arsenal de recursos e instituciones a su disposición ¿Qué hubiese pasado si ambas elecciones se hubiesen consumado limpiamente? Ni hablar de la forma ruin en que se evitó el revocatorio 2016, en la forma cómo se perpetraron las presidenciales de 2018 (entre puros camaradas), entre un sinfín más de violaciones a la ley y a la democracia como lo ocurrido contra la AN 2016-2020, Barinas, las alcaldías metropolitanas, juntas parroquiales y paremos de contar.
A la par, se ha alzado un Estado paralelo bajo la doctrina del Poder Popular, que ha resultado otro país ajeno al de la Constitución, con recursos sin control ni auditoría, al menos no una profesional, legal. Un Estado 100% partidizado, adoctrinado, con estructuras que han significado un bochornoso retroceso social con resultados mucho peores… dicho sea de paso, una organización nacional totalmente ajena a los procesos electorales descritos en la carta magna, su organización se desprende de la estructura del Psuv, como en Cuba.
Por tal motivo, régimen y cómplices, tratan de vender (a nosotros y al mundo) el espejismo democrático, lamentablemente para los venezolanos, ello ha deparado que tras cada proceso electoral nuestra calidad de vida desaparece más aprisa, también ha provocado sanciones, aislamiento, alianzas totalitarias, entre otro sinfín de secuelas negativas… todo por culpa de “lo electoral” con instituciones 100% partidizadas, psuvizadas.
¡Venezuela no necesita candidatos! Quienes los necesitan son quienes han destruido al país para poder continuar haciéndolo a costillas de usted y los suyos. Venezuela lo que requiere es una oposición real que se enfrente a este tipo de elecciones aciagas, destructoras, caldo de cultivo para el peor estatus quo que nos ha tocado padecer. Venezuela requiere una oposición que se oponga y que logre despertar la fe, la esperanza de los habitantes de este país y así emprender el camino a nuestra segunda independencia.
@leandrotango