No se puede componer lo que de origen está viciado y todo lo que emane del árbol contaminado es un fruto envenenado. Es lo que ocurrirá en la ‘contienda interna’ de MORENA para elegir su candidato, dice Anabel Hernández.
Las reglas establecidas para lo que llaman ‘contienda interna’ del partido oficial Movimiento de Regeneración Nacional para designar a quien será su candidato o candidata para competir en las elecciones presidenciales del 2024, son un monumento a la esencia que ha distinguido a MORENA y al Presidente de MéxicoAndrés Manuel López Obrador, su fundador, patriarca, chamán y líder, en los cinco años que llevan gobernando el país.
Es una prueba de su adicción a la antidemocracia, simulación, censura y servilismo, en el que el circo, maroma y teatro son la fórmula mágica para engatusar a la sociedad- sobre todo a sus seguidores- y así poder actuar de modo contrario a lo que se dice, y decir lo opuesto a lo que realmente sucede.
Las reglas establecidas supuestamente por consenso confirman el desdén de MORENA y AMLO por la democracia, su desprecio por el libre debate de ideas, falta de transparencia y equidad.
Y mientras la llamada ‘contienda interna’ arranca, Méxicose resquebraja por la brutal ola de violencia, masacres perpetradas por el Ejército, y el control territorial del crimen organizado que solo puede existir con el contubernio de autoridades locales y federales.
Tengo en mis manos el documento emitido este domingo 11 de junio por el Consejo Nacional de MORENA pomposamente titulado “Acuerdo del Consejo Nacional de Morena para que de manera imparcial, democrática, unitaria y transparente se logre profundizar y dar continuidad a la Cuarta Transformación de la Vida Pública de México”. Ya el título es una burla.
El documento consta de cinco partes: “términos generales”, “etapa, fechas y plazos”, “registro de aspirantes”, “recorrido de los aspirantes”, “encuesta” y “resultados”.
Y cuando uno lee el contenido se percata que se trata más que de una ‘contienda’ de un proceso para maquillar el dedazo presidencial. Desarrollaré su partes más controvertidas en esta colaboración.
Lo que diga mi dedito
Se dice que el proceso interno se inicia con el establecimiento de las reglas y el registro de aspirantes los cual debe ocurrir entre 12 y 16 de junio. Eso es mentira.
En realidad, el proceso interno de Morena comenzó desde julio del 2021, y no tiene nada que ver con el Consejo Nacional de Morena, sino con el dueño del partido: AMLO. Fue él quien enlistó a sus posibles sucesores bautizándolos con el sugestivo apodo de “corcholatas”. Y como toda corcholata, esta salta de la botella solo si hay quien tenga el desatador en mano, y quien ha tenido el destapador en mano desde un inicio es López Obrador.
Desde ese instante, AMLO decidió seguir el antidemocrático ritual del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y desde su cargo de Presidente de la República ha sido desde un inicio árbitro, juez y parte la designación del candidato de MORENA.
Me hace recordar aquellas desesperantes conferencias de prensa en el Ayuntamiento del Distrito Federal en que, cuando era gobernante de la Ciudad de México, con sorna solía responder preguntas incómodas de los periodistas: “Lo que diga mi dedito”, y lo mismo aplica ahora para designar al candidato presidencial de MORENA.
Aunque habrá cuatro morenistas que quieren ser candidatos: Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno de la Ciudad de México, Marcelo Ebrard ex secretario de Relaciones Exteriores, Adán Augusto López, Secretario de Gobernación y Ricardo Monreal, coordinador de morenistas en el Senado, es claro que la competencia se centra el Sheinbaum y Ebrard.
Para nadie públicamente y al interior de MORENA es un secreto que AMLO ha tenido, tiene y tendrá su candidata: Sheinbaum. Desde que destapó las corcholatas ha hecho campaña a favor de ella de innumerables formas, con mensajes llenos de significados y significantes y con la defensa absoluta cuando ha cometido errores, como en el derrumbe de la Línea 12 del Metro en 2021.
De esta forma, AMLO ha condicionado durante al menos dos años la opinión de los simpatizantes del partido y de los que dicen aprobar su gestión como presidente.
Se afirma que del 19 de junio al 27 de agosto los aspirantes llevarán a cabo recorridos de trabajo “para informar sobre los logros de la 4° Transformación y promover la democracia”.
Es decir, ninguno de los aspirantes puede hacer un ejercicio libre para cuestionar las políticas públicas y los resultados del gobierno de AMLO, aunque es evidente que hay temas que debieran cuestionarse y hacer incluso propuestas distintas como el tema de inseguridad pública y militarización, por ejemplo.
En cualquier mínimo ejercicio democrático debe haber una reflexión de los aciertos y errores como gobierno. Pero eso estará vetado en el partido oficial.
Además, en realidad los recorridos proselitistas comenzaron desde al menos 2021. La que se adelantó a los tiempos con el respaldo de AMLO fue Sheinbaum, y le siguió el titular de SEGOB quien comenzó más o menos a mediados de 2022. Y en los últimos meses de manera mucho más discreta y moderada ha hecho lo mismo Ebrard, quien es el único que al menos tuvo la decencia de renunciar al cargo antes de presentarse al Consejo Nacional este domingo. De manera muy rezagada Monreal, el cuarto suspirante.
Imponen censura y manos atadas
“Solo podrán participar las personas invitadas”, dice el documento. Lo que en realidad quieren decir es que nadie que no haya sido ya palomeado por AMLO puede participar, lo cual ya deja coja la libertad y democracia de la contienda interna.
Quien se registre debe firmar un documento donde se comprometa a “respetar y aceptar los resultados del proceso, así como apoyar a la o el ganador”. Esto impone que aunque sea un proceso amañado los contendientes tendrán que tragar la amarga sopa y alzar la mano del vencedor. Esto coarta el libre albedrío que tiene cada ciudadano mexicano de votar y ser votado determinado por la Constitución Política de México.
El propósito es evitar la ruptura. MORENA no resistiría que por ejemplo Ebrard busque una candidatura por otro partido si no resulta ganador en la contienda interna, con la creciente disminución de votos a su favor, en comparación al 2018, el partido oficial sabe que le sería difícil remontar una crisis así.
Evitar la ruptura me parece casi imposible a estas alturas.
Proceso viciado de origen
Se exige que los contendientes “deben comportarse de manera austera, sin derroche de gastos publicitarios ni propagandísticos y rechazar toda práctica antidemocrática como el acarreo, coerción, y alianzas con grupos o personas a cambio de prebendas”.
El derroche de recursos ya ocurrió. Ya es un hecho consumado. Ese ha sido el sello de la larguísima precampaña presidencial de Sheinbaum.
Desde noviembre de 2021, siendo jefa de gobierno de la Ciudad de México, hace giras por diversos estados de la república. Varias veces ha dejado como encargado del gobierno a otra persona, Martí Batres, para hacer precampaña. Justificó que el dinero que gastaba en sus giras era de su bolsillo.
Los gobernadores morenistas de distintos estados la han recibido en eventos públicos apoyándola en sus aspiraciones.
Está documentado con pruebas fotográficas que al menos desde junio de 2022 comenzó una fuerte campaña proselitista con el eslogan ” #Es Claudia” y “Claudia Te AMLO” y poniendo la foto de la jefa de gobierno con López Obrador. La publicidad ha costado millones de pesos con la impresión de camisetas, pinta de bardas y compra masiva de espacios publicitarios en varios estados de la República: Ciudad de México, Guanajuato, Sinaloa, Baja California, Puebla, San Luis Potosí Quintana Roo, Veracruz, y varios más.
En diciembre de 2022 el equipo de Ebrard denunció la existencia de al menos 700 anuncios colocados en las avenidas de las ciudades más importantes del país que tenían un costo en el mercado publicitario de 28 millones de pesos. Diputados de MORENA dijeron haber pagado la publicidad, pero nadie se hace responsable de toda la propaganda que comenzó desde hace un año.
Adán y Marcelo también han sido apoyados por propaganda, es un hecho aunque, de manera mucho menos opulenta, vistosa y por menos tiempo.
Imponen censura
“Se evitarán debates públicos y polémicas, acciones de desprestigio, descalificación o agresión entre aspirantes. Sus seguidores deben cumplir estrictamente la misma regla”.
El debate y el contraste de propuestas y visiones son uno de los instrumentos indispensables para la democracia. Desde hace décadas los debates entre los aspirantes a un cargo de elección popular son parte de las leyes electorales. Pero esto a MORENA le importa un comino. Prohíbe el debate entre sus miembros, impidiendo a los simpatizantes y ciudadanos en general poder conocer las ideas de los suspirantes, fuera del discurso prefabricado.
“Evitarán los medios reaccionarios, conservadores, adversarios de la Cuarta Transformación y partidarios del viejo régimen” indica otra de las reglas relacionadas a la promoción que haga cada aspirante.
Esto significa que los suspirantes solo pueden dar entrevistas o asistir a programas de medios de comunicación y voceros oficialistas. Eso es clara censura para los participantes, y carga de nuevo la balanza porque los medios y voceros oficialistas ya desde hace tiempo se han inclinado la balanza por Sheinbaum porque perciben claramente la preferencia presidencial y la siguen puntualmente.
Ebrard tendría posibilidad de emitir su mensaje a través de medios de comunicación y comunicadores imparciales, pero como la imparcialidad y objetividad son considerados por López Obrador como opositores y detractores de lo que llama “transformación” no podrá ocupar esos espacios.
Dicen prohibir cargada, luego de que ésta se concretó
“Se abstendrán de involucrarse de forma alguna ni manifestarse a favor o en contra: el presidente de la República y los titulares de su gabinete legal y ampliado. Los gobernadores/as, y los integrantes de sus respectivos gabinetes. Alcaldes, presidentes municipales y sus colaboradores de primer nivel. Coordinadores de bancadas de MORENA en congreso federal y los estatales. Toda persona con un cargo de dirigencia nacional o estatal de MORENA, así como los integrantes de las comisiones de elecciones y encuestas”.
Estas reglas ya fueron rotas de antemano. Establecerlas ahora es inútil e hipócrita. Desde AMLO hasta gobernadores han manifestado directa o indirectamente su apoyo a Claudia Sheibaum.
En casi todos los eventos que ha hecho en diferentes estados de la república han participado gobernadores y gobernadoras pertenecientes a MORENA. Y hay miembros del partido que señalan que son los propios gobernantes quienes han organizado y dado todas las facilidades para los eventos en los que Sheinbaum se ha placeado.
Ha sido tal el descaro que hasta las instituciones electorales han tenido que llamar al orden por posibles actos anticipados de campaña, lo cual viola la ley electoral.
Apenas unas horas antes del anuncio de las “reglas” los gobernantes de Guerrero, Colima, Oaxaca, Tamaulipas, Quintana Roo, Campeche, Veracruz, a través de sus cuentas oficiales de Twitter, manifestaron su apoyo a Sheinbaum en una típica cargada.
De lo que no hablan las reglas es sobre el pronunciamiento de familiares del presidente, gobernadores, y demás. Por ejemplo, hay poder de influencia que actúa cuando AMLO no quiere aparecer directamente: su esposa Beatriz Gutiérrez Muller quien también claramente, con distintas muestras y mensajes abiertos o sutiles, ha mostrado su preferencia por la gobernante de la Ciudad de México. Su actividad no quedó prohibida en las reglas.
El dedazo maquillado
En el ADN de MORENA está el del PRI, muchos de sus miembros y dirigentes, empezando por AMLO, vienen de esa vieja y antidemocrática forma de ver la política y el gobierno.
Así se demostró en 2020 durante el turbio proceso para elegir al líder nacional del partido en el que participaron Porfirio Muñoz Ledo y Mario delgado. Al final quedó Mario Delgado, preferido de AMLO, por ser el más dócil a sus designios. Muñoz Ledo terminó denunciando trampas y delitos electorales en el proceso.
Apenas en 2022, durante la elección de consejeros nacionales de MORENA, sus miembros se acusaron mutuamente de fraude, acarreos y todo tipo de deshonestidades. El propio AMLO reconoció los vicios, pero todo quedó igual, los que ganaron con trampas se quedaron con el puesto.
Como lo mencioné al inicio, la forma en que está estructurada la designación de la candidatura presidencial de MORENA es el maquillaje del dedazo. La forma es fondo, y el fondo es un agujero negro del que ni AMLO ni MORENA saldrán ilesos.
Quizá lo más retorcido de todo es que MORENA y su comunicadores oficialistas están queriendo hacer creer que en realidad lo que se determinará el 6 de septiembre es quien será el próximo presidente de México. La peor falsedad de todas. Eso no lo define el dedo presidencial, no lo definen las reglas chuecas de MORENA, ni su democracia coja y finta. Eso lo deciden los millones de mexicanos el 2 de junio de 2024. Ni un día antes.