El pasado sábado 10 de junio, se cumplieron 24 años de haber culminado su parábola vital, uno de los valores venezolanos más dignos de admiración y ejemplo de vida ciudadana: Régulo Campo Martínez. Abogado y Economista. Ocupó en los años 50, el único cargo público que gerenció en su dilatada vida, en la antigua Dirección de Industria del antiguo Ministerio de Fomento. Esto le permitió profundizar en el conocimiento del parque industrial público y privado venezolano de finales de la década de los 50 e inicios de los 60, bebió también del debate intelectual de esos años, y de la influencia de la tesis de la Cepal: la sustitución de importaciones; la cual fue parte de su acervo intelectual que tuvo en su formación. Fue un visionario y pionero. Alberto Adriani, y Campo Martínez; tío y Adriani, pariente cercano a mis antepasados Mazzei, dos baluartes del pensamiento económico moderno y visionarios ambos, de las ideas que se gestaron por parte de Adriani, en los años 30 y de Campo Martínez, en los años 60, en materia de diversificación económica y exportaciones no-tradicionales.
Régulo Campo Martínez, en 1962, funda la Asociación Venezolana de Exportadores (AVEX), conjuntamente con otros ilustres compatriotas, de la industria, la banca y los servicios, este organismo empresarial, cuando era inexistente la conciencia exportadora de bienes y servicios no-tradicionales, mediante la tesis de sustitución de importaciones y trabajar en las asimetrías del comercio internacional, se inició un trabajo arduo de crear conciencia exportadora.
En ese sentido, participó, activamente en la creación del Instituto de Comercio Exterior (ICE), en el primer gobierno del presidente Caldera, como órgano público fundamental para sistematizar una política pública hacia el sector exportador, pionero a inicios de los años 70. Heredando lo que se había hecho en la Dirección de Industrias del Ministerio de Fomento, entre los años 1962-1969.
Por otra parte, fue factor fundamental en la promulgación de la Ley del Fondo de Financiamiento de las Exportaciones (FINEXPO), para crear un cuerpo jurídico innovador en este sector y la Ley de Incentivos a la Exportación, que le daba las dos primeras columnas importantes al sector exportador no tradicional del país a principios de los años 70, más concretamente en 1973.
Así las cosas, entre otras actividades organizó los primeros congresos de exportadores, actuando como fórum para debatir y delinear las columnas donde se erigiría una moderna política pública de comercio exterior para los años 70 y 80, respectivamente. Presidió y dirigió la AVEX durante 12 años, luego de haber sido su director ejecutivo, la modernizó, y la dotó de su actual sede en el Centro Comercial Concresa, en el año de 1974.
Deja la presidencia de AVEX, en los años 90, cuando el panorama del comercio exterior es otro, se habla de ventajas competitivas, especialización, exportación del sector servicios y en fin una economía venezolana que había cambiado su fisiología, para adentrarse en una economía mundial más exigente. Solo dos ideas no pudieron ver cristalizadas durante su presidencia: el Banco de Comercio Exterior y un ministerio que permitiera darle mayor fortaleza institucional al área y desarrollar una política de exportaciones más moderna y cónsona con los nuevos tiempos, cosa que se realizó en los años 90, en la segunda presidencia del Dr. Rafael Caldera (Jefe de Estado con gran visión en materia de esta política pública, desde su primera presidencia en el período 1969-1974).
Por otra parte, dejó una obra intelectual en diferentes conferencias dictadas, en las memorias de la AVEX de esos años y en entrevistas y artículos de opinión publicados aquí en El Universal, en los años 80 y 90. Publicó un artículo cuya consulta recomiendo, por su actualidad, en la revista Política Internacional Nro. 14, abril-junio de 1989, intitulado: Ideas para una política de comercio exterior en los 90, que tiene una enorme vigencia, cuando ahora se habla de fomentar las exportaciones no tradicionales, luego de años de dejades. Deja, pues un sólido legado en materia de pensamiento económico de lo que se hizo y hay que hacer en esta área vital de nuestra economía.
En ese orden de ideas, conseguí del acervo documental de entrevistas de Carlos Rangel y Sofía Ímber del Programa Buenos Días, dos entrevistas de mi recordado tío donde planteaba en los año 80 las siguientes ideas: ”… En primer lugar, porque consideramos que la extremada dependencia que tiene el país del petróleo es peligrosa. Un país cuyo ingreso de divisas es aproximadamente el 92 %, que aproximadamente es 68 % del ingreso fiscal derivado del petróleo, que el 24 % ó el 26% del PIB deriva del petróleo, es un país excesivamente dependiente. Y esa dependencia, como lo acaba de demostrar la actual disminución del ingreso petrolero con motivo de la baja de la demanda, y el problema de los hidrocarburos a escala mundial, nos pone absolutamente de manifiesto la necesidad que hay efectivamente de diversificar las fuentes de ingresos del país, de eso no cabe la menor duda….”
Por otro lado, exponía lo importante que en aquel entonces representaban las exportaciones de servicios, hoy muy menguadas o casi inexistentes afirmaba entonces” …. Lo que te decía es muy importante desde el punto de vista de que Venezuela no exporta sólo este tipo de productos, este tipo de bienes, sino que además está exportando servicios y esos servicios que exporta Venezuela en el campo de la ingeniería, son realmente muy importantes: estructuras metálicas, drenajes, construimos el puente sobre el Canal de Panamá, tenemos una serie de obras de esta naturaleza en diversos países centroamericanos y del Caribe, de tal modo que nuestras exportaciones no son solamente por el concepto de las exportaciones, de su producto, sino también por los servicios que el país está generando que son muy interesantes. Todo ello puede aumentar considerablemente nuestras cifras de exportaciones…”
En suma, AVEX debe no solo fortalecerse como importante organismo del sector privado, sino ir a una mayor cooperación estatal (sinergia) en harás de tener una política pública más asertiva para este sector estratégico y vital de nuestra economía. Como creo que es su lema: “Producir para exportar, exportar es prosperar”. Recordemos el legado de Régulo Campo Martínez, hoy al recordalo, en la fecha de su partida.
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