Enrique Meléndez: Cuando el poder está por encima de la salud

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Definitivamente, este gobierno ha convertido las instituciones en aparatos de terror, lo cual se ha puesto de manifiesto, una vez más, en el caso del médico José Alberto Villegas , especialista en anestesiología y trasplantes capilares (tricólogo), quien iba a practicar este procedimiento no invasivo a Jesús Hidrobo, alias “El Duque” (hijo del Contralor General, Elvis Amoroso),  para lo cual previamente le formuló las preguntas de rigor y le efectuó las pruebas correspondientes, de acuerdo a los protocolos que se siguen antes de un procedimiento como éste, entre ellas, la prueba preanestésica.  Desafortunadamente, al iniciar la aplicación de la anestesia, Hidrobo convulsiona y cae en estado de coma.

Los abogados defensores de Villegas, los señores Frank David Olivero Hernández y Frank David Olivero Delfini, se han dirigido a los medios de comunicación, a los fines de refutar las imputaciones que el Ministerio Público le está formulando, por cuanto se ha desatado una campaña de difamación injusta contra este médico; profesional que cuenta con estudios de grado en Venezuela y de post-grado en Francia y en España, los cuales le acreditan como médico anestesiólogo y tricólogo.

Uno dice que estas instituciones se han convertido en aparatos de terror, si se parte de que el Fiscal General Tarek Wiliams Saab, señaló que Villegas operaba desde una clínica clandestina, sólo porque no contaba con un determinado permiso; de manera que cuando le hicieron la inspección a su consultorio, le pidieron hasta la partida de nacimiento de su madre. Su consultorio está situado en un conocido centro comercial de Santa Paula, y donde varios amigos de Hidrobo se habían practicado el tipo de trasplante que lleva a cabo Villegas; aparte de que era público y notorio la exhibición que hacía el susodicho de sus servicios de trasplante capilar, a través de las redes sociales; sólo que Hidrobo, al momento de las preguntas de rigor, antes de hacerle el “procedimiento no invasivo”, no le contó a Villegas que había estado dos días antes en una fiesta y que había consumido alcohol y otras sustancias; pues, una vez que se le practican los exámenes en el Hospital de Clínicas Caracas, hacia donde fue ingresado, luego de haber caído en coma durante el inicio del procedimiento, se encontraron trazas de sustancias que ocasionan esas reacciones cuando se combinan en la sangre con la anestesia.

Por supuesto, la defensa de Villegas no descarta que haya sido una reacción del propio organismo, alérgico a la anestesia, razón por la cual no señalan del todo que fue producto de una sustancia artificial que Hidrobo pudo consumir durante el festejo, y que sería la verdadera razón por la cual el gobierno desató esa campaña de desprestigio contra este profesional; es decir, tratar de salvar el prestigio de una reputación, pero lo realiza en una forma tan cruel y con tal abuso de poder en contra de Villegas, que entonces el impacto noticioso conduce al afloramiento de dimes y diretes, y donde sale a relucir la famosa vida de lujos, festejos y viajes, que ha llevado a cabo el hijo del Contralor de la República, y así sucesivamente.

Según los mencionados abogados, de nueve especialistas que hay en el país, en materia de implante capilar, el único que cuenta en su consultorio con equipos de reanimación y de monitoreo de los signos vitales, es Villegas, precisamente, para atender este tipo de reacciones. Cuando el doctor Villegas nota que, al inyectarle la anestesia a Hidrobo, éste comienza a convulsionar, enseguida pide a sus enfermeras que le coloquen el oxígeno, para lograr su estabilización y conducirlo hacia una ambulancia, que lo llevará al centro médico mencionado. Por ello, de haber sido otro de sus colegas, el resultado hubiese sido fatal, ya que no contarían con dichos equipos.

Lo que resulta inexplicable para la defensa de Villegas es la actuación del Ministerio Público en su propósito de acusar y difamar a su defendido, ya que éste nunca se ha negado a la investigación, que viene realizando el CICPC, que ha implicado inspección a su consultorio e intervención de sus cuentas bancarias; cuando, más bien, ha colaborado tanto con los detectives de dicho cuerpo, como con el fiscal asignado al caso, y hasta el momento seguía muy de cerca la mejoría de Hidrobo, a través del propio Elvis Amoroso, quien hablaba y tenía buena relación con Villegas. Por tanto, no se explica que se haya presentado contra él una orden de aprehensión y menos aún por los delitos de “homicidio en grado de frustración, agavillamiento, ejercicio ilegal de la medicina y oferta engañosa”; imputaciones que el fiscal del Ministerio Público sustenta y donde incurre en errores legales, pues este digno profesional de la medicina no cometió delito alguno, y mucho menos los que están pretendiendo imputarle. Además, porque la información, que ya se sabe, es que Hidrobo ha venido mejorando, considerablemente, en su nivel cognitivo, gracias a la atención médica que recibió por parte de Villegas al momento de iniciarse sus reacciones. Todo lo expresado hace suponer, que este caso está viciado, ya que involucra a una alta figura pública, que es lo que se interpreta, en especial, debido a la actuación del fiscal 94, quien cuando se presentó con Villegas se hizo pasar como abogado de la familia Amoroso, lo cual no se corresponde con una actuación imparcial y justa. Por ello, se emitió esa ilegal e injusta orden de aprehensión contra Villegas, que lo mantiene tras las rejas, ocasionándole daños morales y materiales, causando perjuicios económicos a él y a su familia, además de difundir calificativos que pudieran desacreditarlo como profesional, pretendiendo manchar su limpia carrera, en esa especie de cortina de humo, que pretenden lanzar contra él, para salvar, se repite, la reputación de otro.

 

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