Lo hemos dicho muchas veces, pero reiterarlo no es ocioso. El gobierno ha sido, es y seguirá siendo, el gran promotor de la abstención electoral. El gobierno conoce las encuestas de opinión pública. Sabe que la inmensa mayoría de los venezolanos anhela un cambio de gobierno. No estamos contentos con el gobierno que tenemos. Queremos un gobierno nuevo lo más pronto posible.
Al gobierno le interesa que esa gran mayoría pierda la confianza en la ruta electoral. Que se queden en sus casas. Que no salgan a votar. El gobierno necesita que vote poca gente para perpetuarse en el poder con una votación insignificante. Ya lo hicieron en el año 2018. En aquella oportunidad la mayoría de los electores decidió quedarse en sus casas. No salir a votar. El resultado fue que Maduro se quedó en Miraflores con una votación muy pequeña. Ahora quieren volver a hacer lo mismo.
Para estimular la abstención es que promueven el cambio del Consejo Nacional Electoral. Para colocar un CNE peor del que tenemos. Piden la renuncia de los actuales rectores y de sus suplentes no para nombrar a un CNE imparcial y honorable sino para todo lo contrario. Para que los ciudadanos digan que, con ese CNE no vale la pena salir a votar.
Con ese mismo propósito ponen a un vocero del oficialismo a declarar, cada tanto tiempo, que -ni por las buenas ni por las malas van a entregar el poder-. Cada vez que ese vocero repite esa amenaza comenzamos a escuchar voces de gente que dicen: se fijan, no vale la pena ir a votar. Ellos no van a entregar ni por las buenas ni por las malas.
Yo por cierto no deseo que ellos entreguen por las malas. Quiero que prevalezca la voluntad de la mayoría de los venezolanos que quiere que ellos se vayan y que podamos ensayar un nuevo gobierno elegido por la voluntad soberana del pueblo venezolano expresada a través de las urnas electorales.
Tenemos que regresar a la práctica de la alternabilidad republicana. El gobierno se constituye sobre la base de la voluntad popular expresada en las mesas de votación. El gobierno se cambia por la misma vía. Y a todos nos corresponde animar a nuestros conciudadanos a participar responsable y cívicamente en los procesos electorales para elegir a nuestros gobernantes.
Contra una mayoría tan grande como la que se manifiesta en las encuestas de opinión pública está decidida a cambiar a un gobierno no hay maniobra que sirva para torcer el rumbo de los acontecimientos. Vamos a votar, a cobrar y a gobernar.
Seguiremos conversando.