La impresión que causa María Corina Machado en las presentes circunstancias, es que se trata de una gata luchando con las patas arriba. Por todas partes el gobierno trata de torpedearle el camino; porque esta “dama de hierro”, como se le comienza a llamar en gaitas, joropos, artículos, conversaciones, se presenta triunfadora, y que es lo que más, como decimos en el Llano, le afloja el guarapo a esta gente, sobre todo, a Diosdado Cabello; quien, por lo demás, se asombra, de que ahora a la señora la conmueva la decisión de los rectores del CNE de renunciar a sus cargos; cuando ella no quería nada con este organismo; cosas de cínicos, por lo demás, que es lo que sabe hacer bien esta gente; cuando ya a esta altura del juego se admitía la idea de que con ese CNE se iba a ir a las elecciones de 2024; pero que éste no participara con sus reales y sus tiendas en las primarias, sobre todo, para la protección de las personas que fueran a depositar su voto, es decir, evitar una “Lista Tascón”, y que era lo que más deseaba Cabello en su rol de convertir el CNE en un aparato de terror.
Hay un pasaje de Hegel, donde éste se asombra por el hecho de ver a un hombre diminuto; montado en un caballo de nombre Napoleón Bonaparte, y quien llega a concentrar todo el poder del mundo en su persona, y que es lo que encarna la señora Machado aquí entre nosotros; por supuesto, por abolengo, como le venía al Libertador, pero también porque se lo ha granjeado a base de constancia, coherencia, honestidad y sacrificio. En reunión que sostuvo con un grupo de periodistas en noviembre del año pasado, nos dijo que ella no pudo asistir a la boda de su hija en el extranjero; porque tiene una prohibición de salida del país, y por las redes sociales rueda el extracto de una entrevista que le hacen a Guillermo Lasso, presidente de Ecuador, en la cual revela que en una conversación privada, que sostuvo con Nicolás Maduro, éste le preguntó tal circunstancia por la que atraviesa la señora Machado, y que Maduro le respondió que eso lo podía resolver él en 24 horas; cosa que llenó de estupor al presidente Lasso, a propósito de la revelación por parte de Maduro, de cómo se resolvían los asuntos judiciales en Venezuela, relacionados con los dirigentes políticos: en 24 horas. Se trata de una mujer de Estado, que entre los arquetipos femeninos, que manejaban los griegos, la relacionarían con Atenea, la diosa ejecutiva.
Uno podría decir que este periplo de la señora Machado por toda Venezuela, como un preparativo para la campaña de las primarias, resulta muy épico, sobre todo, por los obstáculos que esta señora va venciendo desde cierres de caminos con alcabalas móviles, montadas por policías o guardias, que le va colocando el gobierno a manera de saboteo y de amedrentamiento, por donde va a llegar; pasando por cortes de electricidad en aquellos lugares, donde lleva a cabo sus actos políticos, hasta advertencias de amenazas de muerte; lo que la catapulta más, sobre todo, porque amotina los pueblos, por donde va transitando, a su favor, y que es lo que llena de asombro a la opinión pública, que hasta el más apático e indiferente ante los procesos electorales la ve como una alternativa en esta coyuntura actual; por lo que entonces se ha venido a emancipar el derecho del voto, como posibilidad de sacar del poder a Nicolás Maduro y demás mafias chavomaduristas.
Además, al final, se impuso su tesis, es decir, las primarias no van con el CNE; decisión que tomó la Comisión Nacional de Primarias, luego de que se conociera la noticia de la renuncia de los tres rectores del oficialismo, y lo que cerró una discusión entre los partidos opositores, en torno a la materia, que no viene al caso mencionar. El hecho cierto es que estamos ante una de esas maniobras del oficialismo, sobre todo, para tratar de sembrar indiferencia y apatía en el ánimo de los venezolanos; porque saben que están perdidos, y la única forma de mantenerse en el poder es revolviendo las aguas, en ese sentido; nombrando una comité de postulaciones, donde sobresale la figura de Cilia Flores como uno de sus miembros, para la escogencia de los nuevos rectores del CNE, y que uno supone que allí estarán figuras de la llamada parte “Alacrana”, además de los tres rectores oficialistas.
Eso quiere decir que no hay garantías electorales; pero, aún así, ya la oposición asumió este reto; ya no hay vuelta atrás, se repite, en un momento en que se ha recuperado la confianza en el voto, y dada esa voluntad, lo que le queda al oficialismo es apelar a la inhabilitación de la señora Machado; como ya se comienza a observar en el caso de Hermann Escarrá, quien ha dicho que debe ser inhabilitado todo aquel dirigente de la oposición, que haya solicitado la aplicación de sanciones contra Venezuela; de modo que ha salido ya por ahí, un tal Luis Ratti, que se propone introducir una demanda judicial contra la señora Machado, a ese respecto; aparte de que corre un audio, donde se dice que, en vista de que hay unos militares presos, acusados de promover alzamientos contra el régimen, a éstos les están ofreciendo mandarlos para el exterior, cargados de dólares, a condición de que declaren en los tribunales, que ellos estaban al servicio de la señora Machado, quien era la que urdía toda esa revuelta; incluyendo allí torturas. No hay que olvidar que estamos ante mafias, y ya lo dijo Cabello: no salimos ni por las buenas ni por las malas. El hecho es que llega un momento en que las buenas se imponen sobre las malas, como sucede ahora; cuando uno observa que chavistas recalcitrantes, como existieron hasta el día de ayer, confiesan que van a votar en las primarias por la señora Machado y, luego, en las presidenciales por ella; porque la gente está cansada de tanta mentira, que es lo que hace huir al venezolano. ¿Qué puede esperar un joven abogado de un país, donde un caso judicial se resuelve de un plumazo?