En Coro, la educación vial se perdió en la oscuridad del tiempo.

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Semáforos dañados en Coro.

La educación vial es un proceso de enseñanza-aprendizaje (cognitivo, afectivo y social) que genera en los ciudadanos venezolanos una cultura de la seguridad vial sustentada en el valor de la vida y la integridad humana en la vía pública, y se hace extensiva tanto a conductores,  pasajeros de vehículos y ciudadano de a pie.

Indubitablemente, es una corresponsabilidad del ministerio respectivo y de la ciudadanía, de una buena articulación gobierno – ciudadano redundara en la prevención de accidentes viales, manejo defensivo, comportamiento cívico y respetuosos tanto de los ciudadanos como de las autoridades del tránsito.

El marco legal venezolano prevé en su articulado de la ley orgánica del tránsito terrestre como manejar la diversidad de aspectos negativos que derivan de este sistema, tales como el  Articulo 181( carros en mal estado), articulo 88 (programas permanentes de enseñanza por parte del ministerio respectivo), articulo 172( comportamiento de los peatones, ciclista), etc.

Obviamente, existe toda una infraestructura ministerial con viabilidad constitucional y legal para mantener de manera continua una educación vial en su más amplia extensión, pero que desconcertantemente no se observa por ningún lado ni a ningún nivel el cultivo y fomento de la educación vial.

En Coro observamos caos vial en el tránsito de motocicletas, vehículos moviéndose en sentido contrario por las calles Zamora, Falcón, Federación y avenida Manaure, estas son calles céntricas. Imaginemos las calles perimetrales.

En los frecuentes choques de vehículos, los funcionarios del tránsito nunca hacen acto de presencia en el sitio del suceso, nadie responde por infracciones.

Los mismos vehículos oficiales lideran el mal comportamiento vehicular, circulando en sentido contrario de lo permitido en las vías y en caso de chocar con un desprevenido ciudadano no responden por los daños causados.

 

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