Una ex primera dama y un hombre que dejó en ridículo a las encuestadoras competirán en el balotaje por la presidencia de Guatemala. En la primera vuelta, el voto nulo superó a todos los candidatos.
La ex primera dama, Sandra Torres, y el hombre que dejó en ridículo —una vez más— a las encuestadoras, Bernardo Arévalo, competirán por la presidencia de Guatemala en un balotaje el próximo 20 de agosto. El voto nulo superó a todos los candidatos: un 17,39% de los guatemaltecos escogieron estáaopción antes que la boleta de cualquier postulante.
Perfil de Sandra Torres Casanova
Tras dos derrotas en sendos balotajes en 2015 y 2019, Sandra Torres, líder de UNE, va por una tercera oportunidad. Ganó la elección con solo 15,78% de los votos y esta vez enfrentará al sorprendente Bernardo Arévalo, hijo del expresidente Juan José Arévalo Bermejo (1945-1951), quien cosechó un 11,8%. Tercero quedó el candidato del gobierno, Manuel Conde, con un módico 7,84%.
Sandra Julieta Torres Casanova tiene 67 años y en 2003 fundó el partido UNE (Unidad Nacional de la Esperanza). Este partido llevó a la presidencia a su exesposo, Álvaro Colom Caballeros, cuatro años más tarde. Es el mismo partido que hoy encabeza, y con el que intentará finalmente convertirse en la primera mujer en alcanzar la presidencia del país. Torres ya compitió en 2015 y 2019, cayendo derrotada en la segunda vuelta ante el comediante Jimmy Morales, primero, y ante el actual presidente Alejandro Giammattei, hace cuatro años.
Sandra, como se la conoce en Guatemala, es una mujer activa. Más allá de su tenacidad en la competencia por la presidencia, ocupó con autoridad e intensidad su rol de primera dama entre 2008 y 2011, apoyando programas de protección social que tenían como objetivo reducir la pobreza y la desnutrición. Ferviente creyente, agradeció a Dios y dijo: “Vamos a ganar, contra quien sea”.
Perfil de Bernardo Arévalo
Bernardo Arévalo arrasó en la capital del país triplicando a su rival del balotaje (Torres consiguió la victoria en los distritos rurales). El Tío Bernie se burló de encuestadores y analistas, que no lo tenían siquiera en su radar hasta que se conoció el primer resultado oficial. No es un novato en esto de la política. Su padre, Juan José Arévalo, presidió Guatemala tras la segunda guerra mundial. Su mandato dejó un grato recuerdo en la memoria colectiva de los guatemaltecos. Fue además embajador en España y viceministro de Relaciones Exteriores.
El uruguayo César Bernardo Arévalo de León nació durante el exilio de su padre en Montevideo, en 1958. Pasó parte de su infancia entre México y Chile, hasta que se mudó a Guatemala cuando tenía 15 años. Actualmente es diputado nacional y jefe del bloque que conforman los cinco diputados del partido Semilla, una fuerza abiertamente de izquierda que nació durante las manifestaciones de 2015 contra la corrupción que se saldaron con la caída del presidente Otto Pérez Molina, por fraude aduanero.
Una campaña tan turbulenta como sorpresiva
Si hubiese que definir la elección a presidente en una palabra, esta sería desconcertante. Es que hace solo 60 días, los analistas garantizaban una paridad entre dos mujeres: Sandra Torres y Zury Ríos, hija del exgeneral dictador Efraín Ríos Montt, acusado y condenado en 2013 por el genocidio de 1.600 indígenas en el norte del país entre 1982 y 1983. Pero a inicios de mayo todo cambió: una encuesta del diario Prensa Libre colocaba como líder en la intención de voto con un 23% al «candidato de TikTok», el derechista y outsider Carlos Pineda, quien apalancó su campaña a través de esa plataforma social y cosechó en poco tiempo el voto joven, con un mensaje simple y directo.
Sin embargo, dos semanas más tarde, y a un mes de que los guatemaltecos concurrieran a las urnas, un amparo de sus rivales encontró eco en la Corte de Constitucionalidad. Esto determinó que hubo errores en la asamblea donde fue postulado y dio por terminado el sueño presidencial del hombre de los videos divertidos. Fue el tercer candidato en quedar excluido de la contienda, y se sumaba así a otro candidato de derecha rechazado por la Corte, Roberto Arzú.
Novedades de último momento
Así las cosas, la última semana traería más y más novedades. El último sondeo previo a le elección se conoció el jueves 22 de junio. En él se daba ganadora a Sandra Torres con un 21,3% (finalmente obtuvo un 15,78%), seguida por Edmon Mulet (13,4% vs. 6,72%), Zury Ríos y Manuel Conde. El candidato que competirá en el balotaje con Torres aparecía octavo, con un modesto 2,9% de intención de voto (el domingo obtuvo un 11,8%).
Todo esto sin mencionar las idas y vueltas de los candidatos, los cambios en sus estrategias políticas y de medios, y la cancelación de dos foros (Canal Antigua y Guatevisión) diez días antes de la elección. Y hablamos de foros porque los candidatos se negaron a realizar un debate abierto para discutir ideas. Sólo se los pudo juntar en foros durante los cuales exponían sus ideas sin interrupciones ni cuestionamientos de ningún tipo.
El voto nulo y el mal menor
Todo este revuelo terminará por consolidar en el Ejecutivo a un presidente, en principio, débil. Ni Sandra ni Bernardo obtuvieron un caudal de votos significativo y, más allá de lo que ocurra en dos meses en el balotaje, no haber podido superar el 20% de los votos en un escenario de baja participación los colocará en una posición muy endeble al momento de asumir su nuevo rol.
Estaban habilitados 9.361.060 de guatemaltecos para votar. Sin embargo, solo un 60,38% de ellos concurrieron a las urnas, en un país donde el voto no es obligatorio. Ese dato está en caída libre desde 2015, el año de la llamada primavera democrática, durante la que miles de personas salieron a la calle en contra de la corrupción.
Rabia silenciosa
El diario El País de España tituló su columna del domingo 25 «Las elecciones de la rabia silenciosa». Y así fue. La sensación que dejan los datos procesados es que el hartazgo de los ciudadanos llegó a un límite que los llevó a votar nulo (mayoritario, con un 17,39%) o directamente a quedarse en sus casas, desilusionados con la oferta electoral. Pero hay un dato aun más preocupante que convierte esta elección en la más pesimista y con menores esperanzas de cambio de los últimos años. Más de la mitad de los ciudadanos de entre 18 y 30 años no pudieron votar porque prefirieron no inscribirse en el Registro Electoral.
Según el pulso no escrito en ninguna encuesta, los más jóvenes preferían a Carlos Pineda. No está claro si porque apoyaban sus propuestas, porque se trataba de un personaje que llegaba por fuera de la política, o simplemente porque les caían bien sus videos en las redes sociales. Lo cierto es la baja de Pineda por parte de la Corte provocó una rabia aun mayor entre los votantes. El candidato caído en desgracia militó intensamente el voto nulo y parece que su prédica surtió efecto. Bastaban unos pocos minutos para descubrir que los comentarios en Facebook y en YouTube de las principales cadenas de TV eran, en su mayoría, un llamamiento a la rebelión electoral.
Es la corrupción, estúpido
La versión 2023 de la célebre frase de James Carville, asesor del demócrata Bill Clinton en la exitosa campaña que llevó a su jefe a la presidencia en 1992, se actualiza hoy, en otro contexto y con otro foco.
En un país con datos macroeconómicos que serían la envidia de muchos de sus vecinos latinoamericanos, Guatemala se debate entre una pobreza estructural y una corrupción en aumento.
En lo que va del 2023, la inflación acumulada es de un 1,2%, mientras que la cotización del dólar se mantiene cerca de los 8 quetzales desde hace más de 20 años. El PIB del país pasó de 311.000 millones a 513.000 millones de quetzales (controlando por la inflación), con un crecimiento anual promedio de 3,6%. Tras la baja por el covid, el PIB volvió a repuntar en 2021, con una suba del 8%. Según las proyecciones del Banco Mundial, Guatemala crecerá este año un 3,8%, con un desempleo de tan solo 3%.
El mismo informe del Banco Mundial indica que las remesas generan más ingresos que los empleos formales. El monto de remesas en quetzales equivalió a 1,5 veces el de los empleos formales a nivel nacional.
Rol de la pobreza en Guatemala
La contracara, como se dijo, está en la pobreza. Esta llegará al 54,6% a finales de 2023, y está estancada entre el 50% y el 60% desde hace años. El hambre, además, amenaza a nada menos que 4,6 millones de ciudadanos.
En su último informe, Transparencia Internacional, la única organización no gubernamental a escala global dedicada a combatir la corrupción, dio a conocer el Índice de percepción de la corrupción 2022 en el mundo y Guatemala se ubicó en el lugar 150 de 180 países. Con apenas 24 puntos está, según el mismo informe, entre los 26 países que han alcanzado mínimos históricos en cuanto a la corrupción. Desde 2017, diez países —entre los cuales se encuentra Guatemala— han registrado un descenso significativo en las puntuaciones.
Juan Manuel Meiriño Accavallo: Periodista con postgrado en periodismo digital por la Universidad Pompeu Farbra de Barcelona. Exjefe de redacción de Todo Noticias y productor periodístico de Radio Mitre (Argentina). Actualmente se desempeña como consultor externo para Canal Antigua de Guatemala.