José Grasso Vecchio: El FMI y las criptomonedas

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Recientemente, en una conferencia, la presidenta del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Giorgeva, expresó por primera vez su opinión favorable en relación con la emisión de monedas digitales por parte de los bancos centrales.

La proliferación de criptomonedas a partir de 2009 con el lanzamiento del Bitcoin diseñada por un grupo bajo el seudónimo de Satoshi Nakamoto creó una conmoción en el mundo financiero y de las transacciones internacionales que posteriormente llevó a la emisión de más de un mil quinientos (1.500) criptomonedas debidamente contabilizadas hasta finales de 2018.

Para entender la nueva postura del FMI sobre el tema es conveniente recordar, por una parte los roles que cumple el dinero y por la otra el funcionamiento de esas criptomonedas. El FMI es la institución que vela por la estabilidad financiera  global y por ello exhorta a sus miembros a que apliquen políticas macroeconómicas que no comprometan la viabilidad sus balanzas de pagos, procurando tener disciplina fiscal y monetaria. En ese sentido, la emisión monetaria o cualquier sustituto de ella debe observarse con cuidado. De esta manera, el dinero emitido por los bancos centrales cumple el papel de medio de pago, de unidad para denominar los precios de los  bienes y servicios y como instrumento para preservar el valor.

Contrariamente a esa emisión que hacen los bancos centrales, las criptomonedas se emiten de manera descentralizada al no haber un banco central que regule su puesta en circulación. Esas emisiones se hacen en los llamados registros en cadenas de bloques lo que implica crear bases de datos gigantescas a través de internet. Todo ello para asegurar que la misma criptomoneda no se emplee dos veces y por ello cada miembro que hace la transacción verifica la misma de manera individual. Como se aprecia, las transacciones se basan en la confianza entre los miembros de la red  que  conecta a compradores y vendedores. En este tema que nos ocupa, no hay cámara de compensación como si existe entre los bancos comerciales regulados por el banco central.

Como no hay una entidad central emisora, los precios de las criptomonedas exhiben una volatilidad extraordinaria y por esa razón ello les impide cumplir los roles tradiciones de dinero. Ello sucede porque no hay un banco central que respalde ese activo. El dinero emitido es un pasivo de  los banco centrales que tiene como respaldo oro, reservas de otros bancos centrales o el crédito que el banco central le extiende a la economía, esto último se asimila  a la confianza en el ente emisor, en el sentido que va a procurar estabilizar el valor de la moneda emitida.

Pero como las criptomonedas son una realidad, el FMI le dio la bienvenida a monedas digitales emitidas por los bancos centrales Una moneda digital o CBDC por sus siglas en inglés (Central Bank Digital Currency) es una nueva forma de dinero emitida de forma electrónica). De esta manera, esas monedas digitales tendrían menor volatilidad, más seguridad, disponibilidad y menores costos de emisión. Hay que recordar que las criptomonedas actuales requieren un consumo exagerado de energía para poder poner en funcionamiento los computadores y los algoritmos de sus emisiones.

De esta forma, con tales monedas digitales se facilita la inclusión financiera que es una tarea pendiente en países en desarrollo. Aproximadamente cien países están considerando emitir monedas  digitales que no tendrían expresión física pero que sí cumplirían las funciones del dinero como hoy la conocemos, medio de cambio, unidad de cuenta y reserva de valor, justamente porque estarían respaldadas por los bancos centrales emisores y además no sería posible ser usadas para actividades ilícitas como sí puede suceder con las criptomonedas.

Es de gran interés que se llegue a contar con una plataforma global para las CBDC que permitirían la interconexión y las operaciones cruzadas entre los países que usen monedas digitales de bancos centrales. Esto también llegaría a ser utilizado para pagos internacionales. Debe buscarse cierta uniformidad entre los distintos países, ya que, unos tienen más avances que otros en el dinero digital. Sin duda este avance tendrá una gran importancia en los pagos internacionales a nivel mundial en los próximos años.

@josegrasso

 

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