Los DDHH por los que tanto se clamaba desde Yare y otros reclusorios, y hasta la Iglesia Católica abogó por sus libertades ante el presidente Caldera, cuando algunos de los “revolucionarios” hoy en el poder, como funcionarios, algunos en la justicia, AN y hasta en organismos contralores, eluden, hoy por hoy, el cumplimiento y respeto de tales beneficios constitucionales, así como de orden mundial, además de otras disposiciones de la CIDH, sistema al cual renunció Venezuela durante 2013, por lo que en virtud de tal elusión ex profeso, el alto comisionado de la ONU para los DDHH, Volker Türk, asevera y/o alude que el Estado venezolano persiste flagrantemente, en evadir su compromiso de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos en el país, ya una constante desde la represión a las protestas de 2017; acciones todas sobre las cuales dispone de testimonios fehacientes.
Ínterin, se ignoran las recomendaciones de la OACNUDH (Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los DDHH) y demás mecanismos de protección a los mismos; situación que reconfirma Provea, pues en Venezuela se “agrava el cierre progresivo”de los espacios para el ejercicio de las libertades e incrementan los “obstáculos a las organizaciones de la sociedad civil, en desmedro de los sectores vulnerables de la población”. Asimismo, persiste la represión por motivos políticos.
Aun así, en la presentación del informe en cuestión ante el Consejo de los DDHH en Ginebra el comisionado reconoció los avances de la cooperación entre el Gobierno y otras instancias oficiales de la nación, con el organismo que dirige: accesos a centros de detención para civiles y a otros de carácter militar.
Naturalmente, Venezuela ha objetado tal informe mediante alegato de la presión por la resolución 51/29 de un grupo reducido de naciones que insiste en la “injerencia y hegemonía”, adoptada por votación durante 9/2022.
