Recientemente la comunidad libre y democrática del mundo sintió el zarpazo del Presidente de Nicaragua, cuando éste de la manera más grotesca y descarada, se deshizo de sus potenciales contendores, sólo porque éstos aspiraban a participar en las elecciones presidenciales de aquel hermano país; de un solo plumazo decretó el asilo de quienes le disputarían el más alto cargo de la república.
Sin pérdida de tiempo el Ortega venezolano, que aquí responde al nombre de Nicolás Maduro, se apropió de la idea de su compinche continental y decidió desarrollarla de una manera diferente. Sí, en vez de asilar a sus competidores, los inhabilita políticamente, él mismo con su puño y letra, y los condena a la pérdida de su derecho a enfrentarlo durante quince años consecutivos. Es decir, el malnacido sobreviviente del 04 de febrero de 1992, arruinador de oficio, pretende asegurarse dos períodos gubernamentales más. Dios quiera que eso jamás ocurra, porque pasaríamos de la ruina a la destrucción de Venezuela.
Como puede observarse, el otrora sindicalero del Metro de Caracas, el más imbécil de todos los imbéciles, continúa empeñado en cumplir el siniestro propósito de convertir a Venezuela en una colonia cubana, con toda el hambre, la miseria y la desesperanza que en la isla se han perpetrado. Convencidos del peligro que le espera a nuestra Patria, en el desafortunado caso de que el Ortega criollo se empodere por más tiempo del que tiene limitado por la Constitución, como custodios del territorio nacional y de sus riquezas, rendiría muy malas cuentas. El tipo es mejor conocido por su incompetencia y sus malas costumbres que por su propia identidad.
Dicho esto para enterar de la realidad a quienes todavía la desconocen, el pueblo está obligado a pensar en la salvación de Venezuela. Dejarla en manos de esos promotores del delito que los militares indecentes entronizaron en el poder el 10 de enero de 2013, sería la decisión más antipatriótica en los últimos tiempos. El mensaje es para los electores del 2024, en cuyas manos estará la posibilidad de enterrar a la dictadura con todo el lastre que representan el dictador y el resto de la cúpula podrida que lo acompaña. ¡El futuro es promisorio para los venezolanos, si lo sabemos aprovechar! ¡Cumplí con enterarte, ahora te toca a ti enterar a todo el que puedas!