Pascual Curcio M.: Recordemos la tragedia de las Tejerías… ¿Qué hacer para prevenir?

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Han pasado nueve meses de la lamentable realidad ambiental con un saldo trágico en pérdidas humanas acaecido en la localidad de Las Tejerías ubicada a poco más de 60 kilómetros al oeste de Caracas, y es evidente que aun la lección de la “Madre – Tierra” no ha sido aprendida.

Clases de geología con un gran tecnicismo explicativo que solo los expertos entenderían y acusaciones estériles con una soez intención de descalificación política sobre lo que se debió hacer o no se hizo, y hasta un sadismo mediático referente a un apocalipsis ambiental por venir, resaltan la escena del debate cada vez que sucede en nuestro país un evento trágico similar, pero ¿cómo se le explica al humilde pueblo afectado qué hacer para convivir con su siempre existente fragilidad ambiental?

Para iniciar nuestra explicación aclaremos que la gran mayoría de la humanidad no termina de entender que el medio físico natural con el cual convivimos inexorablemente es un ente vivo, con una dinámica propia, la cual evoluciona constantemente al poseer su propio metabolismo al igual que cualquiera de nosotros; sí, la naturaleza lo tiene, en términos geotécnicos este metabolismo recibe el nombre particular de morfogénesis.

Es tal la falta de “consciencia colectiva” mundial sobre esta realidad que el 24 de enero del año 2019, la ONU publicó un informe titulado “Estado de Derecho Ambiental: primer informe global” donde concluye que, aunque el volumen de leyes ambientales se han multiplicado 38 veces desde el año 1.972, la incapacidad de aplicar y hacer cumplir plenamente las regulaciones acordadas constituye uno de los mayores desafíos para mitigar el cambio climático, reducir la contaminación y tomar el camino de la sustentabilidad para la biota – la vegetación como ente protector del suelo, el componente orgánico del medio físico natural -. Concluye el informe que, a pesar de haberse efectuado más de 1.100 acuerdos internacionales vinculados a la protección del Medio Ambiente desde 1972, elaborarse múltiples leyes marco sobre esta temática, establecer alianzas multilaterales y ni siquiera con la asignación de fondos, se han podido construir organismos ambientales regionales sólidos capaces de hacer cumplir con efectividad las leyes y reglamentos acordados.

Como leemos, la tragedia ambiental sucedida en Las Tejerías en octubre del año pasado tiene un culpable medular sobre el cual poco hablamos: la pobreza estructural, la falta de un urbanismo que esté plenamente consciente y en sincronización con los elementos de la naturaleza, en especial con un factor medio ambiental básico: la lluvia, un desencadenante de procesos morfogenèticos y cuya aleatoriedad se intenta controlar estadísticamente, ya que sobre tal control estadístico se deberían sustentar la construcción de cualquier centro poblado – plan de orden urbano local – que se intente edificar sobre el paisaje natural a todo lo ancho del planeta; sin embargo, tal lógica no siempre resulta ser efectiva y de allí la necesaria previsión en cuanto a tener un “plan B” siempre, medidas de prevención o mitigación de daños ante eventos naturales extremos, no comunes  – revisen, entre otras, la tragedia de Schuld y Erftstadt, Alemania 2021 ¿quién puede poner en duda la severidad de la planificación con la que los alemanes abordan sus realidades ambientales locales? -.

Las Tejerías poseía su Plan de Orden Local Urbano, todo el eje urbano desde la ciudad de La Victoria hasta ella a lo largo del longitudinal valle del río Tuy lo tiene desde mediados de los años 90 y se ha intentado aplicar, muy a pesar de la resistencia de los mismos habitantes quienes, como es de la propia naturaleza humana, se resisten a ser reubicados e incluso en situaciones de emergencia extrema se niegan a abandonar sus hogares por razones de seguridad a pesar de las advertencias de bomberos y funcionarios de Defensa Civil, prefiriendo permanecer en ellos y muriendo como, lamentablemente, también ocurrió en el proceso morfogenètico sucedido en el Litoral Central, Estado La Guaira, en el año 1999; realidad ambiental con gran similitud al ocurrido en Las Tejerías en octubre pasado, pero con algunos matices geotécnicos diferenciadores que no vienen al caso describirlos en este escrito.

Para los que aun no están convencidos sobre los riesgos ambientales que corremos por el simple hecho de vivir, ser inquilinos de nuestra “Madre-Tierra”, y como las naturales e inevitables lluvias puede afectar significativamente a la planificación urbana ejecutada, les explicaremos dicho peligro con base a los sustentos teóricos del Plan de Orden Local Urbano de Las Tejerías, los cuales extraemos a continuación.

Inicialmente se realiza un mapa de pendientes integral de todo el relieve a los fines de determinar las diferentes inclinaciones del suelo, fijándose un rango de 35% como el límite máximo para realizar edificaciones – siempre y cuando las características intrínsecas de la roca lo permitan – y sugiriéndose mantener la cubierta vegetal protectora en aquellas superficies con una pendiente sobre el límite fijado; además, éste análisis sirve para identificar las distintas formas del relieve existente – geoformas – donde está o va a estar asentada la localidad para poder configurar el cuadro teórico de su génesis natural y considerar riesgos naturales. Luego, se realiza la evaluación hidrológica de las corrientes fluviales determinándose, con base a su propia pendiente, grosor y profundidad del cauce, su capacidad de arrastre en tiempos de máxima precipitación, un evento aleatorio que es evaluado estadísticamente mediante registros históricos; en el caso de Las Tejerías fue evaluado el período pluviométrico comprendido entre 1953 a 1986, 33 años, estableciéndose como parámetros conclusivos los siguientes: promedio total anual de precipitación 953.8 mm – un mm, milímetro, es una medida simplificadora que indica un litro de agua caída por un metro cuadrado de superficie -, marcándose dos periodos: lluvia y sequia, el primero se extiende desde el mes mayo – en todo el mes llueven 116.4 mm – a octubre – en todo el mes llueven 115.1mm -, periodo intermensual durante el cual precipita el 83% del total anual.

Una vez definida las características geológicas estructurales donde está o va a estar la localidad asentada y acotados los parámetros estadísticos de los factores naturales aleatorios, procedemos a configurar estrategias de ocupación; en Las Tejerías se realizaron obras de control hidráulico y orientación del desagüe en la quebrada Los Patos y se estableció una zona de seguridad de 50 metros a ambos lados de dicha quebrada, la cual desciende de forma perpendicular, recomendando el Plan un uso pasivo en dicha franja protectora – preferentemente una zona verde recreativa, pudiendo construirse una manga de coleo para el disfrute de la comunidad e, incluso, el mismo pequeño campo para jugar beisbol que allí se encontraba -, pero ¿qué pasó entonces para que se sucediera la tragedia ambiental?

Se acontecen en el Caribe por efectos naturales de la convergencia intertropical dos huracanes casi simultáneamente: Ian y Fiona y, aunque afortunadamente nuestro país es una zona anticiclónica por razones que no viene al caso explicar en este escrito, vientos cargados de humedad considerados marginales se desprenden de estos huracanes y avanzan hasta nuestro territorio, siendo retenidos unos por el sistema montañoso central y otros filtrándose por sus diferentes aberturas – conocidas geotécnicamente como abras – y llegando hasta nuestros llanos, provocando también fuertes tormentas allá. Una gran cantidad de vientos cargados de humedad se detienen justamente sobre la subcuenca de la quebrada los Patos en Las Tejerías y descargan en tan solo un par de horas 108 mm de precipitación – medición realizada por meteorología de las FANB -, las lluvias que estadísticamente dentro de la normalidad climática medida de hace 36 años se sucedían esparcidas a lo largo del mes de octubre.

Al presentarse la anti probabilidad descrita – un hecho no considerado probabilísticamente, ya que no se tienen registros sobre algo similar por más de tres generaciones de habitantes en Las Tejerías -, la planificación urbana resultó insuficiente y, frecuentemente se convierte en contraproducente ante tal fenómeno, ya que aquellas obras de ingeniería hidráulica acometidas de buena fe para controlar inundaciones bajo una normalidad climática, ante un hecho igual al mismo que a principios de los tiempos generaron el relieve actual, se transforman en potenciadores del desastre ambiental al acelerar la velocidad de arrastre de las aguas de lluvia, las cuales desbordaron su cauce normal e inundaran todo el cono – terraza, unidad de relieve principal con la que se identifica el emplazamiento central de Las Tejerías, arrasando todo a su paso.

Por ello hay que evaluar la dinámica de todos los cauces fluviales, conocerla, mantener zonas de protección de hasta 25 metros o mas según sus características torrenciales hacia ambas laderas, mantener la cubierta forestal en ellas, no arrojar escombros al cauce fluvial, mantenerlo limpio y estable; pero a pesar de todas estas acciones vitales de orden urbano – ambiental para la normal convivencia con el medio físico natural y contempladas en las leyes respectivas de nuestro país, debemos considerar tener un plan de contingencia y desplazamiento de la comunidad hacia refugios por el tiempo que dure alguna precipitación de carácter tormentoso que anuncien las autoridades meteorológicas, realidad que no se puede descartar y debe ser considerada con una gran “consciencia colectiva”, pero no por ello debemos tener pánico ni sentirnos inseguros en el diario convivir y disfrute con nuestro entorno natural.

Síntesis hoja de vida profesional:

Geógrafo Pascual Curcio Morrone, UCV- 1983; Especialista en Análisis de Datos, UCV– 1989; Especialista en Fotogrametría, IPO, ahora IFP, adscrito a la Universidad de Stuttgart, Alemania 1990; Fundador y primer Coordinador del Programa de Estadísticas Ambientales del Instituto Nacional de Estadísticas de Venezuela con 6 publicaciones: “Índice de Calidad Ambiental, ICA”, año 1998; “Estadísticas Ambientales de Venezuela”, año 1999; “La Dicotomía Urbano – Rural en la Realidad Venezolana”, año 2000; “Generación de Residuos Sólidos y Urbanismo”, año 2000; “Cuentas de Agua y Urbanismo”, año 2003; “Índice de Calidad Ambiental, ICA”, año 2004. Otras publicaciones distintas a la temática propiamente ambiental: “Marco Conceptual del Plan Nacional de Desarrollo Ferroviario 2006 – 2030”, IAFE ahora IFE, año 2005; “Un Cuento Helénico Y Otros Más”, editorial Círculo Rojo, España, año 2019.

Geógrafo UCV – 1983 – Cardenalitolito@gmail.com

 

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