Carlos Ñáñez: El rostro humano de una emergencia humanitaria absolutamente desigual

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El fascismo es totalitario incluso en el hecho de que trata de poner la rebelión de la naturaleza oprimida contra el dominio directamente al servicio de este último. Theodor Adorno.

Venezuela, otrora paradigma del mundo en desarrollo, muestra los estragos de una emergencia humanitaria compleja, sin que en su sociedad haya medrado el fantasma de un caos natural o de una guerra, sin embargo la suma de malas praxis en todos los ámbitos, la fractura del capital social y el quebranto de la moral han generado esta horrida eclosión de horrores y errores, el éxodo de 2/5 partes de la población, los naufragios para llegar a Trinidad y Tobago y el infierno del Tapón del Darién, no parecen causar ningún efecto en la anestesia social que atravesamos, anestesia soporífera que hace referencia al concepto de daño antropológico, quebranto humano o falla inorgánica del cuerpo social.

Los datos de la inflación siguen siendo escandalosos y nos colocan en los umbrales de un muy posible rebrote de hiperinflación, pues las causas de fondo emisión de dinero deficitario y financiamiento a PDVSA, se mantienen indemnes, estamos en esa línea amarilla de prevención ante el renacer de un efecto de regreso a los horrores de la hiperinflación, “la emisión de dinero es directamente proporcional al umbral de hiperinflación” [CITATION Bru88 \l 8202].

Sobrepasamos el valor de los 30 bolívares por dólar, sin aún haber honrado los pírricos beneficios de un bono vacacional para los casi 8 millones de funcionarios públicos, contraído en 6 veces su valor por el efecto de la desaparición del salario y la política de bonificaciones a través de un mecanismo poco confiable, ineficiente e irregular como la plataforma patria, una suerte de Big Brother sacado de la distopia lúdica de Orwell.

El hambre es un fantasma que golpea al 80% de los hogares en el país, un salario destruido por el efecto de la depreciación continua de la moneda. En ese 80% de hogares bajo la línea de la pobreza subyace la imposibilidad de adquirir una canasta alimentaria, sólo es posible comprar 6% de la canasta normativa familiar, cada vez nos alimentamos peor y eso tiene un efecto en la conformación de una población miserable.

El subsistema educativo es una ruina, una horrida calamidad, una escuela que ha naufragado bajo el peso de la política de un régimen avieso, que ausculta la posibilidad enferma de destruir a la escuela como lugar de referencia para la construcción de un contradiscurso, contra la mentira, la postura connaturalmente fascista del régimen sigue apuntando a un responsable externo, la continua búsqueda frenética de Calígula, por plantearle la guerra al mar, esa tara de buscar el enemigo externo nos hace retornar de nuevo a la superficialidad de los responsables de estos feroces tiempos.

“La deserción masiva de estudiantes, el miedo a la represión, el servilismo y el desinterés”, [CITATION Agu201 \l 8202 ] son claros ejemplos de ese criterio que va más allá de la “transdisciplinariedad del hombre” [CITATION Mor00 \l 8202 ] planteada por Edgar Morín y nos llevan al homo saucius hombre enfermo.

La desigualdad impone la necesidad de la denuncia, pues esta malformación en el desarrollo histórico y social del país, que se inició como una fistula en 1998, se pivotaba en la supuesta desigualdad existente, pero el chavismo ha hecho superlativo el rostro de la desigualdad, haciendo potable la corrupción, laxo y nimio la conversión del erario público en botín personal, así unos comen de la basura y otros, se dan lujos de reyes en el exclusivo barrio de Serrano, en Madrid reducto de tirios y troyanos que han traicionado a nuestro país, quiero aclarar que en esas lejanas tierras también están los exiliados pobres, los defenestrados, los que se han empleado en cualquier cosa y asumen el reto de sobrevivir extrañando afectos, hogares y lugares, ese el rosto terrible de los sin patria, el llanto silente del extrañamiento, ese ahogo de saberse no incluido en la sociedad.

Seguir repitiendo datos fríos de la economía, es olvidarse del enfermo sin medicina, de los templos del dolor de nuestros enfermos de cáncer que solo encuentran el alivio frente al dolor, cuando este supera el umbral de aguante y sobreviene el desmayo, la agonía de los dializados, la muerte horrenda implacable que espera tras las cooperaciones de los pobres para arrancar de la garras de la muerte a algún enfermo, esa es la Venezuela de Madura, la de la lengua intoxicada, la del hambre, la del exilio, la de la muerte, la de la obscena corrupción y la mentira precisa para acallar los nuevos escándalos de corrupción, en esta edición de la noche de las dagas largas.

Finalmente el drama se dibuja en los recién nacidos raquíticos, en las madres que paren como animales en las calles o bancos de maternidades destruidas, en las escuelas sin maestros, en las Universidades destruidas y tomadas y en el coqueteo con el captor, somos una sociedad de alcahuetas, que premia al vicio, que vota por simpatías y que no tiene memoria, seguimos ostentando 180 mil millones de dólares en deuda pública, 316% el PIB, los emprendimientos son arrasados por la marea de la hostilidad macroeconómica, pero corresponde vivir, para educar y denunciar, evitando que el chavismo se vuelva a repetir. “Si de algo sirve la educación es para no repetir los horrores de Auschwitz” [CITATION adi98 \l 8202 ].

Confío en encontrar en la hendidura el rostro de mi país, me lacera el grado de nimiedad con el captor, la loa al corrupto en todos los ámbitos y el daño antropológico general de una sociedad extraviada en el laberinto, sin la madeja, para escapar de la violencia homicida del engendro de Pasifae.

 

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