Majestuoso Himno de Francia, que le ha dado la vuelta al mundo, por su contenido, música sublime y fortaleza rítmica.
En 1789, Francia atravesaba por una grave crisis política, social y económica.
El Rey Luís XVI, sin capacidad para resolver los problemas, convocó a los Estados Generales, conformado por: el clero, la nobleza y los legisladores, para estudiar y buscar las soluciones pertinentes ante la delicada situación.
Todos los antecedentes planteados culminaron el 14 de julio de 1789, con acciones de calle y la Toma de la Bastilla en París, símbolo del reinado y del absolutismo.
Austria y Prusia, formaron una alianza militar para atacar a Francia.
Ante esta amenaza, el alcalde de Estrasburgo, capital de Alsacia en Francia, solicitó al joven capitán Claudio Joseph Rouget de Lisle, componer una marcha militar de arenga a la libertad y contra la tiranía monárquica.
El fruto de su inspiración, letra y música, se dio el 24 de abril de 1792, en Marsella, ubicada al sur de Francia.
Canción conocida como : El Canto de Guerra del Ejército del Rin.
El 29 de julio de 1792, el joven médico Francisco Mireur, cantó la inspiración de Rouget y al siguiente día, los soldados procedentes del puerto de Marsella, entraron a París cantando esta marcha de la libertad, con tanto entusiasmo e inspiración, que el pueblo la denominó «La Marsellesa”.
Desde el 14 de julio de 1795, este canto épico se convirtió en el «Himno Nacional de Francia».
En Venezuela y particularmente en el puerto de La Guaira, en tiempos del movimiento emancipador de los protomártires José María España y Manuel Gual, las autoridades realistas, prohibían mencionar la palabra libertad
El 13 de septiembre de 1797, en La Guaira, los mulatos curazoleños: Domingo, Marcos y José, de la servidumbre de don Francisco Hernández, cantaban inocentemente «La Marsellesa».
Magnificaban las palabras: Libertad, igualdad y fraternida.
Don Francisco se encontraba en Caracas y al regresar a La Guaira, se consiguió con la sorpresa del apresamiento de sus esclavos, de la imposición de una multa de mil pesos, la orden de regresar inmediatamente a Curazao y el compromiso de que no trajera de nuevo estos mulatos a Venezuela
Las autoridades españolas colocaron carteles que prohibían entonar coplas y canciones por ser: Contrarias a las buenas costumbres y al debido respeto al sacerdocio, a los padres de familia, a los amos, a los magistrados y a su majestad el Rey.
A los pocos años, en Caracas se lanzó a los cuatro vientos: El Gloria al Bravo Pueblo, letra autoría del médico caraqueño Vicente Salias.
Primera Estrofa de La Marsellesa.
Marchemos hijos de la Patria,
¡ha llegado el día de gloria!
contra nosotros, de la tiranía,
el sangriento estandarte se alza.
Historiador