El pasado 24 de Julio, día especial por el aniversario del nacimiento del Libertador y por la conmemoración de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo, sin tener en cuenta esas consideraciones tan especiales, nos reunimos María Corina y yo a petición mía. Allí convinimos la fecha del 3 de agosto para hacer los anuncios acordados. Así fue.
Con pocas pero claras palabras le expresé mi apoyo total a su candidatura presidencial, con Primarias o sin ellas. Lo importante es darlo todo “hasta el final”, bien por la vía electoral o por cualquier camino que las circunstancias impongan dentro de lo éticamente aceptable para gente formada como nosotros. Confieso que la respuesta de María Corina estuvo a la altura de mis expectativas dirigidas en la misma dirección y objetivos señalados.
Estamos en un momento muy difícil en Venezuela. No sólo lo político está demasiado enturbiado. Todo está mal y marcha para peor. Lo económico, lo social, lo anímico que influye tanto en una salud por los suelos y el montón de cosas adicionales que podríamos señalar. Pero repito, todos los males del país están sobre diagnosticados, pero mientras el régimen presidido por Maduro exista será imposible resolverlos exitosamente.
Veinticuatro años no es cualquier cosa. Casi cinco quinquenios de este desastre progresivo que se acerca a su punto final. Sé que harán cualquier cosa para impedirlo, como lo demuestran las penosas alianzas que están realizando con países dirigidos por gobiernos contrarios radicalmente a los principios de Libertad y Democracia por lo que luchamos y alineándose de manera insólita en contra de los Estados Unidos de América, en mi opinión, muy mal gobernado en la actualidad por la falta de claridad y coraje en quienes tienen la responsabilidad de dirigirlo. Pero eso es circunstancial y transitorio, como veremos relativamente pronto.
En el caso nuestro todos los aspirantes son muy conocidos. Tanto los que se inscribieron para las primarias como quienes por convicción o siguiendo instrucciones y financiamiento del régimen, supuestamente van a ir directo a las presidenciales del año próximo.
Dentro de todos ellos y guardando la amistad y el respeto que he tenido por algunos cuya actitud me parece impropia en la hora actual, la candidatura de María Corina Machado supera ampliamente el deseo de la inmensa mayoría de los venezolanos que aspiran al cambio radical y urgente que el país necesita.
Ha sido seria, constante, valiente, generosa en campaña ejemplar por su decencia y comprensión de la realidad de cada contendiente. Nos identificamos con ella en los principios fundamentales que ha anunciado en lo político y también en lo económico.
La pido a quienes en tantas circunstancias me han apoyado, en éxitos y dolorosas derrotas en una actividad que inicié a los quince años de edad, que dejemos de lado lo secundario y apoyemos sin reservas a quien deberá ser la próxima Residente de Venezuela.
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