Fernando Aranguren: Lloro por nuestra América

Compartir

 

Nuestra América está en un momento donde se mueven dos tendencias que son enemigas de las libertades y de la democracia una que es la caya de Rusia y China; por otro lado los populistas anti derechos encabezados desde hace algún tiempo por Donald Trump, y por la primera ministra de Italia Georgia Meloni acompañando de algunos partidos que se dicen a sí mismo nacionalistas, pero son esencialmente impulsores de un pensamiento hacia el pasado, donde está el acento contra todos los logros de los movimientos sociales en el mundo y los derechos para todas las personas.

Desde el comienzo del 2017 se inicia a dar en varios países la promoción de dos tendencias políticas muy parecidas donde el liberalismo económico sin compromiso con la democracia encabeza esas tendencias, la primera es China y Rusia con un claro propósito de destruir los valores creados con el esfuerzo de las sociedades abiertas y las del populismo disfrazado de pensamiento libertario donde se plantea el borrado de todos los logros producidos por los consensos y las luchas de las sociedades, con su reconocimiento de que esas luchas fueron construidas a través de muchas mártires mujeres y hombres en búsqueda de la libertad para todos y todas. En este momento es importante visibilizar las tendencias que en América Latina están adoptando con múltiples disfraces donde su intención es destruir los avances sociales que se han dado en los momentos de democracia plural.

En estos momentos vemos con mucha preocupación el avance de gobiernos y tendencias políticas que tienen un claro sentido totalitario además de las llamadas democracias basadas en el socialismo del siglo 21, que no es otra cosa que el totalitarismo del siglo XX y por otro lado, está el caso de gobiernos como el de El Salvador donde el discurso del presidente está reforzando una idea de gobernar por encima de los derechos humanos, en nombre de una seguridad para la ciudadanía tentación que rápidamente este desenmascarada cuando el partido del presidente y su gestión se convierten en democracias de opereta y hacen alianzas con países enemigos de los procesos democráticos, por ejemplo China, Irán y Rusia. Estos gobiernos y organizaciones políticas, impulsan un discurso basado en el desconocimiento de las luchas de la sociedad civil de esos países y los movimientos sociales como los ecologistas, los feministas, los campesinos; destruyendo o construyendo un discurso ciudadano donde el papel de las organizaciones naturales de la sociedad civil son criminalizadas en nombre de una pseudo independencia o patriotismo.

En nuestro caso debemos comenzar y reforzar la visibilización de estas tendencias que se mueven en el mundo, y en Venezuela pueden hacer raíces, esta forma de hacer política busca la manera de impulsar la figura de un Mesías o políticas donde no se toma en cuenta a los años de lucha y resistencia de la ciudadanía en defensa de sus espacios en lo cotidiano, para poder discutir, protestar y ejercer su ciudadanía por encima de las componendas de grupos; que desde un pensamiento conservador en vez de querer avanzar a una democracia donde el respeto al otro sea la divisa fundamental, buscan destruir los avances producidos en las luchas de todos los sectores como los trabajadores, los movimientos de derechos humanos, el movimiento de la diversidad, el movimiento del empresariado independiente y los sectores que pujan por construir una salida al régimen desde la unidad basada en el consenso desde la mirada hacia un futuro plural.

Nos parece oportuna citar a Norberto Bobbio dónde expresa su opinión sobre qué es los derechos humanos.

“A) Los derechos humanos son derechos históricos que no tienen fundamento absoluto sino consensuales; B) El reconocimiento de los derechos humanos es un indicador del progreso histórico de la humanidad; C) Existe una interrelación entre los derechos humanos con la democracia y la paz”.

Por este motivo nos impactó el triunfo de las votaciones en Argentina donde Javier Melei triunfó para poder ser candidato en las elecciones argentinas, su llamado movimiento La Libertad Avanza, es esencialmente uno de los ejemplos del populismo pseudo liberal que está comprometido con la destrucción de las libertades, siendo en sí mismo una contradicción de lo que es realmente el pensamiento libertario y el pensamiento avanzado liberal, nos sorprende algunas expresiones de alegría por sectores o por personas que alaban un discurso basado en la promoción del odio, con claras características de la narrativa que nos llevó a nosotros los venezolanos a estar viviendo bajo la larga noche que ha significado el pensamiento totalitario de otra raíz pero de misma conducta; si comparamos los diferentes momentos históricos en América Latina, vemos que estos políticos con diferentes ropajes son esencialmente enemigos de las libertades y de los derechos humanos, en este caso podemos ver que el discurso de la anticorrupción siempre es el mismo sean llamados de izquierda o de derecha, son esencialmente antidemocráticos enemigos de la pluralidad y claramente enemigos de la democracias.

En el caso argentino el panorama es muy desolador porque de darse el triunfo del movimiento La Libertad Avanza, su programa comienza con la destrucción de la institucionalidad, profundizándola después de los gobiernos del peronismo con un claro compromiso de retroceder con los avances construidos en los años de la democracia, como la de Alfonsín que permitió volver a la democracia. Este esquema de gobierno realista sin compromiso con la ética democrática y de igualdad que tiene como acento el entregar todos los avances conquistados por los diferentes sectores argentinos y volver a reconstituir con una nueva constitución, muy parecido al juego macabro que pudimos sufrir con Hugo Chávez, desde mi entender lo que los y las que estamos luchando por reconquistar la democracia no podemos aplaudir propuestas políticas que se basen en el retroceso de las sociedades hacia un mundo donde los lobos se coman a los ciudadanos como exclama el propio candidato Milei, pensamos que la fórmula para América Latina es el centro político democracia, igualdad, equidad y paridad porque nuestro deber como activistas para la sociedad democrática es promover la diversidad en todos los espacios y en especial en el estado que queremos construir.

 

Traducción »