La sociedad venezolana vive una fuerte crisis estructural que obliga a repensar y concretar un nuevo liderazgo en todos los ámbitos. Uno de ellos lo representa el sector universitario, hoy postrado en un estado de momificación frente a los cambios que se generan a nivel mundial. *Pasan los años y nuestra universidad se cae a pedazos no solo en su estructura, sino en su concepción y perspectiva institucional frente a la realidad social que la estremece cotidianamente*.
La universidad pública necesita superar diferentes adversidades para recuperar esa capacidad de influencia en el Estado y la propia sociedad que tuvo durante gran parte del siglo XX. *En esa dirección debe hacer grandes esfuerzos para repensar su misión y visión como institución. No basta sostener un discurso de la defensa de la autonomía y el carácter popular, si ella no se adapta a la compleja dinámica que arrolla con fuerza el mundo actual*.
En palabras de Ivonne Farah, Directora del Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la UMSA (Bolivia), la universidad para sobrevivir debe “re-crear y/o potenciar internamente sus capacidades y condiciones de generación de profesionales calificados y comprometidos con el proceso histórico y el devenir de las transformaciones de la nación; pero también de productora de conocimientos que nutran su construcción de nuevas formas de interacción con la sociedad y la realidad complejas y multiculturales de hoy” (Farah, en Santos, 2007:7).
La autora conmina a repensar la responsabilidad social de la universidad pública en la interpretación de la situación nacional y los términos de su inserción internacional en el contexto globalizador con criterios de pluralismo teórico, autonomía, excelencia académica, multi y transdisciplinariedad. *La universidad debe facilitar el debate interno para buscar un entendimiento idóneo de las dificultades, crisis y potencialidades que actualmente enfrenta de cara al propio contexto nacional*.
Por su parte, Boaventura de Sousa Santos plantea que al interior de la universidad sus actores deben hacer una honda reflexión para visualizar y aprovechar las posibilidades de innovación académica que arroja el proceso de globalización con la finalidad de articular los intereses de los diversos sectores comprometidos con la renovación universitaria (Estado-instituciones académicas-empresariado), así como propiciar una interpelación de la universidad y las ciencias desde su diversidad cultural y de saberes.
*En el contexto venezolano, la universidad no debe permanecer indiferente a los agudos problemas sociales, económicos y políticos*. Su realidad interna refleja un cuadro de mutismo frente a un modelo jerárquico hegemónico sin ánimos de cambios ni transformación de sus estructuras y razón de ser institucional. La universidad venezolana es hoy presa de unas prácticas culturales que cada vez se aíslan de la problemática social y refuerzan la ignominia en su interior.
*Ha llegado la hora de propiciar la renovación de sus autoridades y repensar un modelo que de al traste con ese vacío de liderazgo para potenciar a la universidad a nuevos senderos conceptuales e innovación gerencial*. Ella debe constituirse en un espacio consciente de la grave crisis que padecemos, fomentar docentes idóneos y científicos críticos cuyos avances se armonicen con otros saberes sociales desde una visión de respeto y legitimidad.
Hoy presenciamos a una universidad ahogada presupuestariamente sin demasiada resistencia, cuyos miembros han salido al mercado a buscar recursos extras para sobrevivir. *Simultáneamente, las autoridades han tenido que ajustar políticas arancelarias en los estudios de pregrado y postgrado, socavando el derecho constitucional de gratuidad, por lo menos a nivel de pregrado*.
Estas contradicciones en el seno de la universidad autónoma y popular venezolana coloca en la mira de los actores que desean salvarla a reunirse, organizarse y redoblar sus fuerzas para producir a corto plazo un proceso de renovación de sus autoridades. Deben aprovechar los aires de cambio que comienzan a regir en la región. *Repensar y transformar pasa por eso y, luego, conducirla por las nuevos cauces que se abren en este mundo complejo y globalizado*. ¡A recuperar esa institución extraviada con el encuentro de valiosos intelectuales y líderes universitarios!
Ex-Secretario General de la FCU-UCV y Profesor de la UDO-Sucre.
