¿Podrán los vehículos eléctricos reducir de una manera importante el consumo de petróleo?

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Una autopista congestionada.

Las condiciones climáticas siguen empeorando en todo el planeta y, como si el mundo ignorase este hecho, la demanda de petróleo se prepara para alcanzar un récord, dando a entender que este combustible sigue siendo indispensable para las economías mundiales.

Y es que según la IEA, que asesora a los gobiernos sobre política energética, dicha demanda podría alcanzar los 102.000. 000 de barriles de petróleo diarios (bpd) este 2023.

El planeta, por su parte, parece estar sintiendo los efectos de los combustibles fósiles con olas de calor y sequías cada vez más extremos.

No hay que ir muy lejos para verlo, basta con echar un vistazo a la contaminación por petróleo y plásticos que se está produciendo en el lago de Maracaibo, Venezuela.

¿Qué se puede hacer al respecto, cómo evitar semejante problema? Parece una tarea complicada considerando que hay que sustituir más de 100 millones de bpd por otro tipo de combustible que sea sustentable en el tiempo.

Es por ello que a estas cortas reflexiones hay que sumarle estudios y uno reciente es el de BloombergNEF (BNEF) donde se presenta al vehículo eléctrico como una de las tantas soluciones para reducir la demanda de petróleo.

¿Cuánto petróleo podrían evitar los vehículos eléctricos?

Según el estudio de BNEF, casi la mitad de los 100.000.000 de bpd que consumimos corresponde al sector de los vehículos, de ahí el papel que pueden jugar los vehículos eléctricos.

Un automóvil con motor de combustión estándar en Estados Unidos consume unos 11 barriles equivalentes de petróleo (boe) al año.

Una motocicleta, en cambio, consume 1, un camión de clase 8, unos 24, y un autobús, más de 258 boe al año, revela el Foro Económico Mundial.

Cuando estos vehículos se electrifican, el petróleo que habrían utilizado sus equivalentes con motor de combustión deja de ser necesario, desplazando la demanda de petróleo por electricidad.

Hasta ahora, la creciente flota de vehículos, vans, camiones y autobuses eléctricos ha sustituido sólo una pequeña parte de la demanda: 1.500.000 de bpd en 2022.

Sin embargo, las baterías están en marcha y predice que el pico de demanda de carburantes para el transporte terrestre no está tan lejos: se producirá en 2027, llegando a un máximo de 49 millones de bpd ese año.

Además, hay otra buena noticia en el estudio, el consumo de petróleo desplazado por los vehículos eléctricos se elevará a más de 20 millones de bpd en 2040.

Eso es según el escenario de transición económica de BNEF, que modela una transición energética dirigida por el mercado que no asume cambios políticos. En otras palabras, el escenario más probable.

Para tener una idea, unos 20 millones de bpd es equivalente al consumo de petróleo de Estados Unidos el año pasado.«La combinación de vehículos eléctricos, eficiencia de combustible y movilidad compartida está reduciendo la demanda de combustibles de carretera», afirma David Doherty, responsable de investigación sobre petróleo y combustibles renovables de BNEF.

«Este declive se agravará a partir de 2030», agrega.

«A partir de entonces, la demanda empieza a descender de forma estructural, hasta alcanzar los 35 millones de bpd en 2040», afirma BNEF en sus perspectivas más recientes.

Es probable que la demanda de gasolina y diésel para el transporte por carretera ya haya alcanzado su pico en Estados Unidos y Europa, mientras que la demanda en China alcanzará su máximo en 2024.

En otros grandes países consumidores, como la India, la demanda empezará a disminuir más tarde, en la década de 2030.

Pero lógicamente, el estudio de BNEF deja en claro que las intervenciones del mercado podrían alterar sustancialmente la velocidad de esta transición.

Un aumento del precio del petróleo, por ejemplo, hace que los vehículos eléctricos sean mucho más competitivos que los de combustión convencional.

Los precios del crudo  tenían hasta hace poco una racha de siete semanas de ganancia, cotizando al cierre del miércoles a 78,89 dólares el barril para el caso del WTI.

Conclusión

Como observamos, es posible que los vehículos eléctricos reduzcan significativamente el consumo de petróleo, pero es poco probable que lo lleven a cero.

Aunque los vehículos eléctricos no utilizan gasolina o diésel, todavía necesitan energía para cargar sus baterías, y gran parte de esa energía todavía proviene de los combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas natural.

Además, hay otros sectores que dependen del petróleo, como la aviación y el transporte marítimo, que no pueden ser electrificados fácilmente.

Sin embargo, la adopción masiva de vehículos eléctricos podría reducir significativamente la demanda de petróleo y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.

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