Griselda Reyes: ¿Cuándo atenderán a la educación?

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La educación es el único camino para escapar de la esclavitud mental. Frederick Douglass.

En Venezuela, la situación conflictiva es muy alta, siendo su principal origen el mentado “socialismo del Siglo XXI”, que ha traído consigo la repartición equitativa de la miseria y ha vuelto a los vulnerables más vulnerables y ha desmejorado considerablemente a los estratos más altos de las clases sociales.

La clase medía, bien depauperada a consecuencia de las nefastas políticas económicas puestas en práctica, está sobreviviendo, a pesar del sistema.  Hay muchísimos sectores afectados, casi de manera letal. Ninguno de los diferentes sectores de la vida pública nacional se salva: Empleados públicos, trabajadores de la Empresas Básicas de Guayana, funcionarios de Pdvsa, sector salud, seguridad y educación.

La crisis estructural tiene por nombre Venezuela, en lugar de ser identificada por quienes le han causado: Venezuela tiene, Venezuela vive, Venezuela está. Cuando lo real y cierto es que la gerencia que desgobierna es la causa y actor del desastre. No es nuestro país. Venezuela es la víctima.

La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela identifica al trabajo y a la educación como los motores para el logro de la satisfacción de la calidad de vida. Ambos motores tienen grandes dificultades. Considero que, en forma prioritaria, debe atenderse a la educación.

En los últimos días, he sabido de casos de padres, madres y representantes que -ante el aumento de la crisis- se están viendo obligados a cambiar a sus hijos de colegios privados a escuelas del sistema de educación pública oficial.  

Son personas desesperadas que saben que para garantizar la comida de sus hijos, no pueden darse el lujo de mantenerlos en planteles pagos. Es una vaguada silente, discreta, que condena a nuestros hijos a recibir una educación que está lejos de los estándares internacionales del desarrollo.

¿Qué cómo me atrevo a aseverar algo tan delicado? No lo digo con ligereza, se bien de la crisis educativa del país. Mantengo contacto con venezolanos en el grueso de este país, y una de las preocupaciones latentes es el deplorable estado del tema educativo. Colegios cayéndose, maestros que desertan, curriculum desactualizado, falta de seriedad de todos en el conocimiento real que están recibiendo nuestros muchachos.

Voy, uno a uno. En redes sociales y por línea directa veo el deterioro de planteles icónicos en Santa Rita, Zulia;  Puerto Ordaz, Bolívar; o Carúpano, Sucre. Fueron epicentro de formación de grandes profesionales en el pasado reciente, hoy no son más que escombros donde a duras penas los niños pueden ver clases.

La educación venezolana se ha limitado, en gran medida, a hombres y mujeres de inmensa vocación que, pese a los bajos salarios y las pésimas condiciones de las aulas, siguen luchando contra todo pronóstico para seguir enseñando.  

Cuando veo a políticos, a propósito del inicio prematuro de la campaña electoral, prometer y prometer, me pregunto: ¿Cuánto demoraremos verdaderamente en recuperar nuestro sistema educativo?, ¿Por qué el Gobierno, el mismo que se deja saquear millones y millones de dólares, no le mete el pecho a la recuperación de escuelas y liceos?

La prioridad, hoy, mañana y siempre; no puede ser otra que frenar aquello que Douglass cita como “esclavitud mental”, y para ello debemos hacer un gran consenso nacional, desde ya, y sin importar ideología.

 Nuestros niños y maestros deben ser la prioridad de cualquier agenda nacional que se establezca. Solo así podemos tener otro país, otra Venezuela.

¿Quién es Griselda Reyes Quintero?

 

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