Luis Bravo: La designación del nuevo CNE

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(…) Seguimos en eso de creer que sólo basta “gritar patria socialismo o muerte”, “Muera el imperialismo”, para darnos por satisfechos y convencidos que dentro de nosotros, todo a nuestro alrededor, ha llegado al equilibrio y hemos alcanzado un  como quien por sólo por ver un plato de pollo frito o unas chuletas de cerdo o cordero bien asadas, dentro de una vitrina, sentimos tanto placer y satisfacción que hasta sacamos un palillo y comenzamos a limpiarnos los dientes y darnos ligeros golpecitos en el estómago. ¡Ya comí y está delicioso! Eligio Damas: Según dicen, no lo digo yo, el socialismo no se ha hecho realidad por culpa del imperio y los puebls inmaduros

Luis Vicente León Negociación política venezolana depende de acuerdos entre Biden y Maduro Aporrea.org Sumaríum | Lunes, 28/08/2023

Mucho ruido hace la designación del nuevo CNE y la declarada lealtad de la cúpula militar a la élite del poder civil. Nuevo golpe  a la esperanza de los venezolanos en el cambio por vías electorales. Aunque todo  indica que va a ser muy difícil que logren doblegar la voluntad de permuta política que se respira en todos los rincones del país. No obstante, la abstención ante el descontento social sigue siendo la mejor baza del gobierno frente a los torneos electorales. La desconfianza en el voto ha sido la llave mágica del status quo para seguir en el gobierno y en el monopolio del estado. El estímulo feroz a la abstención y a la sospecha respecto al comportamiento de los militares en caso de triunfo opositor. Sospecha espoleada hoy por las intemperantes declaraciones del ministro de la defensa respecto a su lealtad perruna a uno de los factores que concurrirán al proceso electoral venidero.

Todo indica, y perdónese la reiteración que puede ya ser cansona, que la desconfianza en el voto sigue siendo la mejor arma de status quo para seguir gobernando, hoy corrompiendo la esperanza popular  en las presidenciales.  Ya no son las misiones, ni el carnet de la patria, ni la chamba juvenil, ni los milagros del superbigote,   y tantos otros movimientos generadores de alucinación de bienestar social, funcionales a la conveniencia electoral del poder instalado.

En lo que concierne a las misiones y sus sucesivas conversiónes en claves esenciales de la política social,  hoy es muy poca la pasión que despiertan en el discurso oficial, apenas una que otra escuálida mención de cumpleaños. ¡Qué lejos está aquel estado que decía comportarse como un estado social de misiones después del descalabro del 2002!     El ruidoso silencio sobre las misiones, en su versión más reciente  como son  el sistema de misiones y las  bases de misiones, deja espacio para que le creamos a opiniones como las que están apareciendo en la comunicación independiente respecto a sus pobres resultados y la gravedad de su salud institucional,  así como la fuerte sospecha de su agotamiento como factor de peso para compensar la caída de popularidad del gobierno y sus candidaturas.

Revista: 967 Memoria Educativa Venezolana, paso a paso

 

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