Ezequiel Querales Viloria: El inhabilitador

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Sin sorpresas, se impuso la tesis del inhabilitador, para conducir las riendas del ente electoral del país, en los comicios presidenciales previstos legalmente, constitucionalmente, para el venidero año 2024.

No se podía esperar otra cosa de una oclocracia (gobierno de pandillas), carcomida en su centro, en sus bordes, en su periferia, por la avaricia, la sevicia, el revanchismo y unas ansias desmedidas de poder.

Llegué a pensar que lo contrario, sería como pedirle aguas pulcras y cristalinas al Guaire, después de la “mágica purificación revolucionaria”.

Sin duda, se trata de un inhabilitador hecho a la medida de la actual turbulencia política de esquiroles, alacranes y colaboracionistas, para urdir estrategias de albañales, ya aplicadas con alevoso acierto, en la infiltración, implosión, y luego asalto histórico, a la AN 2015, sin otra repercusión, que el mea culpa opositor.

La historia patria ha tenido soberanos inhabilitadores, de merecidas e inmerecidas inhabilitaciones, pero no tan obedientemente amorosos, como el inhabilitador    de estos tiempos inciertos, en una Venezuela azotada por la desazón de una infame pesadumbre. De él  salen a relucir en las redes sociales, su obediente fidelidad adeca cuando repartía jeeps en el estado Aragua, para la campaña presidencial de 1988, por órdenes del tristemente recordado, José A Ciliberto. Es decir, que es un militante ampliamente fogueado en turbias estrategias de campañas presidenciales.

Ahora vuelve a liderar, como quien no quiere la cosa, el aparataje comicial-institucional, para abordar una insospechada campaña electoral que se avecina plagada de episodios borrascosos.

Tras desmontarse el cuerpo rectoral comicial anterior, sin que cumpliera el lapso reglamentario, se ensaya  un propósito de enmienda y buena voluntad, con un nuevo organismo electoral que a nadie sorprende acerca de su declarada filiación y destinada función.

Por los rincones de la patria, aún se esparcen las calamidades como si a nadie importara, se mantiene firme el clamor general de los distintos gremios profesionales y trabajadores en general, por mejores condiciones de vida y un justo salario. El rechazo de la mayoría, no puede ser más contundente: el 85.2% de la población del país exige un cambio de gobierno y fin del arcaico modelo político.

Para poner las cosas en contexto, si bien es cierto que el rechazo a la tormenta socialista sea casi unánime, no es menos cierto, la aversión de la población por el desafortunado desempeño de los partidos políticos tradicionales del llamado G-4 en la política nacional. Y solo la opción  que presenta la llamada Dama de Hierro, con inmancable firmeza y claridad de propósitos, luce abrumadoramente aceptable.

Mas que evidente, que la marea roja ya no sopla a favor de la repudiada oclocracia. En el pasado quedó sepultado, aquello de que “con hambre y sin empleo, con Chávez me restreo, eslogan que con un  solo silbato, arrastraba multitudes a las urnas de votación.

No hay que pasar por alto, el primer peldaño para recomponer la representación política de la oposición, previsto en las primaras del 22 octubre.

Lo que vendría a ser, una suerte de alianza ciudadana por la libertad y principal instrumento opositor de rebeldía ciudadana, democrática y legítima, contra el régimen, lo que obviamente, perturbaría los oscuros intereses del régimen, que no vacilaría en maniobrar para suspenderlo o que fracase estrepitosamente.

En ese contexto, a todas luces tenebroso, es donde se tejería el hilo conductual de las tácticas y estrategias de albañales diseñadas en la catacumbas habaneras, y que se aplicarían con manos de esquiroles, para “detener como sea”, el ciclón electoral de “Hasta el Final”, que encarna MCM, la eterna indoblegable.

No resulta difícil adivinar la imposición de un “Hay que ganar donde sea y como sea”,  como lo han martillado hasta el cansancio, las lapidarias arengas del “no volverán” voceadas por las huestes del Psuv.

Desafortunadamente, nos acostumbraron al atropello del poder político, al resentimiento social de la clase política, sin una visión de país que nos ilusione, en nos enamore, que nos devuelva el orgullo de ser venezolanos. Será el gran reto a encarar y a recomponer, de cara a las nuevas elecciones y futuro de Venezuela.

ezzevil34@gmail.com

 

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