Fredy Contreras Rodríguez: África da el ejemplo

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La Tierra advierte a cada rato que estamos en cuenta regresiva. Los desastres y fenómenos naturales más graves suceden ahora mismo y ocurren frente a la impavidez, indiferencia y arrogancia de los poderes mundiales, centrados y empeñados en los negocios de la guerra y la destrucción. Cuando las señales y amenazas del planeta-hogar son tan evidentes, los pueblos del mundo no pueden seguir esperando por soluciones.

El debate sobre la crisis climática está en un escenario preocupante. El poder dominante y las transnacionales han llegado al nivel de trivializar -incluso de poner en duda- los informes de expertos y científicos, con recomendaciones, estudios, advertencias y análisis para enfrentar el desastre en ciernes. Los mass-media y las redes sociales a su servicio han sido el vehículo idóneo para facilitar un debate ideológico y político global, cuyo fin es proteger los intereses económicos de las grandes economías neoliberales del G-7 y G-20, apocando y neutralizando el apoyo de los pueblos a las acciones de los movimientos sociales, organismos internacionales, personalidades y países con propuestas y planes concretos contra el desastre climático, como los que ahora plantea África, por ahora el de mayor relevancia.

El “continente negro” ha tomado la iniciativa. En la última cumbre africana contra el cambio climático, ocurrida la semana pasada en Nairobi, capital de Kenia, África indicó una ruta, una propuesta. Las conclusiones surgidas en la cumbre climática de Nairobi no dejan lugar a dudas: África debe liderar la lucha contra el cambio climático en sus territorios, sin seguir esperando algo de Europa, su antigua colonizadora y asaltante de sus riquezas. África va a producir soluciones al cambio climático desde las políticas de cooperación y solidaridad entre países de la región, bajo la premisa de “soluciones africanas a los problemas africanos”, entendiendo que Occidente -vale decir Europa y EEUU- no está capacitado ni autorizado para imponer soluciones a los problemas africanos. El presidente de Kenia fue tajante y enfático: “No podemos ponernos en acción contra el cambio climático con políticas insulares… El calentamiento global no se mitiga con aire acondicionado en nuestros pequeños rincones del mundo”.

La cumbre africana dejó una idea clara que debe ser aplicada por los pueblos del mundo, y es la imperiosa necesidad de descolonizar la lucha por el cambio climático. Los pueblos del universo-mundo no pueden seguir esperando actos y decisiones de los centros del poder mundial. Es innegable la preocupación de la ONU y organismos internacionales, expuesta por intermedio de grupos especializados de científicos y expertos como el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático), cuyos integrantes que son centenares en todo el mundo están conscientes de la gravedad del problema y advierten con fuerza sobre el tema, sin resonancia alguna.

Siguiendo el consejo africano, los pueblos deben avanzar en la tarea de descolonizar la lucha por el cambio climático, para impedir que Europa y los Estados Unidos -cuando al fin se den por aludidos- nos impongan soluciones  que solo les servirán a ellos pero que, con toda seguridad, no serán útiles a los países subdesarrollados de África, Asia y América Latina, por siempre explotados y expoliados por la metrópoli. Se trata entonces de “desnorteamericanizar” y “deseuropeizar” esta lucha y que los países, naciones y pueblos, desde su propia realidad y valores culturales, aporten soluciones al cambio climático, sin aumentar las calamidades y sacrificios colectivos.

África está señalando una ruta y orienta sobre las soluciones. No podemos dejar que con el cambio climático pase lo mismo que ocurrió con las “recetas” económicas del Fondo Monetario Internacional -FMI- y el Banco Mundial -BM- impuestas a finales del siglo pasado a los países pobres y subdesarrollados, que en lugar de favorecerlos los terminó de hundir en el hambre y la miseria, por lo cual hoy existen pueblos enteros -como Haití en América y Burundi o Sudán en África- viviendo en el caos y la indigencia.

Ingeniero industrial UNET. Agricultor urbano.

 

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