Dayana Cristina Duzoglou: De la ruina petrolera a la Luna

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Lecciones de innovación y desarrollo para un tirano desfasado

La lección más importante para un tirano delirante es que la innovación, la democracia y la libertad son los antídotos contra la decadencia y son las llaves que abren las puertas hacia un futuro lleno de oportunidades y prosperidad.

La economía moderna se encuentra en constante evolución, y la innovación y la tecnología son fundamentales para el progreso, la democracia y el desarrollo de los países. Países como Estados Unidos, Japón, Emiratos Árabes, Corea del Sur, Italia o la Agencia Espacial Europea (ESA), que han logrado enviar naves o personas a la Luna, se caracterizan por tener economías robustas y dinámicas y también por tener un enfoque y una gran inversión en innovación tecnológica.

Paralelamente, en el bizarro mundo que vivimos, existen personajillos definitivamente desconectados de la realidad, que se plantean fantasías ridículas. Este es el caso del ilegítimo Nicolás Maduro, quien habiendo llevado a Venezuela a ser el segundo país con más miseria en el mundo, dijo desde China, querer mandar venezolanos a la luna. Mientras tanto, en Venezuela, la mitad del país sufre de constantes cortes de electricidad, y, a pesar de ser el país con las mayores reservas de petróleo en el mundo (17% de las reservas mundiales), hoy la población hace colas de más de 8 horas para obtener gasolina.

Para entender la irracionalidad del usurpador, Venezuela ha experimentado una de las peores crisis de la historia moderna. La falta de innovación y tecnología ha llevado al país a una situación desastrosa, donde se registra una tasa de inflación anualizada de 429 % en julio de 2023 y se ha experimentado una contracción del 70% de la economía entre el 2013 y el 2019.  Adicionalmente, 14 años han pasado desde el anuncio rimbombante del también delirante Chávez, de la creación de una fábrica de satélites en el pequeño pueblo de Borburata, estado Carabobo, donde se erigiría la “NASA Bolivariana”, un centro de desarrollo espacial.  Esta NASA caribeña nunca llegó a materializarse a pesar de la inversión de más de 125 millones de dólares. La iniciativa, que buscaba alcanzar la “soberanía e independencia tecnológica”, nunca reportó beneficios tangibles para la comunidad local ni para el país en general.

En cuanto a las relaciones con China, además de los últimos 31 acuerdos, Venezuela ha firmado, que se sepa, más de  486 tratados con la República Popular China entre 1999 y 2019. Estos acuerdos abarcan diversas áreas, pero la información completa solo está disponible para el 12.75% de ellos. A pesar de la cantidad de acuerdos firmados, nunca se han observado cambios positivos significativos en la economía de Venezuela. El Fondo chino-venezolano, una alianza binacional creada en el 2007 para financiar proyectos en diversas áreas, inició planes como la fábrica de autobuses Yutong, que fue financiada por este fondo, pero nunca se materializó, y se estima que se dilapidaron al menos 480 millones de dólares.

Estos ejemplos subrayan que la única conexión que existe es la del régimen con la corrupción.

Es crucial destacar que nunca se han realizado inversiones en educación o tecnología en los últimos 25 años, lo que ha dejado a los ciudadanos sin las habilidades y conocimientos necesarios para innovar y adoptar nuevas tecnologías.

La fantasía desfasada de Maduro

Desde una perspectiva psicológica y psiquiátrica, resulta evidente que Maduro, además de mitomanía, exhibe rasgos de megalomanía y narcisismo al albergar sueños grandilocuentes como enviar venezolanos a la Luna. Estas fantasías extravagantes revelan su distanciamiento alarmante con la realidad, así como un desinterés absoluto por una crisis general que ha llevado a venezolanos incluso a buscar comida en la basura para poder sobrevivir.

Datos Económicos y Sociales de una Venezuela devastada

Tabla DCZ

Lecciones de innovación para un tirano delirante anclado en la irrealidad cósmica

La innovación y el desarrollo son factores cruciales para superar los desafíos que enfrenta Venezuela. Países desarrollados, como Japón, han demostrado que la inversión en tecnología e innovación puede impulsar el progreso económico y social.

Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón se enfocó en la educación, la inversión en I+D y el desarrollo tecnológico, invirtiendo hoy aproximadamente el 3.4% de su PIB en investigación y desarrollo. Esto le ha permitido ser líder mundial en áreas como vehículos híbridos, robótica y telecomunicaciones.

Japón ha evidenciado que, un enfoque pragmático, basado en innovación y participación democrática, puede lograr el bienestar de los ciudadanos y el desarrollo sostenible de una nación.

Maduro, dentro de su megalomanía, por lo menos debería intentar aprender de estas lecciones cruciales. En primer lugar, debería conectar con las necesidades reales de la gente, priorizando la atención a problemas inmediatos. Promover la participación democrática y la restauración de las instituciones, se deberían también erigir como pilares cruciales hacia un horizonte de estabilidad. No obstante, resulta innegable que, a los autócratas, aferrados al poder de manera ilegítima, no les conviene abrazar los valores democráticos; por el contrario, necesitan socavarlos para poder seguir viajando y viviendo a cuerpo de Rey, así como también necesitan continuar promoviendo la corrupción y el poder de corromper, que es lo que finalmente los sostiene.

Mirar al futuro, no a la Luna: prioridades terrenales antes que delirios espaciales

La tecnología puede iluminar y acelerar el camino hacia tiempos más prósperos, resolviendo problemas apremiantes. La innovación es el combustible para el cambio y el progreso sostenible, y su adopción debe ser una prioridad para cualquier país.

Antes de fantasear con viajes espaciales (donde esos venezolanos en la luna no serían astronautas, más no sabemos si serían “taikonautas” o “cosmonautas”) el usurpador Maduro, como mínimo, debería:

*Garantizar servicios básicos como electricidad, agua, gasolina y conectividad.

*Asegurar el abastecimiento de alimentos y medicinas.

*Generar empleos dignos e invertir en educación y salud de calidad.

*Combatir verdaderamente la corrupción y restablecer el estado de derecho.

*Fomentar y respetar la libertad de expresión.

*Desarrollar planes de innovación tecnológica en sectores clave.

Conclusión

Venezuela enfrenta una encrucijada histórica de cara a las elecciones del 2024. Aunque el camino no está exento de obstáculos y el fraude puede volver a perpetrarse si no se logran las condiciones, estas elecciones representan al menos la esperanza de un nuevo comienzo para la nación.

Si cae la noche oscura del régimen actual, amanecerá un nuevo día lleno de posibilidades. La innovación y la tecnología serán faros que iluminen el sendero y el innegable talento y creatividad del pueblo venezolano florecerá al calor de las libertades recuperadas. Con visión, pragmatismo y participación genuina se pueden sentar las bases de un porvenir donde la tecnología no será un fin en sí mismo, sino una herramienta para resolver las necesidades sociales y económicas.

Mientras tanto, lo más deseable sería que Maduro y su séquito de corruptos se embarcaran en un viaje sin regreso al lado oscuro de la Luna para que instalen allá su circo mediocre y cruel. Los venezolanos honestos, aquí en el globo terráqueo y de la mano de líderes de altura, con trabajo honesto y persistente, queremos ya dedicarnos, con optimismo y pasión, a reconstruir Venezuela desde sus cimientos para ser mejores de lo que nunca fuimos.

Twitter X: dduzoglou

 

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