Los ministros de Seguridad visitaron la zona que atraviesan migrantes irregulares rumbo a Estados Unidos. Mario Zamora (Costa Rica – Derecha) y Juan Manuel Pino (Panamá) hicieron una visita para buscar soluciones coordinadas al fenómeno migratorio.
Los ministros de Seguridad Pública de Panamá, Juan Manuel Pino, y de Costa Rica, Mario Zamora, hicieron una gira de trabajo este sábado (23.09.2023) por el Darién, la inhóspita jungla que conecta Suramérica con Centroamérica y que es utilizada por personas migrantes irregulares en su ruta al norte del continente.
Panamá y Costa Rica aplican una estrategia de “flujo controlado”, que implica que los grupos migrantes deben tomar buses en sus fronteras -que deben pagar las personas viajeras- para ser llevados directamente a los límites con Costa Rica, en el caso panameño, y con Nicaragua, en el caso costarricense.
Para Panamá, el “flujo controlado” incluye además un registro biométrico de las personas migrantes y darles atención médica y alimentación, una operación única en el continente que ha consumido unos 70 millones de dólares en los últimos años, según el Gobierno.
El “flujo controlado” ha impedido que personas migrantes mueran asfixiadas en furgones o sean víctimas de explotación sexual o de trata en Panamá como sí ocurre en otros países, aseguró el ministro panameño.
Sin embargo, el lado costarricense de la frontera ha sido escenario de algunas protestas debido a que muchas personas migrantes se quedan varadas porque no tienen fondos para comprar el pasaje de bus que las llevará a los límites de Nicaragua. Ante esto, los grupos migrantes recurren a las ventas ambulantes para recaudar el dinero.
El 21 de septiembre, 17 personas migrantes fueron detenidas por los disturbios que provocaron cuando la Policía realizó un operativo en Paso Canoas para erradicar sus ventas ambulantes, de acuerdo con la versión oficial.
DW