Javier García: Tocorón, Miraflores a la vista.

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No cesan aún las noticias, análisis y comentarios sobre los sucesos que se desarrollaron en la cárcel de Tocorón.

Las extravagancias de un centro de operaciones del crimen organizado, para controlar múltiples actividades delictivas.

Una realidad que  viene siendo expuesta desde hace años por el periodismo de investigación, criminólogos, y organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de los derechos humanos en los centros penitenciarios del país, que conocen de cerca el problema.

Pero este 20 de septiembre también fue un día de trascendencia para Venezuela, por otra causa.

Desde la ciudad de Nueva York, un grupo de venezolanos, expuso públicamente la situación de los presos políticos en Venezuela, mostrando en videos cómo son torturados a diario, utilizando técnicas de inteligencia artificial.

“Cierre de los centros de tortura y libertad para los presos políticos en Venezuela” fue la consigna que recorrió el mundo a través de las redes, prensa internacional y portales digitales.

Felicitaciones por esa gran iniciativa audaz y comprometida.

Ese mismo día, la Comisión Independiente de la ONU sobre el caso de Venezuela, dio una rueda de prensa, explicando los resultados de su investigación, para el cuarto informe en el cual, alertaron que se “intensifica el ataque selectivo contra la sociedad civil en Venezuela, que persisten las violaciones a los Derechos Humanos, y los ataques contra el espacio público en el país, a través de políticas de Estado, orientadas a silenciar a quienes disienten del gobierno”. Explicaron que esta Investigación se centró en el estudio del aparato estatal y sus mecanismos de represión en territorio venezolano. Informe que será presentado ante el Consejo de DDHH (Derechos Humanos) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) la próxima semana.

Los Crímenes de Lesa Humanidad que se cometen contra el pueblo venezolano, de los cuales el principal responsable es Nicolás Alejandro Maduro Moros, y una lista exclusiva de sus más importantes colaboradores y las situaciones de Tocorón tienen una relación en la ecuación del sufrimiento de la sociedad venezolana.

Las cárceles del país forman parte del organigrama; de la estructuración del poder y su base de sustentación y retroalimentación en Venezuela.

Aún no sabemos el alcance de los detalles que esconde el entramado de Tocorón.

En evidencia están como muestra de la alianza criminal que controla los hilos del Estado.

Los Crímenes de Lesa Humanidad que se han cometido y se cometen contra el pueblo venezolano, están generando consecuencias en la estabilidad del régimen, en las responsabilidades compartidas por los funcionarios del primer nivel de mando y beneficiarios de la opresión.

No sabemos hasta dónde llegarán los niveles de complicidad en aquellos escalones donde revienta la cuerda.

Lo cierto es que ante este escenario complejo y delicado, los venezolanos estamos obligados a ser cada vez más exigentes con el liderazgo, y con nuestro esfuerzo, para poder superar todos los obstáculos.

Hoy la gran mayoría de los venezolanos sabemos que el verdadero centro de operaciones de la destrucción que padecemos, está en Miraflores.

 

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