Papel Literario del 1 de octubre de 2023, por Nelson Rivera

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Amigos lectores:

I. Se cumplen 50 años de la aparición de El mago de la cara de vidrio, la novela con la que Eduardo Liendo debutó y se estableció en el país literario.  Alessandra Hernández me propuso un dossier y logró la participación de magníficos autores y conocedores de la obra.

Escribe Oscar Marcano -novelista, cuentista y, junto a Ángel Alayón, director del portal Prodavinci-, en la página 1: “Desde El mago de la cara de vidrio, opúsculo inaugural en el cual –como afirman muchos analistas de su obra– se anticipa toda su obra posterior, Eduardo ha publicado otros doce libros, trabajos que tienen como característica común ese nivel de eficacia que las audiencias demandan cada vez con más expectativa subconsciente, tanto en la ficción como en la no ficción. Sus historias estremecen. Y en ellas se disfruta de todo el espectro metabólico de la narrativa”.

Marcelino Bisbal revisa Ia proyección de El mago, desde su perspectiva de estudioso de las comunicaciones. En Eduardo Liendo, literatura y Mr. TV dice: “La televisión se convierte en intrusa al acaparar la atención de la familia del maestro Ceferino. Se rompe la quietud del hogar, se acaba la privacidad hogareña y se trastoca todas las noches el ámbito doméstico. Así, el hogar de Ceferino Rodríguez Quiñones queda marcado por la telepresencia de las telenovelas, de las recetas de cocina, de los programas deportivos, de los anuncios publicitarios, de las series americanas, de los programas musicales y de los shows, de las carreras de caballos y de las noticias. En perspectiva sociológica pudiéramos decir que la televisión irrumpe creando una nueva sociedad”. Página 

A continuación, Eritza Liendo, estudiosa de la obra de Liendo, ofrece Contar según Eduardo: “Los lectores de Eduardo Liendo se cuentan por legiones, y la razón es muy simple: su congruencia. Lejos de los rigores de las modas, lejos de los motivos sobrevenidos, Liendo solo escribe sobre aquello que le apasiona; sobre aquello que lo mueve: la cultura, la política, la ciudad, la multidimensionalidad del ser. Desde siempre, para Liendo quedó establecido como un principio irrevocable que el ser humano no es ni monolítico ni lineal ni uniforme ni plano”. En la misma página 3, el espacio disponible nos permitió incluir 6 microrrelatos del autor, que fueron publicados en agosto de 2017, como parte de la serie creada y ejecutada por Violeta Rojo -Minificción de los jueves-. Con estos de Liendo, la serie cerró con broche de oro.

En la página 4 Lenin Pérez propone una lectura, si se quiere, inusitada: El mago de la cara de vidrio como relato de anticipación: “Si ahora mismo Liendo repitiera su experiencia de escritor longseller, un texto suyo, incluso este que hoy nos ocupa, quizás también arrojaría pistas sobre el destino que la inteligencia artificial –por ejemplo– nos depara como grupo humano. Liendo se pasea en clave de peripecias por escenarios que hoy conforman el arsenal de emociones que la cultura pop recoge y –de cuando en cuando– pone frente a nosotros para recordarnos de dónde venimos y cuán cerca estamos de repetir nuestros pasos”.

Además del texto de Alessandra Hernández D.De niño juguetón a prestidigitador de las palabras (“La primera infancia de Eduardo transcurrió en la esquina caraqueña de Peligro hasta que la familia se instaló en El Silencio, urbanización del Casco Central de la capital venezolana. El otrora moderno complejo urbanístico diseñado por el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, fue más que un lugar de residencia para aquel infante. Cuando, muy cerquita, encontró un edén que convertiría en comarca de juegos: el parque El Calvario, donde la libertad era su estandarte”), reproducimos un reportaje de Graciela Yáñez Vicentini, aparecido en agosto de 2017, dedicado a Liendo como director de un taller literario en la UCAB. El mismo incluye testimonios de Krina Ber (“Para mí fue una experiencia mágica. Al final de cada sesión, Eduardo pedía que le pasaran un libro, cualquier libro; lo abría y leía una línea al azar: esa frase debería servirnos como “disparador” para el texto de la semana siguiente. ¡Y servía!”)  y Yolanda Pantin (“En sus años iniciales, el taller de narrativa de la Católica que dictaba Eduardo Liendo decidió sacar una publicación, que fue bimestral y que tuvo dos números: enero-febrero y mayo-junio de 1979. La revista se llamaba Rastros y estaba hecha por los talleristas de Liendo, coordinada por él, ilustrada por Pantin y diseñada por Manuel Aponte. Incluyó textos de los miembros que asistían en esos años a las sesiones: Carol Prunhuber, Julio Baena Martínez, Obdulia Castro, María Celeste Olalquiaga, Iraima Mogollón, Elena Iglesias, Miguel Márquez, la propia Yolanda”). Páginas 5 y 6.

II. En mayo, la Universidad Metropolitana concedió a Elisa Lerner, el Doctorado Honoris Causa. Correspondió al historiador, académico y profesor de esa casa, Rafael Arráiz Lucca, leer el panegírico correspondiente. El texto recorre los hitos biográficos y literarios de la autora: “Muy pronto los Lerner se trasladan de Valencia a Caracas y se establecen primero en la parroquia San Juan y, tiempo después, como es natural, en San Bernardino. Allí transcurrirá la adolescencia de Elisa, y luego la hallamos graduada de abogado en la Universidad Central de Venezuela, en 1959. Durante sus estudios, es la única mujer integrante del grupo literario Sardio, del que formaban parte Adriano González León, Salvador Garmendia, Rodolfo Izaguirre, Luis García Morales, Francisco Pérez Perdomo y Guillermo Sucre. De estos años son sus primeros artículos, tanto en la prensa como en la revista del grupo del que formaba parte”. Página 7.

III. Ante el jurado (Editorial Pre-Textos) se titula el más reciente libro de Miguel GomesAntonio García Losada hace una minuciosa lectura de las 8 narraciones que lo componen: “El interés por recapacitar acerca de la muerte en Ante el jurado surge a raíz del episodio nefasto que aconteció en el colegio de primaria Sandy Hook en Newtown, Connecticut. Y a su vez, observamos en la portada, y al interior del libro, una ilustración del pintor holandés David Bailly, que nos ratifica el azar, o vulnerabilidad de la vida, con la cual Gomes establece una reciprocidad representativa entre el lenguaje literario y el arte pictórico”. Viene en la página 8.

IV. Tibisay Guerra Morantes me puso en contacto con Liwin Acosta, poeta y estudioso de la literatura formado en la Universidad de Los Andes. La página 9 trae un ensayo sobre Historias de la marcha a pie, de Victoria De Stefano: “En Historias de la marcha a pie (1997) acudimos a un homenaje que De Stefano hace a sus orígenes, a sus padres. Esta obra, que se investiga a sí misma, se sostiene sobre experiencias únicamente reales y en ella la escritura parece no dejar nada por fuera. Lo sensorial nos hace partícipes de su inmediatez, olores, sabores, formas de ver la luz y sentir el clima en Europa, en África, en Latinoamérica”.

V. Tres entrevistas. El porvenir: Diarios 2015-2020 (Editorial Libros del Fuego, Caracas, 2023), es el asunto central de la entrevista que Julio Túpac Cabello le hace a Ricardo Ramírez Requena, poeta, ensayista y director de La Poeteca. Dice, en la página 10: “siempre me siento bienvenido en el mundo del arte y la literatura, pero vengo de ‘afuera’. Una sensación de que no soy del medio, no tengo padres ni familiares artistas o bohemios o académicos. Llegué por las lecturas en casa e insistir, insistir, insistir. Abrirme paso. Podemos aspirar a todas las tradiciones, decía Borges. La clave está en leer, leer, leer.  Leer a Cadenas, enseña mucho. Enseña, en especial, a mirar y habitar el mundo”.

A continuación, Diajanida Hernández Violeta Rojo conversan con Rubi Guerra, poeta, narrador y compilador, autor de una muy reciente novela -su tercera-, Cálidas ruinas (Monroy Editor): “Mientras escribía la novela, varias veces recordé aquella famosa frase de Marx (que no leí en Marx, sino en algún poeta que lo citaba), “todo lo sólido se desvanece en el aire”. Me parece una frase perfecta para definir la inestabilidad, la fragilidad y la incertidumbre que caracteriza nuestras vidas y las de los personajes que inventamos, entre ellos Medina. Y en medio de esas ruinas la ficción, el acto imaginario, es muchas veces lo único cierto. Al menos a mí me proporciona un horizonte, unas coordenadas, que reconozco ilusorias en la mayoría de las ocasiones, pero no por eso menos consoladoras. Y a veces se obtienen respuestas. La idea de que la ficción sea un laboratorio para ensayar nuestras vidas me parece magnífica y acertada. Ojalá se me hubiera ocurrido a mí”.

Una más: la breve entrevista que Annie Van der Dyst le hace al narrador Leopoldo Brandt Graterol, autor de Reinventando tu Noé interior (Jurado Editores, 2023), colección de relatos: “Después de que terminé la novela Cinco puntas quedé un poco extenuado. Sin embargo, tenía varias ideas que me rondaban la mente sobre temas, algunos divertidos, otros serios, y sobre estas ideas fue surgiendo este libro. Lo que más me atraía de hacer el libro era la posibilidad de redactarlo de una forma, vamos a decir, irreal. Y por otro lado, también quería tocar temas un poco irreverentes”.

VI. La página 12 sale del campo de la narrativa: Violeta Ibarra Bruzual nos entrega el artículo La divulgación cultural en las redes sociales, ¿acierto o banalización?, su ponencia en el Primer Congreso Internacional de Humanidades en Tiempo Presente, organizado por la UCAB, en mayo. Ibarra es Licenciada en Letras y cursa en la UCV, el máster de Estudios del Discurso. “Las redes sociales gozan de gran credibilidad, sobre todo en el público joven. Por eso, es tan importante analizar cómo ellas se han convertido en una herramienta útil para la divulgación. De ahí que me pregunte ¿cuáles son las características que debe tener una cuenta de divulgación cultural? ¿Realmente llegan a un mayor público?”.

 

Todo lo mejor, amigos lectores.

 

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