José Luis Alcocer: Venezuela requiere un gobierno que garantice las inversiones y respete la propiedad privada

Compartir

 

La situación económica del país ha tenido un impacto significativo en el empleo y la calidad de vida de los trabajadores. La inflación, la devaluación de la moneda y la falta de inversión extranjera han llevado a una escasez de empleos formales y a un aumento en la informalidad.

La tasa de desempleo en Venezuela sigue siendo alta. Muchos trabajadores están subempleados o tienen trabajos informales que no ofrecen seguridad laboral ni beneficios. Además, la falta de oportunidades de empleo ha llevado a una fuga de cerebros, con muchos profesionales altamente calificados emigrando a otros países en busca de mejores oportunidades.

El mercado laboral en Venezuela ha estado deprimido, por lo menos en la última década. La economía del país ha estado en una recesión prolongada, lo que ha llevado a una disminución en la oferta de empleo y un aumento en el desempleo. En Guayana, el desempleo ha sido avasallante, al punto que la tasa de desempleo en Venezuela se encuentra en torno al 30%, pese a los informes sesgados del Instituto Nacional de Estadística, en los cuales utilizan parámetros donde convierten a los “tigritos” en empleo formal. Sin embargo, el 50% de la Población económicamente activa está entre el desempleo y la informalidad. Pues bien, en Guayana la tasa de desempleo regional supera a la nacional.

Las causas de este fenómeno son harto conocidas: por una parte, la disminución de la inversión nacional e internacional, como consecuencia de las expropiaciones; también la falta de seguridad jurídica que le garantice el estado de derecho a los inversionistas.  Lo que más ha afectado el mercado laboral en Venezuela es la política económica del gobierno, de acoso y prácticamente de cierre de comercios ocasionando una disminución en la oferta de empleo.

En el estado Bolívar según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, (ENCOVI) la población en pobreza extrema, cuyos ingresos no alcanzan a cubrir la canasta alimentaria es del 61,1 % y los hogares que apenas pueden cubrir la canasta alimentaria es del 20,4%.

Por otra parte, entre el desempleo y el empleo informal es de 51%. Es decir, la gente subsiste en el día a día.

Para mucha gente la región de las minas ha sido una tabla de salvación, pero otras han encontrado el fin de sus vidas por enfermedad o a manos del crimen.

El cambio del actual modelo a un modelo económico, político y social que garantice las inversiones, establezca un estado de derecho con reglas claras y respete la propiedad privada es urgente e inevitable.

Economista – Subsecretario General Nacional de Democracia Renovadora

 

Traducción »