El objetivo de las instituciones políticas es el logro de la mayor dosis de felicidad posible para los ciudadanos. En la tranquila mediocridad de las pequeñas almas no cabe la apertura hacia nuevas formas de organización social y de formas políticas. En el campo de la evolución sociopolítica son como pequeñas tribus detenidas en el tiempo. Para estas tribus que impiden el acceso al futuro, la máxima felicidad posible es el mantenimiento de estructuras obsoletas y de pensamiento decaído.
En el contexto de las negociaciones por el futuro entra de pleno la sociedad, porque la sustitución de una sociedad informada por una sociedad comunicada implica necesariamente –sin obviar los peligros totalitarios- la persecución de objetivos democráticos, de desarrollo sostenible, de poder decisorio y de igualdad de derechos. Para lograrlo, las sociedades irán construyendo lo que se ha denominado “un entorno habilitador”, uno para su ascenso.
Por ello, el conocimiento se alza como el factor determinante de movilización de los procesos. Esto es, la construcción del conocimiento se inserta en la concepción misma del desarrollo, lo que conlleva a la redefinición de visión, paradigmas, capacidades técnicas, metodológicas y financieras. Para ello se debe recurrir a la lógica y al pensamiento lateral, a la concepción espacial y a un incremento de la inteligencia intrapersonal relacional.
Algunos autores han hablado de “consumo de saber” como característica de la nueva organización social. Los países ricos generan conocimiento y esa es su mayor distancia con los pobres, una mucho más grande que la existente en los niveles de ingreso. El tema no es fácil, pues implica desde problemas de transferencia y ruptura de monopolios sobre la propiedad intelectual hasta el cuestionamiento de la ciencia fundada en la razón, pasando por los llamados saberes locales como fundamentación del conocimiento emergente.
Es evidente que el nuevo paradigma es la reflexividad como opuesto al viejo paradigma de la objetividad, a la complejidad como sustituta de la simplificación, de los simples diagnósticos a toda posibilidad de creación en todos los sentidos posibles. Para ello es necesario hacer sensible la conciencia a lo latente y profundo.
@tlopezmelendez