Amigos lectores:
I. María Teresa Boulton y Olga Santeliz Cordero han compilado un libro gratificante, sorprendente y necesario: Arístides Rojas, un multifacético artesano de la Historia (Abediciones -UCAB-, Fundación John Boulton, Vollmer Foundation INC y H.L. Boulton & Co., Caracas, 2023). Está conformado por una sucesión de entrevistas -a Erik Del Bufalo, Natalia Díaz Peña, María Soledad Hernández Bencid, María Magdalena Ziegler, Diego Rojas Ajmad, Maximiliano Bandrés Díaz, Inés Quintero y Olga Santeliz Cordero– quienes cuentan de las diversas facetas de ese inclasificable que fue Rojas (1826-1894): divulgador nato, médico, historiador, coleccionista, recopilador, prosista amable y tanto más, entre ellas, alma del popular Almanaque Rojas Hermanos.
En las cinco primeras páginas vienen un texto del propio Rojas, La casa de Humboldt en Caracas; un fragmento del ensayo de Gregory Zambrano, prólogo de volumen que la Biblioteca Ayacucho dedicó a Rojas; y las entrevistas a Diego Ajmad Rojas (sobre el almanaque) y a María Magdalena Ziegler (sobre el coleccionismo de Rojas). Insisto: libro fluido y estimulante.
II. Las páginas 6 y 7 reproducen la entrevista que Claudia Cavallin hizo a Carmen Ruiz Barrionuevo, catedrática española especializada en literatura hispanoamericana, quien ha dedicado numerosos esfuerzos al estudio y divulgación de la obra de autores venezolanos. Repito, cada vez que la ocasión lo permite, que tenemos un deber de gratitud con ella. En la entrevista dijo: “La literatura venezolana se hace ahora, además, desde España, desde Europa, desde EEUU y desde otros países latinoamericanos, con lo que es una escritura que tiene que estar marcada por otras circunstancias, ha perdido ese aislamiento que la singularizaba, –dada la superioridad de su entorno que parecía autosuficiente en la imbricación de editoriales y lectores–, para adquirir diversos condicionantes como la inestabilidad de sus temáticas y de su producción en otros lugares y países. Eso marca a cualquier literatura. Porque empieza a escribirse desde otras perspectivas”.
Sigue la entrevista que le hice al jurista Fernando Fernández, experto en la legislación nacional e internacional sobre Derechos Humanos. Las preguntas van dirigidas al pedagogo quien, con paciencia apreciable, despliega un amplio panorama comprensivo sobre esta palpitante cuestión. El conjunto funciona como una introducción al tema. Páginas 8 y 9.
III. Mónica Pupo entrevistó a Paolo Gasparini (1934), fotógrafo, Premio Nacional de Fotografía de Venezuela (1994), uno de los grandes protagonistas del fotolibro en América Latina. Dice: “El fotolibro, ante todo, es un libro con sentido, donde las imágenes, con o sin texto, dan la forma sustancial al discurso. Los libros, siempre, desde los Manuscritos del Mar Muerto hasta las imágenes construidas hoy en día con la Inteligencia Artificial, recogen todas las ideas y vivencias de nuestro destino. Los fotolibros son una pequeñísima parte de ese universo, que siempre reflejan la manera de ver y pensar del autor.
¿A partir de qué? Esta palabrita me gusta; de su salpicón cultural. Todo el mundo tiene un salpicón mezclado, producto de nuestra cultura, que es la capacidad de comprender el mundo en el que vivimos. Ni más ni menos. Porque la cultura también es reflexión y pensamiento”. Páginas 10 y 11.
Cierra la edición un breve ensayo de Manuel Vásquez Ortega sobre el artista Ismael Rodríguez Fernández, autor de la exposición individual en Londres, The Breathing Island: “propone en su exposición individual The Breathing Island un muestrario de formas de vida pensantes, sintientes y relevantes con las cuales comparte memorias que le acompañan desde sus tempranas vivencias en la ciudad de Mérida, Venezuela, y que se hibridan con las circunstancias actuales de su nuevo sitio habitado, en Oxford, Inglaterra”.
IV. De decir gracias: de esto trata la última parte de esta presentación. A la profesora Rosa María Tovar, Presidenta de la Feria Internacional del Libro de la Universidad de Carabobo -FILUC-, y al escritor Antonio López Ortega, asesor de la misma: juntos han ideado, como parte del programa de la XX Edición, que se inicia el próximo miércoles 11 de octubre, una serie de actividades -cuatro, en concreto- para conversar sobre los 80 años del Papel Literario.
Huelga decirlo: la programación general es variada y numerosa. El arco de asuntos que comprende, imposible de resumir: presentación de libros, homenajes a escritores o a iniciativas editoriales (como la de Banesco, entidad empresarial que hace posible la circulación de este PDF), conferencias, conversatorios, foros, recitales de poesía, cine-foros, talleres, encuentros sobre temas tan diversos como Historia, Inteligencia Artificial, Agro-producción, Pobreza, Lingüística, Gestión del Conocimiento, Ortodoncia, Psicoanálisis, Origami y pare de contar: una aspiración de lo cultural amplísima, abierta por los cuatro costados, esperanzadora, metáfora o escenificación de una sociedad donde lo distinto convive con lo distinto, donde muchas voces, cada una con sus específicos intereses, encuentra auditorio, público y conversación. Ciudadanías de esto y aquello, gente que hace y que tiene cosas que decir. Optimismo: ese optimismo intrínseco que subyace en todo aquel que hace guiado por la buena fe.
Decir gracias a Rodolfo Izaguirre, Alfredo Chacón, Rafael Castillo Zapata, Sergio Dahbar, Vasco Szinetar, Diómedes Cordero, María Beatriz Medina (que dirigió el Papel Literario a comienzos de los años 90’s), Edda Armas, Graciela Yáñez Vicentini, Néstor Mendoza, Carlos Sandoval y Antonio López Ortega, quienes participarán en distintas mesas temáticas alrededor de los 80 años del Papel Literario. Repito: Gracias a todos.
Así, junto al PDF, me permito adjuntar también la programación de la FILUC 2023 que, según entiendo, es la versión final.
Mi gratitud a quien ha seguido esta presentación hasta aquí.
Lo mejor para todos. Nelson Rivera.