Los primeros en hacerse la pregunta, a pesar de que los medios globales censurados no lo reflejan, han sido la prensa y la sociedad israelita: ¿Cómo pudo suceder algo así en la franja fronteriza, tal vez, más sofisticadamente vigilada del planeta?
Una ex oficial de inteligencia israelita, que trabajo en esa franja fronteriza, daba a conocer a las pocas horas de la atroz y criminal incursión de Hamas en Israel, que ellos cumplen turnos de 4 horas, durante las cuales no pueden despegar los ojos de la computadora y que una vez, mientras reposaba después de sus labores, las alarmas la despertaron porque una cucaracha había tocado un punto de la valla que separa Israel de La Franja de Gaza.
¿Por qué y para qué está pasando esto?
El gobierno egipcio ha filtrado por otra parte, que diez días antes le había comunicado al Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que el grupo Hamas estaba preparando un atentado grande en contra del Estado judío. El gobierno de Israel no hizo nada al respecto.
Se esgrime la excusa que las guardias se habían relajado porque se estaba al final del Fiesta de Sukot, la Fiesta de Los Tabernáculos, del calendario bíblico; pretexto falso, porque aún desde tiempos bíblicos, las actividades militares y de vigilancia están exentas de observar el reposo del Shabat y deben seguir en su rutina e intensidad habituales. La vida de la nación les va en ello.
Israel venía atravesando durante los últimos meses un estado de conmoción social y política, en un ambiente que preveía el desenlace en una guerra civil y por tanto la desintegración del Estado hebreo, debido a la amenaza cierta que se cernía sobre Netanyahu, de ser procesado y encarcelado por causa de las múltiples acusaciones de corrupción que se ciernen sobre él.
Haciendo un análisis de lo sucedido hasta ahora, es muy difícil por no decir imposible, pensar que la inteligencia israelí no sabía de los planes de Hamas, planes de los que repito, el gobierno egipcio alertó a Israel con diez días de antelación a los hechos. Pero no solo eso, y es que una operación como la de Hamas, que en los primeros momentos se prodigó lanzando más de 5 mil misiles sobre Israel, no se prepara de la noche a la mañana.
¿Cómo llegó ese volumen de armamento a la Franja de Gaza, sin que NINGUNO de los servicios de inteligencia de las grandes potencias de occidente lo notará? Todos los satélites, drones, radares, agentes de campo, infiltrados, soplones, dispositivos de escucha, etc., fueron insuficientes para detectar el traspaso de grandes volúmenes de armas a manos de Hamas, que estaban destinadas inicialmente, como apoyo occidental a la guerra ¡En Ucrania!
Israel ha movilizado más de 300 mil efectivos para aplastar como cucarachas, literalmente, a los habitantes de la Franja de Gaza y borrar de la faz de la tierra a Hamas. Tal vez eso le lleve de una a dos semanas, pero el bueno de Bibi Netanyahu, nos ofrece una muy larga y dolorosa guerra. ¿Contra quién? Él piensa que contra Irán, pero por los vientos huracanados que comienzan a soplar, estaríamos en el preámbulo del estallido de un verdadero polvorín en el Medio Oriente, con efectos globales.
Irán, cuyo gobierno ha negado su participación en los atentados de Hamas, ha dicho que si EE.UU., que ya ha movilizado sus flotas de portaviones al Mediterráneo, interviene en el conflicto, ellos también lo harán, y no hay que ser muy avezado para saber que una de las primeras acciones que tomará, será el cierre del Estrecho de Ormuz, por donde se transporta el 33% del petróleo del mundo y el 20% del que consume Europa.
Cuando Irán cierre el Estrecho de Ormuz ¿qué reacción tendrá Arabia Saudita, la gran potencia petrolera, adversario acérrimo de Irán en el mundo musulmán, a quienes la diplomacia china había sentado en una mesa de conversaciones muy fructíferas recientemente? ¿Podría haber una guerra entre Irán y Arabia Saudita, por el paso a través del Estrecho de Ormuz? Eso hay que tenerlo en los cálculos, si acaso hay alguien calculando.
Pero volvamos a las preguntas que atosigan a todos. ¿Por qué, para qué, quién gana?
Decir que todo esté mega follón lo ha dejado montar Benjamín Netanyahu, para no ir preso, es una gran superficialidad. Desde luego que ya no va preso y que es uno de los claros ganadores,…por ahora. Tal vez de ahí la sonrisita que se le escapaba al anunciar el mismo sábado, que Israel estaba en guerra.
Por muy Primer Ministro que sea, Benjamín Netanyahu es un simple peón dentro de todo el juego geopolítico que contemplamos. Igual Hamas. A ambos les mece la cuna la misma mano macabra. Netanyahu es un ladronzuelo, muy hábil, y Hamas una banda de hienas criminales desaforadas.
El planeta, a raíz de la guerra de Ucrania y del fracaso de todas las medidas occidentales en contra de Rusia, se ha partido en dos bloques políticos y económicos claros. Por un lado las decadentes y en vías de subdesarrollo, “democracias” occidentales, regidas por el dólar y cuyo centro de comando es LONDRES, no Nueva York ni Washington; y por el otro el incipiente grupo de los BRICS, cuyo PIB superó ya al del Grupo de los 7, amén de la descomunal diferencia poblacional entre ambos, grupo que busca implantar alternativas de intercambio comercial al margen del dólar.
La consolidación y desarrollo de los BRIC es sin duda una de las amenazas reales a la hegemonía del dólar como moneda de reserva e intercambio universal y por tanto a la hegemonía económica de los EE.UU.
La otra amenaza al sistema capitalista actual, es la descomunal deuda de cerca de 4 trillones de dólares (un 4 seguido por dieciséis ceros), que acumula el planeta. Deuda impagable, fraudulenta, sin respaldo en la economía real, inflada por el tráfico de drogas, de seres humanos, de armas y de corruptelas de todo tipo.
La única manera que tienen los sicópatas que dirigen el mundo, no Netanyahu, ya estamos claros que ese es un pedazo de pendejo y el Hamas pertenece a una categoría de animales inclasificables; digo, el Poder Real, es el reseteo del sistema global, la demolición controlada del sistema, de manera de destruir todo, reducir drásticamente la población mediante el uso de bombas nucleares focalizadas y controladas, y reiniciar después de la destrucción, otro ciclo de construcción y de endeudamiento global que les aguante otros quinientos años, cuando la burbuja explote de nuevo y haya que resetear de nuevo la sociedad.
Por eso y por esto y para esto, se hicieron los locos, dejaron pasar a Hamas; Hamas no se esperaba poder hacer lo que hizo y que de seguro deseaba, y por eso son los primeros sorprendidos; Netanyahu tal vez no se esperaba que Hamas hiciera lo que hizo y por eso les dejaron en bandeja de plata a los muchachos que gozaban de una fiesta rave en el desierto del Neguev, ¡En plena Fiesta de Sukot!
El resultado es que el planeta está al borde de una conflagración nuclear, como jamás lo ha estado, y los “timoneles” en este trance son Benjamín Netanyahu, Joe Biden y la banda del Hamas. Mientras tanto, los amos de la gente que conforman el Foro Económico Mundial, los verdaderos jefes, se frotan las manos y se relamen ante la sangría que se avecina.
A esta “gente” hay que detenerla y evitar que exterminen a más de la mitad de la población mundial.