A pesar de la poca venta en muchos comercios de ropa en la ciudad de San Cristóbal, los comerciantes en el sector textil aún se mantienen a flote, debido a que han implementado el sistema de apartado, ya que en lo que va de año las ventas han disminuido en comparación con años anteriores.
Para el propietario Martín Zambrano, las personas se sienten cohibidas, la venta de ropa este año ha estado lenta, muy cohibida, ya que la gente está usando su salario en otras prioridades.
No obstante, muchos locales comerciales cuentan con sistemas de apartado hasta por dos meses de plazo para que en cómodas cuotas puedan cancelar la prenda de ropa o utilizando métodos como descuentos. Como la gente baila al ritmo de la situación país, nosotros también nos adaptamos a ellos, señaló Zambrano.
Para Liyimar Rivera, vendedora en una tienda en el centro de la ciudad de San Cristóbal, la situación país ha enfriado mucho la demanda respecto al año pasado. Es un golpe para el sector, en comparación con los años anteriores, ya que la venta ha bajado en los últimos dos años.
Rivera con una mirada de preocupación y tristeza señala que las ventas no son como uno quisiera que fueran, hay más días malos que buenos.
La vendedora, Wendy Valencia, expresa que la economía del país tiene un impacto negativo en la venta de ropa. Al día se puede vender 1 o 2 prendas, pero hay otros días que no se vende nada, e incluso pasa la semana sin que se venda algo.
Menciona que debido al freno que actualmente tiene el comercio textil es difícil el mantener un local, ya que igual se debe pagar alquiler, empleados, lo que hace la situación aún más grave.
Además por la devaluación del bolívar, el precio de las prendas está fijado en pesos colombianos o dólares para no afectar al comercio; e incluso tampoco se ha hecho un aumento en el costo de las prendas, para que las ventas no estén por el piso, expresó Valencia.
Aclara que pese a la caída en las ventas en el comercio formal la venta de ropa en modalidades como catálogos, pedidos u otros ha ganado terreno en el mercado textil, afirma Valencia.
Marta Guillén señala que aunque en las tiendas tengan una variedad en precios, el poder adquisitivo de los habitantes no es alto. Si la economía del país fuera próspera con buenos salarios, se haría como hace muchos años, la gente compraba hasta tres prendas cada quince días, pero las ventas están muy flojas.
Manifiesta que a pesar de la situación, los comercios se preparan para la época con mayores ventas del año, como lo es noviembre y diciembre, pues aún no pierde las esperanzas. Esto tiene que cambiar y espero un milagro para la temporada que se acerca.
Debido a que en los últimos mees el sector textil tuvo una crisis por el poco flujo de venta, comerciantes tienen altas expectativas en comparación con el resto del año.
Marlyn Pernía – La Prensa Táchira
