La falta de inversión y la falta de mantenimiento son los principales problemas del sector eléctrico en Carabobo

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Uno de los transformadores de El Algarrobal que explotó el 29 de agosto de 2023. 

¿Escasez de transformadores en Carabobo o falta de inversión y mantenimiento en la red de distribución?

La falta de inversión en la cadena de valor de la energía eléctrica es lo que genera el colapso, ya que se prioriza la financiación a las grandes plantas las cuales, sin embargo, funcionan a medias, explicó el ingeniero José Aguilar.

Bersy Ramírez tiene un mes sin luz. El 29 de agosto una centella cayó en uno de los transformadores de la comunidad El Algarrobal en el municipio Libertador. Desde entonces la mujer de 62 años, que sobrevivía con la venta de helados caseros, se quedó sin su principal fuente de ingresos.

Iluminada por la luz del mediodía, al frente de su nevera vacía, Bersy contó que vive una pesadilla. Desde que no tiene servicio eléctrico no puede comprar comida o trabajar con normalidad. La de ella no es la única, son 34 las casas afectadas en la zona.

A la docente no le alcanzan los 130 bolívares que recibe de la pensión mensualmente para pagar dos dólares de transporte en mototaxi -la mitad de su ingreso mensual- e ir a diario a los mercados a adquirir productos en pequeñas cantidades.

Tras un mes sin vender, admite que se encuentra afectada emocionalmente. En las noches no concilia el sueño y solo puede tomar agua caliente. “Es demasiado horrible, quisiera una ayuda, que vengan y pongan ese transformador porque pasamos demasiado trabajo”.

Cuando Bersy Ramirez tenía luz veía en el programa “Con Maduro +” que ayudaban comunidades en todo el país. Luego de un mes sin electricidad por falta de un transformador concluyó que es mentira lo que se muestra en la televisión nacional

Según vecinos, después de una visita el 30 de agosto, la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) les notificó que el transformador se dañó, que debían solicitarlo en Caracas y esperar el traslado Valencia-Tocuyito-El Algarrobal.

Bersy explicó que un miembro de una comisión de la alcaldía les dijo que tienen que aguardar porque hay muchos sitios que tienen el mismo problema, derivado de la explosión de transformadores. “Teníamos que esperar 20 días, pero nunca más volvió, no nos dieron más respuesta”.

La escuela de la comunidad no tiene electricidad, lo cual afectó el inicio de clases. El dispensario, que no tiene personal médico, tampoco tiene luz.

María Luisa Ochoa también es miembro de la comunidad. Ella está muy pendiente de la «llegada de transformadores», pues se despierta a las 4:00 a.m. para asearse y salir a trabajar en medio de la oscuridad.

Aura Robles también mostró su nevera vacía. Al igual que a Bersy le cuesta dormir en las noches y debe consumir pequeñas cantidades de comida. «No se puede tener paciencia, hemos tenido mucha ya».

¿La demanda aumenta?

El Algarrobal no es la única comunidad a oscuras. Esta es una realidad que se repite en todos los rincones del estado y que tiene su origen en distintas razones.

Mario Aguilar* es un técnico en electricidad de potencias que trabajó en Corpoelec por casi tres décadas. Explicó que hay cuatro causas por la que los transformadores se pueden quemar: Sobrecarga, descarga atmosférica, pararrayos dañados y cortocircuitos.

A su juicio Corpoelec no puede suplir la demanda actual, que es muy alta por la falta de mantenimiento de los equipos y la escasez de personal calificado. «Hoy día tenemos un personal que desconoce qué es la electricidad de distribución y de generación».

Isnaldo Jiménez, coordinador de la Comisión de Energía del Centro de Ingenieros del estado Carabobo, dijo que hace años las oficinas regionales de Corpoelec tenían transformadores almacenados.

En la actualidad si un equipo se daña solo en Caracas se puede hallar el reemplazo. «Si hay escasez es porque lo tienen centralizado. Trabajan así para coordinar los pocos recursos que tienen. Tratar de llevar el control es exigente pero no resuelve el problema del servicio, lo que hace es empeorarlo por la tardanza con la que reponen el equipo».

El ingeniero electricista le adjudicó el retraso a los trámites burocráticos. «Si la gente no tiene recursos financieros para dar o comprar el transformador, están dos o tres meses sin servicio».

Razonó que la falta de mantenimiento preventivo se debe al poco personal y equipos disponibles, por lo que el control es casi inexistente. Confirmó que los transformadores reconstruidos por casas certificadas tienen un tiempo de vida útil extenso, pero sólo si se les da el mantenimiento que ameritan.

Otro problema, según el ingeniero, es el tiempo de instalación de las redes en el estado, que datan de hace 40 o 50 años, con transformadores que superan 15 años de fallas sucesivas, fluctuaciones de energía y cambios climáticos.

Algunas comunidades reportaron que luego de que un transformador se dañara se les dejaba con media fase hasta encontrar un reemplazo. Jiménez apuntó que esa práctica constituye un riesgo.

Falta de mantenimiento en la red de distribución

José Aguilar, ingeniero especialista en generación eléctrica, fue más allá. El expuso que el verdadero problema está en cómo la estatal eléctrica opera el sistema.

La falta de inversión en la cadena de valor de la energía eléctrica es lo que genera el colapso, ya que se prioriza la financiación a las grandes plantas, las cuales, sin embargo, funcionan a medias. “La operación del sistema es mala, no se logra controlar la frecuencia bien y tenemos una red que va de mal en peor”.

La cadena de valor incluye generación, transmisión-subtransmisión y distribución, explicó el especialista. Esta última está compuesta por los transformadores, el cableado de la red local, interruptores, medidores eléctricos, conexiones, entre otros.

A su juicio la raíz del problema es que las plantas de generación (donde se fabrica la electricidad) y la interfaz entre la transmisión-distribución están siendo mal operadas.

A la carencia de personal calificado, deficiencias en el mantenimiento de los equipos y el fin de su vida útil, Aguilar sumó una operación irresponsable que ocasiona el caos, el cual se agudiza en épocas de mayor demanda, como la que se atraviesa actualmente por el aumento de la temperatura.

Según explicó, en temporadas en las que la demanda disminuye, como enero, Corpoelec adjudica el descenso de fallas a ajustes, pero no es así, ya que el problema sigue allí pero se esconde.

Otras comunidades afectadas

El Morro II en San Diego es una zona donde la mayoría de los residentes son adultos mayores, que dependen de la pensión y sus hijos. Carlos Ñañez denunció que en la calle 138 hubo 20 casas con media tensión eléctrica desde el sábado 9 de septiembre hasta el 14 de octubre.

Su mamá fue una de las afectadas y le preocupaba su seguridad. Advirtió que la alcaldía y Corpoelec sabían de la situación y que la empresa les dio la opción de esperar o comprar un transformador nuevo entre los miembros de la comunidad.

Para Ñañez toda esa situación representa un riesgo, pues la fase de 110 voltios se está sobrecargando. «No hay respuestas de Corpoelec, le indicaron a los vecinos que hicieran la denuncia a través de la VEN APP. La otra solución es que compren el transformador, lo cual supondría una erogación de 200 dólares».

En el sector La Candelaria, en la avenida Andrés Bello entre Peña y Bérmudez Coussin, unas 10 casas no tuvieron  luz desde el 20 de septiembre por la falla de un transformador hasta el viernes 6 de octubre.  Eliana Villasana lamentó que Corpoelec solo les pidiera que tuvieran paciencia. Según la usuaria, los que hicieron el cambio fueron miembros de una cuadrilla del Plan Búho.

En un post de Instagram que publicó El Carabobeño el 20 de septiembre usuarios informaron distintas fallas de los transformadores en:

*Calle principal de La Cidra (Naguanagua)

*Calle 15 de la Fundación Mendoza (Valencia)

*Mangos I (Naguanagua)

*Urbanización Loma Linda, quinta etapa de la calle Mariño (Guacara)

*Sector Palo Negro, calle Bermúdez (San Joaquín)

*Urbanización Monteserinos, calle F (San Diego)

*Santa Cruz (Puerto Cabello)

*San Blas, calle Páez (Valencia)

*Lisandro Alvarado, zona industrial La Guacamaya (Valencia)

Otras fallas

El 5 de septiembre los vecinos de La Campiña, Naguanagua, cumplían 3 días sin electricidad. Mariela Angulo dijo que tras la explosión de unos tabacos, dos transformadores se dañaron mientras los manipulaba personal de Corpoelec.  «Nos hicieron el comentario de que no hay transformadores, que teníamos que recoger entre todos los vecinos para poder comprarlos. Tengo entendido que cada uno salía en  mil 600 dólares, la colaboración sería de unos 70 dólares por cada una de las más de 50 casas afectadas, lo que es totalmente imposible para la mayoría».

Las vecinas Olivia Nava y Moraima Perdomo confirmaron la versión de Mariela Angulo. «Hay que reunir una cantidad de dinero porque, aparentemente, ellos no cuentan con los transformadores», comentó Perdomo.

Al día siguiente, personal de la Alcaldía de Naguanagua acudió al sitio y sustituyó cuatro transformadores, según nota de prensa enviada a esta redacción.

Reinaldo Navas indicó que un transformador que está en la avenida 104 de esa urbanización quedó botando aceite, lo que constituye un riesgo para quienes circulan a diario por allí. Teme que se incendie, termine de explotar o vuelvan a pasar días enteros sin electricidad.

Otro caso de reparaciones que fallan está la urbanización Los Apamantes manzana D. German Reyes advirtió que un transformador tiene varios meses botando aceite. «Se ha pasado el reporte por la página VenApp, ha venido Corpoelec unas 3 veces, solo colocaron una cinta ya que el mismo está pegando corriente».

¿Cuánto se debe esperar?

Milagros Macupido, vocera de Contraloría Social del consejo comunal de El Trigal Centro sector I, recordó que hace aproximadamente 3 meses un transformador de 500 kva ubicado en la calle Pocaterra falló. Quince casas y cinco edificios quedaron parcialmente sin electricidad.

Los vecinos debieron esperar un mes por el transformador que Corpoelec buscó en Caracas, donde los reconstruyen. El equipo funcionó por tres días.

Macupido explicó que cuando dejó de funcionar, el gobernador Rafael Lacava autorizó la compra de un transformador de 500 kva nuevo, de aluminio, con 3 años de garantía. «Fue instalado inmediatamente, es más lo hicieron de madrugada, la comunidad no tuvo que aportar nada».

La vocera no atribuyó la rápida respuesta a la cercanía de la residencia oficial del gobernador, que está en esa urbanización, sino a las muchas solicitudes de ayuda hechas por los vecinos, mensajes enviados al mandatario regional y llamados de atención de distintos medios de comunicación regionales.

Vecinos de la comunidad El Portal Justino de Azcarate pasaron 21 días entre media fase y la falla total total del servicio. El 9 de septiembre unas 60 casas quedaron sin luz y unas 100 con media fase, hasta que el 30 del mismo mes Corpoelec con la ayuda de la alcaldía de Valencia acudió a la zona e instaló un transformador.

Mario Aguilar* nombre cambiado por seguridad.

Patricia Ochoa – El Carabobeño

 

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