Después de un año de ser suspendida la anterior de 2022, Venezuela y USA convienen nueva cita en 2023. Toda negociación tiene dos variables que la controlan: P persona y A ambiente. En este caso la nueva cita, A, es promovido por el Gobierno de Estados Unidos. Tan notorio, que las 7 agencias de noticias más importantes del mundo se atreven a afirmar como posible un acuerdo con Venezuela.
Agregan que permitirá, como anuncia Washington, un alivio limitado de sanciones, para avanzar hacia elecciones justas, con limpieza en el proceso electoral, agregando que todos los líderes de la oposición, de llegar a ganar, puedan ocupar cargos públicos.
Y según el vocero de la Casa Blanca: “si Venezuela toma medidas para restaurar la democracia que conduzca a elecciones libres y justas estaremos preparados para aliviar las sanciones”.
Esta evolución se produce como efecto del inicio y continuación de una serie de reuniones separadas entre enviados de Caracas y Washington en Catar.
Es necesario reconocer que en estas reuniones la oposición no ha participado.
Otro factor que se debe considerar en la coyuntura, como acelerador real e impulso, para la nueva negociación es la situación bélica en Europa y Medio Oriente. Más el efecto que en el mercado mundial tiene el Medio Oriente, por cuanto este proveedor petrolero depende de USA, cuyas reservas se han visto afectadas por los eventos de Ucrania y ahora entre Israel y Palestina. Evidente que en esta negociación la estrategia dominante entre actores debe ser “ganar-ganar”. Que a Estados Unidos le permita aliviar el ahogo político y evite presiones económicas causadas en la coyuntura, por la escasez de petróleo, -antes bajo su control- y de los efectos políticos, económicos y sociales, debido al alza del petróleo y la subida de precios de la gasolina.
Mientras, Venezuela, igual, recibirá ingresos que le son tan necesarios, tanto por liberación de alguna cuenta congelada en el exterior, más el arranque de la cuenta del fondo creada según convenio de 2022 por 300 mil millones de dólares, que debe ser administrado por la ONU, pero aún no está funcionando.
Consideremos otras variables con datos reales y efecto en la negociación de México, ejemplo: el viaje de Nicolás Maduro a China recibido por Xi Jinping y haber firmado 31 acuerdos. En el escenario con Estados Unidos la realidad de los acercamientos de China con Venezuela, más la ampliación de sus convenios comerciales no es algo que se puede dejar de lado.
