El Pasado jueves 12 de octubre, el Centro Internacional de Formación y Políticas Públicas, Arístides Calvani, (IFEDEC), celebró un Foro para abordar el tema de la reclamación venezolana sobre el territorio Esequibo.
Venezuela, por cierto, no pretende quitarle a nuestros vecinos de la República de Guyana ni un centímetro de su territorio. Venezuela lo que reclama es que se reconozca que el territorio Esequibo es venezolano y que fuimos despojados de él por una de esas acciones típicas del imperialismo británico en el siglo XIX. Aprovechando por cierto la circunstancia de que cuando se produjo el despojo de nuestro territorio, los venezolanos, para variar, estábamos distraídos en una de esas “guerritas” a las que somos tan aficionados: la Revolución Liberal Restauradora.
El foro del IFEDEC fue coordinado por el embajador Gerson Revanales y en él participaron tres distinguidos ponentes: el doctor Julio Peña Acevedo, especialista en derecho marítimo. El doctor Juan José Mendoza Jover, miembro de la Comisión Asesora para la defensa del Esequibo y el doctor Héctor Faundez Ledesma, Profesor de Derecho Internacional Público de la UCV.
El propósito de Inglaterra en su política de expansión territorial en la región del Esequibo era el de llegar a ocupar las bocas del Orinoco. La desembocadura del gran rio en el Océano Atlántico.
La emergencia de un nuevo imperio en nuestro propio hemisferio, Los Estados Unidos de Norte América, y la doctrina del Presidente James Monroe “América para los americanos” frenó la expansión británica.
Originalmente, el conflicto estuvo planteado entre una gran potencia, la Gran Bretaña y una modesta República Sur Americana, Venezuela. Después de la independencia de Guyana, el conflicto pasó a ser entre un país poderoso y rico llamado Venezuela y una precaria nación que apenas comenzaba sus andanzas como República Independiente.
Hoy, al lado de nuestros vecinos, se incorporan poderosos intereses de empresas petroleras e intereses geo-políticos de la más variada índole.
El asunto ha sido llevado a la jurisdicción de la Corte Internacional de Justicia. Venezuela tiene sobrados argumentos para defender sus derechos. No debemos tener miedo a concurrir a cualquier escenario para sostener nuestra reivindicación. Todo depende de la diligencia y de la competencia de las personas encargadas por el gobierno venezolano para defender nuestra causa.
Venezuela y su vecino de la frontera Oriental, Guyana, estamos llamados a tener las más cordiales y constructivas relaciones sobre la base de la verdad y de la justicia.
Seguiremos conversando.