No quise dejar de escribir esta nota que pensaba publicar luego que la Comisión Nacional de Primarias (CNP) diera su último reporte de las primarias del pasado domingo 22 de octubre. Lamentablemente, luego de más de 24 horas de la jornada electoral, conocemos el primer boletín publicado en la cuenta de X (antes Twitter) de la CNP (@cnprimariave), anunciando a las 12:35pm de hoy 23 de octubre de 2023, que solo han logrado totalizar el 26, 06% de los votos, lo que representa, de acuerdo al boletín, 1.338 actas y 601.110 votos. De acuerdo a eso, María Corina Machado (MCM) se llevó el 93,13% de los votos de esa cuenta con 552.430, anunciando ser la indiscutible ganadora de ese proceso (ver @cnprimariave, en https://twitter.com/
Aunque en estricto procedimiento lo serio y correcto sería esperar un boletín adicional o final de la CNP para realizar cualquier análisis de lo ocurrido, todo indica que esas cuentas y porcentajes no van a cambiar sustantivamente, habida cuenta de la diferencia aplastante entre el primer y segundo lugar, que de acuerdo al boletín publicado, solo alcanzó a llegar al 4,75% de los votos escrutados, por lo que a partir de aquí consideraré para todos los efectos de esta nota el incontestable triunfo de MCM en las primarias de la oposición.
A partir de hoy el juego de la oposición frente al régimen cambió. Ya no puede la oposición oficial, luego de la medición de ayer considerarse representante de los venezolanos. Ni siquiera representar en ella una parte mínima. El pueblo opositor venezolano le entrego ayer, 22 de octubre de 2023, su representación incuestionable con los votos a MCM, independientemente si el régimen la acepta o no como candidata presidencial (esa es otra dimensión que abordaremos). Así que si hay alguna elección presidencial el 2024 donde no figure el nombre de MCM, esa elección presidencial será tan ilegítima como la de mayo de 2018.
El pueblo venezolano demostró su deseo de resolver el problema del régimen en paz, y que la oposición oficial se aparte para resolverlo. Lo significativo de ese mensaje pasa porque los partidos del status quo que hasta ahora han llevado la dirección política de la lucha contra el régimen, se hagan a un lado y terminen por entender que no es cohabitando con una tiranía que ha destruido a la familia venezolana, separándola y haciendo de Venezuela un país miserable en lo moral, será como llegaremos a resolver la desgracia que nos ha consumido. Ayer los venezolanos dimos el primer paso para comenzar a salir por donde es, del régimen de Nicolás Maduro Moros, entregándole la genuina representación política a la persona que perciben que si representa sus intereses.
El mundo entero contempló en las 4 direcciones cardinales del planeta, y hasta donde han llegado todos los venezolanos producto del éxodo masivo consecuencia de un régimen hambreador, la vocación democrática de los venezolanos. Contempló que independientemente de las penurias, el rompimiento de la unidad familiar, la xenofobia inhumana y cruel que nos han aplicado, incluso en países cuyos ciudadanos cobijamos en el pasado, que deseamos un mejor país y que estamos trabajando para regresar a él. Contemplo que no queremos quedarnos donde no nos quieren, sino regresar para construir sobre las ruinas que nos dejen. ¡Dejamos conmovidos a todo el mundo!
Pero esa tarea no será fácil sin la ayuda sincera de esos países. Dimos ayer el primer paso poniendo en otras manos la conducción política opositora, principal objetivo de MCM al inicial esta gesta, que solo le pondrá fin el mismo pueblo que ayer voto por ella en las urnas.
Es claro que el régimen no tolerará competir con alguien a quien difícilmente podrá hacerle trampa. Una cosa es que el CNE le ponga 200.000 votos artificiales de más al régimen, como lo hicieron con Henrique Capriles Radonski en el año 2013, y de paso tener un candidato opositor sin el coraje suficiente para defender un triunfo que no era de él, sino del pueblo venezolano, y otra muy diferente es hacerlo con una candidata opositora que saca más del 90% en unas primarias y que multiplica en un factor de 4 los números del régimen, y que si está dispuesta a marchar al CNE para verificar los votos.
Entonces, ¿cómo competirá? Eso ya no lo decide Maduro, ni su horda de criminales. Esa decisión está fuera de Venezuela. El Acuerdo firmado con el régimen, y que como indique en mi nota anterior (Ver: El gallo tapado de un acuerdo electoral,), lo pone entre la espada y la pared, determina que tendrán que medirse en las condiciones establecidas allí, independientemente de cómo ellos interpreten la Constitución, porque ahora el garante son los EEUU.
El régimen va directo a una implosión, sin dinero, sin apoyo popular y lo más grave, con más enfrentamientos internos que nunca por la supervivencia. Los EEUU abrieron una vía de oxígeno por seis meses que se trancará si no cumplen. Y la única garantía que ellos tienen de seguridad regional y continental de mantener fuera de Latinoamérica la presencia de los terroristas del Medio Oriente, es que exista un gobierno democrático en Venezuela. Y esa garantía solo está ahora en las manos de MCM.
Los planetas están alineados en este momento para que el régimen no le quede otra que aceptar las condiciones que firmaron o convertirse en Nicaragua como han amenazado sus más conspicuos radicales como Rodríguez o Cabello. Pero una cosa es Nicaragua, que según el Banco Mundial depende de una industria ligera, los servicios y la agricultura (ver El Banco Mundial en Nicaragua, y una Venezuela con las reservas de petróleo más grandes del mundo, codiciada por todas las potencias, y que puede decidir el destino energético de una Europa asediada por el terrorismo y la probabilidad de guerra. A todo el mundo le conviene una Venezuela que recupere la democracia y la libertad, y a nadie en el mundo le conviene una Venezuela controlada por terroristas.
Si los venezolanos mantenemos firme esa determinación de recuperar nuestro país, como lo demostramos el pasado domingo, protegiendo esa esperanza, el 22 de octubre será el primer día de un nuevo comienzo…